Economista Elisa Cabezón aborda la estrecha relación entre crecimiento, empleo y pensiones
La directora de Evidencia de Pivotes, fue entrevistada en el Podcast “Tercer Tiempo” de la Asociación de AFP, donde afirmó que “el mayor impacto en la formalidad laboral es el crecimiento económico”. La profesional abordó la informalidad laboral en el país, que alcanza un 27%, y la necesidad de generar mayor crecimiento, empleos de calidad y políticas adecuadas para mejorar las pensiones.
Más de 2,4 millones de trabajadores, equivalente al 27% de la fuerza laboral, se encuentra en la informalidad, lo que significa que no cotizan para su seguridad social, por lo que se encuentran en situación de vulnerabilidad no solo al momento de pensionarse, sino también, por ejemplo, en caso de accidentes, enfermedades o cesantía.
Este fenómeno laboral fue abordado por la economista Elisa Cabezón, directora de Evidencia del laboratorio de políticas públicas de Pivotes, quien ahondó en el estado actual de la informalidad laboral en el país, sus causas y consecuencias y la correlación que tiene con el crecimiento de la economía nacional.
Escucha el Podcast aquí:
La economista expuso sus opiniones en el podcast “Tercer Tiempo” de la Asociación de AFP, espacio que busca conversar sobre este y otros temas de interés público, como la educación previsional y financiera, los valores de un sistema previsional sostenible, el mercado laboral y sus desafíos como la informalidad, el impacto previsional de las brechas de género, las políticas de inversión y rentabilidad, entre otras materias.
El podcast, conducido por Alejandra López, gerenta de Proyectos de la AAFP, tiene una duración de 30 minutos, donde se entrevista a un especialista en temas previsionales o laborales.
Además, Elisa Cabezón se refirió al impulso de políticas públicas pendientes, como sala cuna universal, para acotar la brecha previsional de género y las causas detrás de este fenómeno laboral.
Alta informalidad laboral
-¿Cuáles son, a tu parecer, los determinantes que hacen que hoy día en Chile exista una alta informalidad laboral?
De la gente que trabaja, el porcentaje que está informal está cerca de un 28%. Esa es la cifra que la gente tiene en la cabeza de informalidad, pero yo creo que hay otra cifra que es más completa y que tiene más datos hacia atrás: la cobertura de formalidad. Es decir, de la gente que está en edad de trabajar, cuántas tienen empleo formal. En Chile, esta cifra es de un 36% o 37%. Si miramos los países desarrollados de la OCDE, esta cifra alcanza un 50%. Es una gran brecha que tenemos con los países más desarrollados.
Otra cosa interesante es que la formalidad está muy relacionada con el crecimiento de la economía. Cuando el PIB per cápita de Chile crece, la cobertura de la formalidad se expande; cuando el PIB per cápita de Chile se estanca, esta cobertura se estanca también. Entonces, yo creo que las políticas que son más fuertes, que tienen mayor impacto sobre aumentar la formalidad del país, son las de crecimiento económico.
-¿Cómo la economía determina quiénes son los que acceden a un trabajo formal y quienes no?
La fuente de la formalidad son las empresas, los emprendimientos, las empresas productivas que crecen en el sector formal. Eso está muy estudiado en la literatura. En todos los países hay un sector informal que no paga impuestos y que no paga cotizaciones; y un sector formal que sí paga impuestos y que sí paga las cotizaciones sociales. La gran diferencia entre esos dos, es que el formal es más productivo que el informal porque las empresas que crecen son las empresas productivas y lo hacen en el sector formal y van generando más empleos formales.
-¿Te parece un avance suficiente la ley que obliga a los trabajadores que emiten boletas de honorarios a cotizar?
Sí, pero implementarlo ha costado mucho, ha costado enormemente. Me genera un poco de dudas sobre la reforma de pensiones. Hay un diagnóstico claro de que hay que aumentar la tasa de cotización de un 10% a un 16%. Ahora, viendo que para quienes emiten boleta de honorarios, apenas logramos subirles un punto de cotización, la pregunta es cómo vamos a lograr que los asalariados paguen 6 puntos extra.
Esa implementación va a ser difícil porque ese cambio entre liquidez hoy y liquidez en el futuro no es popular, pero tenemos que seguir avanzando. La tasa de cotización en Chile es muy baja. En la OCDE, es en promedio un 18% y en Chile es un 10%. En España me acuerdo de un grupo en Twitter que defendía el sistema de reparto español. ¿Sabes cuánto es la tasa de cotización en España? Un 28%, pero aún así no está totalmente financiado. Peor, está quebrado porque ni siquiera con el 28% alcanzan a cubrir las pensiones.
-¿Cómo es posible mejorar la cobertura previsional de las mujeres?
En Chile, tenemos un factor cultural que recae más sobre las mujeres en los temas de responsabilidades domésticas y familiares. Esa es una barrera para que ellas puedan insertarse en el mercado laboral, en el formal sobre todo. De hecho, se ha demostrado que es más probable que las mujeres chilenas abandonen el mundo formal al tener hijos, porque el mundo informal es más flexible en sus horarios.
El mundo formal es muy rígido en el horario, no son dueñas de su tiempo, entonces no es compatible con el cuidado de un hijo y genera mayor probabilidad de que las mujeres aporten a la cotización para sus pensiones. Esto es un gran desafío. Con el proyecto de ley de 40 horas, colocaron más flexibilidad y eso fue muy bienvenido. Ahora, creo que todavía tenemos poca flexibilidad si nos comparamos con los países de la OCDE y nos queda trecho por recorrer.
Hay que aprovechar ese cambio y tratar de meter todavía más flexibilidad y ver qué mecanismo podemos hacer para que las mujeres puedan compatibilizar el empleo y la familia. Y además, hay que avanzar para que esta carga familiar se comparta entre hombres y mujeres.
-¿Y qué piensas sobre las medidas que pueden apoyar a las mujeres en las tareas de cuidado, como crear redes de salas cuna?
Eso es muy bueno. Hace 10 años sabemos que el diseño de la ley de sala cuna está mal, porque obliga a las empresas que tengan más de 20 mujeres trabajando a pagarles una sala cuna por ley. Eso provoca que haya un desincentivo a las empresas a contratar más de 20 mujeres porque tienen que pagar todo ese costo. Eso hace muchos años que está diseñado y hay que cambiarlo.
Hay un proyecto de ley en el Congreso que mejora ese diseño y sigue estancado. Primero, se debe quitar esa restricción de 20 mujeres, o sea, es para todos; segundo, ese beneficio que se financia debe ser compartido entre el Estado y la empresa; y tercero, el beneficio debiera pagarlo tanto trabajadores hombres y mujeres. Entonces, eso hace que contratar a una mujer no tenga un costo extra.
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