La columna de Loreto Silva: “Reconstruyendo Chile”

La columna de Loreto Silva: “Reconstruyendo Chile”

"El legado del Presidente Piñera no se reduce a la reconstrucción de obras en tiempo récord. Fue mucho más que eso, en política, construyó y pavimentó el camino para que la centro-derecha fuera una opción competitiva y con vocación de poder".


Recuerdo claramente el llamado del Presidente Sebastián Piñera, en febrero del año 2010, para invitarme a ser parte de su gobierno y asumir el cargo de subsecretaria de Obras Públicas y, más tarde, ministra de Obras Públicas. Este llamado cambió mi vida y se lo agradezco infinitamente porque me dio la maravillosa oportunidad de servir a nuestro querido país.

Tan solo dos semanas después de ese llamado, Chile fue sacudido por el devastador terremoto del año 2010. La catástrofe destruyó también los planes y objetivos que teníamos para el Ministerio de Obras Públicas, la tarea era otra, y mucho más grande: había que reconstruir Chile. Necesitábamos reconectar el país, reconstruir carreteras, hospitales, viviendas, edificios públicos, etc. Pero detrás de todas estas obras siempre supimos que había personas sufriendo, había que trabajar incansablemente para ayudarlos.

El Presidente se involucró personalmente en el plan para la reconstrucción, con una dedicación 24/7, conocía en detalle cada uno de los puntos de la infraestructura dañada. Fue una etapa de mucho trabajo, en que se desarrollaron proyectos, reparamos obras dañadas y construimos nuevas, en una titánica tarea liderada por el Presidente, con el apoyo de varios ministros y subsecretarios. Recuerdo especialmente muchas reuniones con el Presidente y con el entonces ministro de Obras Públicas, Hernán de Solminihac, rindiéndole cuenta del avance de la reconstrucción.

Durante los primeros meses, tuve el honor de acompañarlo en algunas de sus muchas visitas a las zonas afectadas por el terremoto. Durante esas largas jornadas, en que recorría incansablemente todos los lugares, fui testigo de cómo lo conmovía el dolor de las personas y de su compromiso entrañable con nuestro país. Eso lo impulsaba a redoblar los esfuerzos para avanzar más y más rápido, como una locomotora, con sentido de urgencia.

Sin embargo, el legado del Presidente Piñera no se reduce a la reconstrucción de obras en tiempo récord. Fue mucho más que eso, en política, construyó y pavimentó el camino para que la centro-derecha fuera una opción competitiva y con vocación de poder, ganando el apoyo ciudadano para gobernar el país en dos oportunidades, algo inédito para nuestro sector, defendió la democracia sin titubear cada vez que fue atacada y construyó un camino para la paz en un momento en que la democracia de nuestro país se derrumbaba.

Me despido de un hombre incansable, energético, tremendamente humano, cuyo verdadero motor siempre fue el amor a las personas, especialmente las más sencillas, y a su Chile tan querido.

*La autora de la columna es exministra de Obras Públicas

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