Los estados están llenos de dinero, lo que podría suavizar una posible recesión en EE.UU.

Los Ángeles es una de las grandes ciudades estadounidenses que más dinero ha destinado a fondos de emergencia. FOTO: MIKE BLAKE/REUTERS

La rápida recuperación y el estímulo federal han dejado las finanzas estatales en una situación históricamente sólida. Según la Asociación Nacional de Funcionarios Presupuestarios Estatales (Nasbo), los estados dispondrán este año fiscal de unos US$ 136.800 millones en fondos para imprevistos, frente a los US$ 134.500 millones del año anterior.


Los gobiernos estatales entran en 2023 con unas reservas récord, lo que podría ayudar a la economía de EE.UU., en general, a capear una recesión este año.

La rápida recuperación económica tras la pandemia, combinada con la afluencia de fondos federales de estímulo, ha llenado las arcas públicas, permitiendo a los gobiernos de los distintos estados del país ahorrar fondos para emergencias.

Según la Asociación Nacional de Funcionarios Presupuestarios Estatales (Nasbo), los estados dispondrán este año fiscal de unos US$ 136.800 millones en fondos para imprevistos, frente a los US$ 134.500 millones del año anterior, cuando representaban el 0,53% del Producto Interno Bruto, la cifra más alta registrada desde 1988. La cifra de este año representaría aproximadamente el 12,4% de su gasto total.

A diferencia del gobierno federal, la mayoría de los gobiernos estatales y locales deben equilibrar sus presupuestos cada año. Eso significa que una caída de los ingresos fiscales debe compensarse, la mayoría de las veces, recortando gastos y despidiendo trabajadores, lo que agrava las recesiones económicas. Unas reservas saneadas podrían hacer innecesarios tales recortes.

El miércoles de la semana pasada, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que los gobiernos estatales y locales “están realmente saneados en estos días”, lo que podría apoyar el crecimiento económico este año.

Moody’s Analytics estima que 39 estados tienen las reservas necesarias para compensar todos los ingresos que se espera que se pierdan en una recesión relativamente leve. Cuatro más están a poca distancia.

Las administraciones municipales y locales también han podido engrosar sus reservas gracias a los programas de recuperación y estímulo. Aún no se dispone de datos exhaustivos sobre las finanzas de los gobiernos locales, pero la ciudad de Nueva York ha aumentado sus fondos de reserva hasta los US$ 8.300 millones en el año fiscal 2023, o el 11,1% de los ingresos. Ambas cifras son las más altas de la historia. Los Ángeles y Chicago también han destinado más dinero a fondos de reserva.

Los gobiernos estatales y locales representan en conjunto el 11% del gasto total de la economía estadounidense. Además representan alrededor del 13% de las nóminas totales, más que la industria manufacturera, la construcción, el comercio minorista o el ocio y la hostelería.

Los fondos de reserva están diseñados para mantener los servicios estatales cuando los ingresos caen inesperadamente, o para mantener el flujo de dinero a los gobiernos locales para servicios como las escuelas públicas. Por término medio, los estados sufragan casi la mitad de los costos de la enseñanza pública.

Según las previsiones de la Nasbo, una medida más amplia de las reservas estatales, que incluye todos los fondos no gastados, almacenados o no en fondos específicos para imprevistos, ascenderá al 24,7% del gasto total este año fiscal, frente al 31,7% en 2022. Por el contrario, los estados mantuvieron sólo el 8,9% de promedio entre 2000 y 2020. La mayoría de los ejercicios fiscales estatales van del 1 de julio al 30 de junio.

“Es realmente sorprendente en comparación con las cifras que vimos hace un par de décadas”, indicó Tracy Gordon, experta en presupuestos estatales del Centro de Política Fiscal Urban-Brookings.

Los economistas encuestados por The Wall Street Journal ven un 61% de probabilidades de que EE.UU. entre en recesión este año. Por término medio, prevén que la recesión sea superficial y de corta duración.

“Si los estados quisieran utilizar sus reservas y no ajustar sus presupuestos, parece que esas reservas estarían ahí para cubrir la mayor parte de estas pérdidas potenciales en una recesión poco profunda”, sostuvo Geoffrey Buswick, líder del sector gubernamental en S&P Global.

Pero recurrir a un fondo de reserva es una decisión política que tendrán que tomar los gobernadores y las asambleas legislativas, añadió. Algunos estados podrían optar por recortar el gasto. Alrededor de una docena de estados están considerando recortes fiscales este año, según la Tax Foundation, lo que podría limitar la cantidad de reservas disponibles.

Antes de la recesión de Covid-19, los estados mantenían alrededor del 9% de sus gastos en fondos para imprevistos. Algunos estados utilizaron esos fondos para compensar el descenso de los ingresos al principio de la pandemia de 2020. Pero los estados siguieron reduciendo el gasto porque esperaban una recesión larga y profunda. El empleo en las administraciones estatales y locales cayó un 8,1% entre febrero y mayo de 2020 y se mantiene aproximadamente un 2,5% por debajo del máximo anterior a la pandemia. Los recortes presupuestarios no son el único factor de ese descenso. Algunos empleados renunciaron, cambiaron de trabajo o se jubilaron anticipadamente, dejando escasez como la de profesores en algunos lugares.

En 2007, justo antes de la crisis financiera, los estados tenían menos del 5% de los gastos en fondos para imprevistos. Esa fue una de las razones por las que tuvieron que hacer grandes recortes durante e inmediatamente después de la recesión de 2007-2009.

Hay dos razones principales que explican las perspectivas optimistas de los estados este año. En primer lugar, la fuerte recuperación económica en 2021 y 2022, tras los paros relacionados con la pandemia, impulsó los ingresos fiscales más de lo esperado. En el ejercicio fiscal de 2022, los ingresos superaron las previsiones en un 20,5%, según la Nasbo.

En segundo lugar, las múltiples rondas de estímulo fiscal federal destinaron casi US$ 900.000 millones a los gobiernos estatales, de acuerdo al Comité para un Presupuesto Federal Responsable, de los cuales alrededor del 20% sigue sin gastarse. Los estados tienen hasta 2026 para gastar el dinero.

En Kansas, las autoridades redujeron drásticamente sus previsiones de ingresos en 2020, anticipando que la pandemia desencadenaría una profunda recesión, señaló Adam Proffitt, director presupuestario del estado. Basándose en esas previsiones, el estado recortó el gasto en un 3,4% en el ejercicio fiscal de 2021.

“Pero como bien sabemos, mirando hacia atrás, ha sido una de las recuperaciones más rápidas que hemos visto nunca”, afirmó.

Los ingresos han superado las previsiones en 28 de los últimos 29 meses, dijo, lo que ha permitido al Estado apuntalar sus reservas.

Kansas destinó US$ 1.000 millones a su fondo de reserva en 2022 y este año prevé otro depósito de US$ 500 millones, según Proffitt. En total, el fondo ascendería a aproximadamente el 15% de los ingresos anuales de los fondos generales del estado, comentó.

“Cuando se produce una recesión económica, los ingresos son más escasos, pero también aumenta la necesidad de servicios, por lo que queremos asegurarnos de que disponemos de los recursos necesarios para prestar esos servicios cuando sean necesarios”, declaró Proffitt.

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