El costo de crear una región: de la experiencia a la realidad
En la década del '70, Chile inició una nueva división político-administrativa que lo organizó en regiones, apoyado también con un nuevo régimen administrativo interior, dejando atrás una estructura de provincia, departamentos y cabecera (capitales), que imperaba desde 1930.
Así, mediante decreto ley 2.339 de 1978 se fijó la denominación de 12 regiones en el país, más la Metropolitana. La idea, era una reingeniería del país, unificando zonas geográficas con pasados y entornos similares para potenciar la descentralización.
Más de 30 años después de esa intención, el análisis no es muy alentador: Chile avanza poco fuera de Santiago. Quizás fue este diagnóstico el que hizo eco en varios de los candidatos presidenciales, quienes han planteado dividir las actuales regiones o crear nuevas para potenciar su desarrollo.
Mientras la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, prometió hacer "todos los estudios para determinar si Aconcagua puede ser región", y así desprenderse de Valparaíso, en un eventual gobierno de la Alianza con Evelyn Matthei- según el senador Víctor Pérez (UDI)- se "garantizaría la creación de la región de Ñuble". Marco Enríquez-Ominami, en tanto, asegura que Chile "está mal dibujado y es evidente que está mal pensado. Nada tiene que ver Petorca con San Antonio, poco tiene que ver Chillán con Talcahuano", ejemplifica.
Ante tanta idea de más regiones, vale la pena preguntarse, ¿Cuál es el costo y qué implica crear una región?
EXPERIENCIA
En 2007, mediante las leyes 20.174 y 20.175 se crearon dos nuevas regiones en el país: la XIV de Los Ríos, capital Valdivia, y la XV de Arica-Parinacota, capital Arica.
Según estas normativas, los recursos para las creadas regiones provendrían de aquellas a las que pertenecían antes: para el caso de la XIV región sus fondos serían compartidos con la región de Los Lagos, mientras que la XV los dividiría con la región de Tarapacá.
Para ese año, el presupuesto asignado para la región de Los Lagos (y Los Ríos) fue de $2.322 millones para su funcionamiento administrativo y $20.204 millones para inversión. Mientras, para la región de Tarapacá los gastos sumaron $1.668 millones y $12.450 millones, respectivamente.
Con estos recursos, y según determinaban ambas leyes, "la distribución del 90% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) del primer año de vigencia de la presente ley, se efectuará considerando el mismo número de regiones existente en el año precedente y el monto que resulte para la región de Tarapacá (o Los Lagos) se distribuirá entre la nueva región" de Arica-Parinacota (o Los Ríos) y la región de Tarapacá (Los Lagos) ya modificada (...)".
La norma fijaba recién para el segundo año de vigencia de la ley la actualización de los coeficientes de distribución del FNDR y en la Ley de Presupuestos las provisiones de recursos necesarias para compensar a aquellas regiones que, en la distribución del 90% del FNDR, les pudiera corresponder un monto inferior al obtenido el año 2006, compensación que no se aplicará respecto de las eventuales diferencias que afecten a la región de Tarapacá o Los Lagos.
Así, para el erario 2008 la situación cambió. La ley de Presupuestos de ese año contempló partidas por separado para cada una de las ya 15 regiones del país. La región de Arica-Parinacota recibió una asignación por $1.636 millones para su funcionamiento administrativo, y $8.789 millones para inversión. La región de los Ríos, en tanto, sumó $1.614 millones y $11.868 millones.
Según los reportes de la época, la gestión de los recursos en los primeros años fue compleja y la ejecución más lenta que el resto de las zonas del país. Por ejemplo, para agosto de 2008, Arica-Parinacota exhibía un avance del gasto de 48% y Los Ríos de 41,8%, frente a un promedio nacional que alcanzaba a 60,7%.
Actualmente el escenario es diferente. A agosto de 2013, Arica-Parinacota tiene un avance del gasto de 63,7%, mientras que Los Ríos 59,6%. Esto, frente a un promedio nacional de 60,1%.
REALIDAD
Según el senador por Tarapacá y Arica-Parinacota, Jaime Orpis (UDI), crear una región y desarrollarla "es mucho más complejo que sólo crearla".
Esto, ya que según su experiencia, hay que definir "muy bien cuál es el marco presupuestario de la región, definir los proyectos de desarrollo para ella, es decir, darle un contenido a la región de lo que va a ser, no simplemente crear la figura de una región más".
Recuerda que el presupuesto inicial se dividió entre Tarapacá y Arica, lo que también significó un problema, reconoce, "ya que ambas regiones se ven afectadas, por eso esas lecciones hay que aprenderlas. Los dos primeros años costó mucho despegar. No fue fácil".
Orpis explica que inicialmente "se produce una caída muy fuerte. No es fácil conformar los equipos y en materia de proyectos parten prácticamente de cero, y tienen que elaborar toda una estrategia, comenzar a desarrollar proyectos, y mi impresión, tal como se dieron estas cosas, recién Arica-Parinacota se viene a consolidar después de tres años".
Mirada similar es la que plantea Álvaro Bellolio, coordinador del programa Sociedad y Política de Libertad y Desarrollo (LyD).
Reconoce que la creación de una nueva región trae "bastantes gastos a considerar", ya que involucra una nueva planta de servicio administrativo de Gobierno Regional, que incluye a lo menos 3 jefes de división, 4 jefes de departamento, 10 profesionales y 20 administrativos, técnicos y auxiliares, entre otros. Es decir, acota el economista, "una nueva región supone una orgánica burocrática con al menos 100 ó 150 nuevos funcionarios públicos, además de estar ligado al análisis de la necesidad de tener nuevos senadores en la región (en aquellos casos donde la magnitud de distrito de la región es sólo de 2)".
De hecho, explica "según el presupuesto para el año 2009, esto tenía un costo asociado de $1.614 millones (a la fecha, se debe ajustar por inflación para ver a pesos del 2014), aunque algunos programas, como los judiciales, van en partidas independientes".
Con todo, Bellolio asegura que a la hora de plantear un cambio importante en la materia, "es necesario evaluar cuál es el objetivo final y las ventajas comparativas de avanzar en esta línea".
Al respecto, Orpis comenta su realidad. Hoy, dice, "creo que se justificaba plenamente" la creación de la región de Arica-Parinacota, ya que "partiste con un FNDR de $2.000 a $3.000 millones, y ya está en $32.000 millones. Se han podido desarrollar los proyectos estratégicos de la región que estuvieron largamente postergados como la minería".
Eso sí, el senador puntualiza que al crear una nueva región más que hablar de territorio, hay que evaluar hasta qué punto están en realidades distintas sus comunas.
"Tiene que ver con identidad, desarrollo productivo, hay un conjunto de variables que uno puede llegar a determinar y si no haces esas divisiones, lo que terminas haciendo es neutralizándolas", indica.
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