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Brasil en su mayor crisis desde 1930. Tras 10 meses de bajas, PIB se contrajo 4,1% en 2015

Las cifras de la economía brasileña siguen dando cuenta de que la crisis que enfrenta el país es bastante peor de lo que muchos estimaban en un comienzo. Según los cálculos del Banco Central de Brasil, la economía del gigante sudamericano se contrajo 4,1% en 2015.

Así, Brasil sufre su peor crisis económica desde 1930, según Capital Economics, ante una creciente desconfianza entre los inversionistas y una continua caída en el precio de las materias primas. El miércoles, Standard & Poor’s volvió a rebajar la calificación soberana brasileña, dejándola en “BB” y hundiéndola más en el terreno de los bonos basura. Fitch y Moodys tienen al país en la misma categoría.

Las cosas no lucen más auspiciosas para el presente ejercicio, aseguró a PULSO el economista de BBVA para Brasil, Enestor Dos Santos: “El 2016 no será un año mucho mejor al anterior, porque los principales obstáculos persisten. Hay un entorno internacional marcado por caídas en las materias primas, además de persistentes dificultades a nivel fiscal y político”.

Edward Glossop, economista de Capital Economics, hace un matiz. Indicó en una nota a sus clientes que “hay buenas razones para pensar que la recesión brasileña debe comenzar a aliviarse durante este año”. No obstante, señaló que la buena noticia termina ahí, ya que “si bien el crecimiento debería volver a finales de 2016, la recuperación será depresivamente débil”.

El índice de actividad económica IBC-Br del Central brasileño cayó 0,52% en diciembre frente a una baja de igual magnitud en noviembre, un poco menos de lo estimado en un sondeo de Reuters entre 20 analistas, que proyectaban un declive de 0,63% en el indicador. En términos interanuales la caída fue de 6,51%, en línea con las estimaciones de los economistas consultados por Bloomberg.

Dos Santos sostiene que “es difícil y poco probable que el gobierno realice los cambios para alcanzar a ver un repunte este año. Podría tomar algunas medidas para mejorar la situación, pero ahora la prioridad para ellos es el tema político y que no destituyan a la presidenta Dilma Rousseff”. Así, estima que en el presente ejercicio el producto interno bruto se contraerá aproximadamente 3%, para recién ver cierta mejora en 2017.

En tanto, Glossop indicó que si bien el crecimiento debería volver hacia el final de este año, “los inversionistas deben prepararse para una recuperación muy lenta y un nuevo normal, con un crecimiento económico mucho más débil en los próximos años. Los consumidores, en particular, probablemente permanecerán bajo presión durante un largo período”.

Justo ayer, el director de política monetaria del Banco Central de Brasil, Aldo Mendes, ofreció un discurso al sector empresarial del país donde señaló que “sopesando el ambiente externo con un claro sesgo de menor crecimiento y la apertura de la brecha del producto interno; las últimas lecturas de los índices de precios en Brasil, que siguen siendo altas; el estado de las expectativas, que están fuera de la zona de convergencia; y los mecanismos de la inercia inflacionaria que operan en nuestra economía, no hay lugar para un relajamiento de las condiciones monetarias”.

Las palabras de Mendes se condicen con una inflación que registró un aumento de 10,7% en enero, cifra que excede con creces el tope de 6,5% fijado por el organismo. Al mismo tiempo, sus declaraciones cierran las puertas a las presiones del gobierno, que son partidarios de una rebaja en la tasa de interés que permita impulsar la actividad económica.

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