Austeridad y rol del Estado: la visión económica del Papa Francisco
Activista contra la desigualdad económica. Así se puede definir al Papa Francisco, el primer latinoamericano y jesuita en llegar al máximo cargo en la Iglesia Católica y que hizo de la lucha contra la pobreza su batalla personal. Su ascenso ocurrió tras la primera renuncia de un Sumo Pontífice en la historia y se tradujo en una verdadera cruzada por reformar la dirección de la Santa Sede, apostando por la humildad y un estilo de vida simple ya visible en sus primeras semanas de pontificado. A través de múltiples señales y declaraciones, el Papa ha dejado entrever su visión económica.
Jorge Mario Bergoglio protege las necesidades de la clase baja y así, desde el primer minuto, fijó un tono de austeridad a su papado para conducir una institución plagada de escándalos a una nueva dirección, al tiempo que busca revivir la fe en el catolicismo.
Francisco quiere "una iglesia pobre para los pobres" según sus palabras tras ser elegido el nuevo Papa de la iglesia Católica. Por esa misma razón eligió el nombre Francisco. Pero es algo que le ha preocupado hace años, desde sus primeros años en el sacerdocio.
Sin embargo, pese a estar a favor de la austeridad, no cae en el debate sobre austeridad versus crecimiento. "Las políticas de Estado deben tender al crecimiento económico y a una justa distribución de la renta tal que el desarrollo de los países se compadezca con la calidad de vida de sus habitantes", escribió en su libro "El Verdadero poder del servicio", publicado en 2007.
Bergoglio siempre estuvo fuertemente identificado con la doctrina social de la iglesia, la que tradicionalmente destaca que se debe estar a favor de las necesidades de los pobres en vez de preocupado por los privilegios de los ricos. Además, está en contra del neoliberalismo y la economía monetaria a favor de la solidaridad social.
Si la pobreza es para él uno de los peores de los males, los responsables son en principio cada una de las personas del mundo.
"Desde hace unos cuantos años, la Argentina vive una situación de pecado, porque no se hace cargo de la gente que no tiene pan, ni trabajo. La responsabilidad es de todos. Es mía, como obispo. Es de todos los cristianos. Es de quienes gastan el dinero sin una clara conciencia social", dijo en el libro El Jesuita, elaborado por los periodistas trasandinos Sergio Rubin y Francesca Ambroguetti, que recopila una serie de entrevistas.
Pese a estar cerca de los pobres, el Papa se alejó de la Teología de la Liberación, que aboga por una reforma de la economía capitalista para defender a los desposeídos.
De todas maneras, tiene una visión crítica al respecto. "Todos piensan que la Iglesia está en contra del comunismo, pero está tan en contra de ese sistema como del liberalismo económico de hoy", escribió en su libro "Sobre el cielo y la tierra", publicado en 2010.
En un discurso en el hotel Alvear Palace de Buenos Aires el año pasado, afirmó que la crisis económico-social y el consiguiente aumento de la pobreza "tiene sus causas en políticas inspiradas en formas de neoliberalismo que consideran las ganancias y las leyes de mercado como parámetros absolutos en detrimento de la dignidad de las personas".
Para él, el principal responsable es el Estado. Y nunca ha escatimado críticas contra el gobierno de Argentina. En 2001 daba lecciones al presidente Fernando de la Rúa sobre la bancarrota del país y las terribles consecuencias sociales.
En ese tiempo dijo que la extrema pobreza y la "injusta estructura económica que daba paso a mayores desigualdades" constituían violaciones a los derechos humanos. Además, dijo que la deuda social era "inmoral, injusta e ilegítima".
Más reciente es su pelea con los Kirchner. Bergoglio era visto como parte de la oposición al gobierno de la presidenta Cristina Fernández, ya que mantuvo una fuerte confrontación con ella y con su fallecido esposo, Néstor Kirchner. Una de ellas fue cuando Bergoglio criticó la pobreza, los anuncios "estridentes" y "el exhibicionismo" de la clase política kirchnerista.
El Papa Francisco ha recalcado durante su vida que es tarea de todos eliminar la pobreza y ayudar al prójimo para deshacerse de la enorme desigualdad. "Es un deber compartir la alimentación, el vestido, la salud, la educación con nuestros hermanos. Algunos podrán aseverar: "¡Qué cura comunista éste!". No, lo que digo es evangelio puro", dijo en "El Jesuita".
AUSTERIDAD CON CRECIMIENTO
En su entronización, Francisco les pidió a todos los líderes mundiales con posiciones de responsabilidad en la vida económica y política ser protectores, unos de otros, y también del medioambiente. El llamado fue parte de su determinación para emular, también en acciones, al santo de quien tomó el nombre, Francisco de Asís.
Conocida es la historia de que en su primera salida a la Basílica de Santa María la Mayor, el ex cardenal sorprendió a su chofer, pidiéndole que se detuviera. Entonces, fue a su hotel clerical en Via della Scrofa para recoger sus maletas y pagar la cuenta.
También dieron la vuelta al mundo las noticias de que el anillo del pescador, uno de los grandes símbolos papales, sería de plata y no de oro, así como la cruz que lleva en su cuello, a diferencia de la cruz de Benedicto XVI, que era dorada. También su vestimenta es más sobria.
Con todo, se ha ido generando el perfil público del Papa número 266, como el de un hombre con los pies en la tierra, imagen que viene desde sus días en el país trasandino. Voló en clase económica en Alitalia hacia Roma y cocinó sus propias comidas en un departamento modesto en Buenos Aires, en lugar de ser atendido por un equipo en el palacio del arzobispado.
Rechazando a los choferes, Bergoglio también tomaba el metro y el bus. La última demostración de simpleza del pontífice es que conmemorará el Jueves Santo esta semana con una ceremonia en la capilla de una prisión para jóvenes, en lugar de hacerlo en la Santa Sede o en una basílica de Roma donde se ha realizado en otras ocasiones.
SUS DESAFÍOS
La ruta económica que trace el nuevo Papa será muy seguida por los observadores, atentos a su relación con Benedicto XVI. Y es que éste aún podría ejercer influencia en el nuevo pontificado, según los analistas. Otro de sus retos será reformar el Banco Vaticano. Benedicto dio algunos pasos para reformar el Instituto para las Obras de Religión, reemplazando a su presidente, creando una unidad de inteligencia financiera y acordando permitir un nivel de escrutinio externo. Sin embargo, la institución aún tiene que avanzar para responder a las normas internacionales sobre transparencia y lavado de activos.
Debes saber
¿Qué ha pasado?
El nuevo Papa Francisco es una persona preocupada de la austeridad y la humildad. Siembre ha abogado en contra de la pobreza y la desigualdad.
¿Por qué es así?
Francisco siempre estuvo ligado a la doctrina social de la iglesia y a favor de que las personas vivan para el servicio a los demás.
¿Cómo lo ha manifestado?
Su papado ha estado cargado de simbolismos. No sólo por el nombre que eligió sino cómo ha pagado sus cuentas, tiene un anillo de plata y vestimenta más sobria.
¿En qué afecta a la iglesia?
En tiempos en que la iglesia vive momentos complicados, Francisco podría renovar ciertos aspectos cuestionados de ella.
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