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Cambios entre fondos de AFP podrían provocar daño patrimonial de hasta 55% a afiliado promedio

El tema previsional ha sido factor de cuestionamiento desde ya hace un buen tiempo en las esferas políticas, y a nivel ciudadano se ha transformado en una materia que cada vez genera mayor preocupación.

Poco a poco los afiliados han ido adquiriendo mayor conocimiento respecto a sus ahorros obligatorios y, por lo tanto, están más informados sobre el devenir de los mercados en que están invertidos sus recursos. Es quizás por ello que algunos de ellos han sido más proclives a cambiarse de multifondos cuando las bolsas han mostrado desempeños adversos,  lo que no necesariamente tiene efectos positivos.

En ese marco, Capital Advisors realizó nuevamente un estudio sobre los efectos del cambio de multifondos para el afiliado promedio, el que se centró en el Fondo A - que cuenta con la mayor exposición a renta variable-, abarcando entre octubre de 2002 (inicio del sistema de multifondos) y el 31 de julio de 2015.

Gabriela Denis, analista de la firma de asesoría financiera, explicó que usaron el valor cuota de las AFP para obtener el retorno de cada uno de los multifondos y, por el otro lado, analizaron los flujos de dinero. “A partir de esos flujos de dinero se obtiene una rentabilidad del inversionista promedio. Y eso es lo que nosotros comparamos y nuestra conclusión es que los cambios de multifondos no han beneficiado al inversionista promedio”, señala.

En el período considerado, el Fondo A rentó un 10,56% y el Fondo E un 7,57%. Si se asume que el inversionista promedio se ha cambiado de fondos, si se considera sólo el Fondo A -donde se dan los mayores movimientos- “vemos que el retorno del inversionista promedio es de 6,95%; por lo tanto, hay una diferencia de retorno entre el fondo y el inversionista promedio de 3,5 puntos porcentuales”, explica la analista.

Denis indica que tomando el 10,56% versus el 6,95%, el análisis buscaba ver el impacto sobre una persona real. Para ello, la simulación realizada tomó el caso de una persona que se mantuvo en el fondo A por todo el período considerado en el análisis (2002-2015), imponiendo desde los 25 años, con un horizonte de jubilación de 65 años y aportando $100 mil mensuales durante 40 años, con una inflación de 3%.

La analista destaca que la persona que se mantuvo en el fondo A se jubilaría con un stock de $211 millones. En el caso del inversionista promedio (que se asume se ha cambiado en algunos momentos del tiempo) terminaría su vida laboral activa con $95 millones. “Eso es un daño patrimonial del 55%”, puntualiza Gabriela Denis.

Otro aspecto importante del estudio está referido a qué tan a la par se están moviendo los flujos de los multifondos con los retornos. A marzo de 2013 se veía que la mayor correlación se movía con un mes de desfase. Las personas veían el retorno el multifondo y se cambiaban, señala Denis. “Los resultados que nos dan ahora es que la mayor correlación está en el mismo mes”, destaca. No obstante, hay que considerar que los cambios entre multifondos demoran al menos 48 horas. Pero aún así, ello no es sufciente por algo inherente al mercado de capitales y es que éstos incorporan toda la información disponible para llegar a un precio justo, “por lo que aunque yo esté haciendo el cambio en el mismo mes, por definición de mercado, nunca lo voy a poder hacer en el mismo segundo”, agrega.

El último punto del estudio se refiere a cómo ha ido disminuyendo en el tiempo la rentabilidad de las recomendaciones hechas por Felices y Forrados (ver gráfico). “Han movido los flujos de caja en forma muy grande, pero ello no se traduce en resultados. Nuestra recomendación es que lo mejor que uno puede hacer es evaluar bien el perfil de riesgo y estar en un multifondo acorde a ese perfil de riesgo”, puntualiza.

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