Negociaciones para resolver quién preside la Cámara se enredan y obligan a Squella a intervenir
En su visita al Congreso, el presidente del Partido Republicano respaldó las gestiones encabezadas por el presidente de la Cámara, José Miguel Castro (RN), para lograr una mayoría en la corporación. Sin embargo, entregó un mensaje a sus legisladores para actuar con generosidad, lo que podría incidir en que los republicanos posterguen sus aspiraciones de liderar esta rama del Poder Legislativo.
Una hora reunidos estuvieron este miércoles a la hora del almuerzo el presidente de la Cámara, José Miguel Castro (RN), el diputado Benjamín Moreno (republicano) y el senador electo y presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, quien concurrió al Congreso con el fin de hacer un mapeo legislativo del futuro gobierno que encabezará José Antonio Kast.
Uno de los temas de preocupación que tenía Squella era interiorizarse de las conversaciones para conformar una nueva gobernabilidad tanto en la Cámara como en el Senado. Esas tratativas están destinadas a resolver la alternancia en la presidencia de ambas ramas del Congreso y el control y la rotación en las comisiones legislativas, que son estratégicas para priorizar, agilizar o, incluso, frenar la tramitación de los proyectos de ley.
Particularmente en la Cámara, las tratativas se enredaron por las exigencias que están poniendo algunas colectividades y legisladores de la misma derecha.
En principio, el Partido Republicano, que logró elegir 31 diputados, tenía cierta preferencia para comenzar presidiendo la Cámara. El problema es que en esta tienda surgieron dos aspirantes: Agustín Romero y Juan Irarrázaval.
No obstante, la UDI, la segunda bancada más grande, con 18 escaños, cuya carta para encabezar la corporación es el diputado Jorge Alessandri, planteó un criterio de equilibrio y, en vista de que el futuro Presidente de la República tiene militancia republicana, exigió que alguna de las ramas del Poder Legislativo quedara en manos de la colectividad madre del gremialismo.
“Les hemos transmitido al resto de partidos de oposición, futuro gobierno, que la UDI debiera presidir una de las dos cámaras, ya sea Senado o Cámara de Diputados, este primer año de gobierno”, dijo Alessandri.
RN, en tanto, que solo alcanzó 13 representantes en la Cámara Baja, está a la espera de su oportunidad, ya que en caso de que el Senado quede en manos de la UDI, también podrían exigir que la otra corporación, a modo compensatorio, sea para Renovación, cuyos candidatos naturales por peso electoral y años en el Parlamento son Diego Schalper y Ximena Ossandón.
“Todos tenemos que estar disponibles para lograr el acuerdo necesario para darle gobernabilidad a la Cámara de Diputados. Hay algunas conversaciones preliminares, pero todos hemos considerado pertinente esperar los primeros días de enero... La pregunta no es quién tiene o no interés, la pregunta es quiénes son las personas capaces de concitar los apoyos necesarios para construir una mayoría”, dijo Schalper (RN).
A pesar de que las fuerzas que apoyaron a Kast en la segunda vuelta sumaron 76 diputados y quedaron a dos votos de lograr la mayoría de la corporación, todo este ruido generaba un riesgo cierto de que la futura oposición aproveche las divagaciones de la derecha y se apodere de la Cámara.
De hecho, uno de los planes que están barajando la izquierda y la centroizquierda -si es que no son considerados en el acuerdo de gobernabilidad- es apoyar a Schalper, incluso sin su anuencia, para evitar que un republicano llegue a la testera y quebrar el futuro oficialismo.
Respaldo a gestiones
Sin embargo, en la reunión de Squella con Castro y Moreno -que fue leída como una señal de respaldo a las gestiones encabezadas por ambos diputados, que están tratando de tener una base de votos suficientes para lograr la deseada mayoría-, el mensaje fue actuar con generosidad.
Ese mismo recado se le transmitió a la UDI, ya que el objetivo es lograr gobernabilidad y un clima adecuado de trabajo en el Congreso. Por lo tanto, si ello implica postergar un año la presidencia de los republicanos en la Cámara, estarían dispuestos.
Incluso, el plan que está encabezando el diputado Castro no buscaría repetir la estrategia que empleó el exministro Giorgio Jackson de “pasar máquina” (imponer una mayoría sin considerar adecuadamente a las minorías, en la jerga política), que en su momento aisló a la derecha de los principales espacios de poder de la Cámara. A la larga eso generó más beligerancia de parte de la actual oposición, al menos entre sus bancadas de diputados, ya que el Senado desoyó las instrucciones de Jackson y conformó un pacto transversal.
Por ello, el diseño contempla hacer ciertas concesiones a la futura oposición, pero siempre negociando desde una posición aventajada de mayoría. Para ello es clave lograr primero los 78 votos.
“Hemos conversado muy bien con todos, y la UDI no ha sido la excepción. Estamos abiertos a llegar a un arco más allá del oficialismo para darle estabilidad a la Cámara”, admitió el diputado Moreno (republicano).
El diputado Romero (republicano) coincidió. “Para mí lo más importante es el proyecto republicano de José Antonio Kast y, por lo tanto, yo como militante disciplinado me voy a someter a lo que diga el partido. Si el Partido Republicano considera que mi nombre es el adecuado para presidir la Cámara, yo voy a estar disponible siempre para eso”.
“Lo más importante es que el acuerdo al que se llegue sea uno que permita cumplir el objetivo (de gobernabilidad). Si es Jorge (Alessandri), si soy yo, evidentemente nos vamos a alinear”, agregó Romero.
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