Giorgianna Cúneo: "No extraño para nada el no estar en Falabella"

Apasionada por su trabajo al interior de la Asociación de Vitivinicultores de Casablanca, la hija menor de Juan Cúneo también se da el tiempo para ahondar sobre los resultados de la viña que encabeza.
Casas del Bosque sigue sin presentar los resultados esperados, pero para Giorgianna las cifras azules llegarán. El tema es cuestión de tiempo. Estima que en tres a cuatros años más la bodega tendrá utilidades.
En 2008 había proyectado que el despegue en las cifras de la compañía llegaría este 2012. Eso finalmente no sucedió.
En la actualidad, su vida se divide entre la agrupación y las reuniones de directorio a las que asiste con regularidad en la viña que preside su padre.
Su hermana, Paola, también es parte del equipo. Es la gerente de finanzas, y Giorgianna confiesa de inmediato, al consultarle sobre cifras, que no es la más idónea, aunque tiene claro cuál es el rumbo de la compañía.
En paralelo, sigue sacando adelante a un grupo de viñateros en el Valle de Casablanca, de clima frío caracterizado por las variedades sauvignon blanc y pino noir.
El objetivo, por ahora, es innovar. Y el camino podría venir con vinos más elaborados. Utilizar más de una cepa en un blend sería la opción a evaluar.
Consultada si esta experiencia la motivaría a llevar adelante una carrera al interior de Falabella, donde su padre es el presidente y miembro del pacto controlador, aclara tajante que no. “Ya pasó esa etapa”, dice Giorgianna.
¿Cómo surge Viña Casas del Bosque?
A comienzos de los 90`, mi padre quería tener un campo de fin de semana, por lo que le encargó a un amigo de él que buscara uno cerca de Santiago, no más allá de una hora de viaje. Es ahí que se presentó la oportunidad de un terreno en Casablanca, pero él lo quería para andar a caballo, nunca pensó en una viña. Esto se hizo al andar, y aquí seguimos trabajando.
Pero, ¿cuál es el objetivo de llevar adelante esta Viña?
Estamos en un proceso de evaluación, lo que nos debiera llevar a producir entre 120 mil a 140 mil cajas, pero no debiéramos superar eso. Estamos trabajando para alcanzar nuestras metas.
¿La experiencia que ha adquirido como presidenta de la Asociación de Vinos de Casablanca no es un aliciente para tomar un rol protagónico en Falabella?
No, para nada. Creo que Falabella está tomando otro rumbo y, en el fondo, están las personas que tienen que estar. Están los Solaris, y yo estoy trabajando en otra área. Estoy feliz en lo que hago. Me encanta. Tenemos un proyecto turístico súper desafiante. Acabamos de inaugurar una Casa Mirador en la parte alta del viñedo. Hay harto trabajo por hacer, y estoy feliz en la viña. Trabajo y participo en algunos directorios y con eso estoy perfecta. Así es que en este minuto para nada.
¿Y a futuro?
A futuro tampoco, creo que ya pasó esa etapa. Estoy feliz donde estoy. Pero en algún minuto uno podría haber dicho me hubiera gustado, pero bueno, tuve la suerte de haber trabajado en el Banco de Chile. Llegue a la viña y esto me ha permitido conocer este mundo que me tiene encantada. Me dio la posibilidad de trabajar en la asociación, conocer y tener la posibilidad de trabajar con gente que sabe mucho. En su minuto trabajé con Pablo Morandé. Hoy la asociación está abierta con gente nueva. Entró Jimena Pacheco de Viña Casablanca. Estoy trabajando con Rodrigo Soto, que es un excelente enólogo. El viene de trabajar seis años en EE.UU. en Benziger Family (Bodega), en Napa Valley, California. Eso me tiene muy entretenida. Creo que ese desafío es muy grande como valle o asociación, y estoy muy entretenida con los proyectos en los que estoy trabajando. La verdad es que no extraño para nada el no estar en Falabella, todo lo contrario, estoy feliz.
¿Puede ser que exista mayor estrés al trabajar en una compañía como Falabella?
No creas, acá tenemos bastante estrés. Se trabaja harto. Hay varios temas que nos tienen muy ocupados. Para nosotros como asociación este ha sido un año súper duro. La semana pasada hicimos un seminario de turismo. Este es el primer seminario de turismo que hace aquí en Chile. Trajimos a un brasileño, estuvo muy bueno. Hicimos unas charlas de riego. La próxima semana tenemos la Feria Nacional de Viticultura, que por primera vez la hace el Valle de Casablanca. Tuvimos la noche del pino noir. Así es que estoy muy contenta, porque veo que Casablanca se mueve y es innovador. Es un líder de clima frío, estoy convencida de eso. Además, estamos asociados y eso es fantástico.
En 2008, dijo que esperaba que este año Viña Casas del Bosque arrojara sus primeras cifras azules. Eso no pasó. ¿Cuándo estiman que podría pasar eso ahora?
Dentro de los próximos años debiéramos estar entregando esas cifras azules
¿Cuánto se podría extender ese periodo?
Esperamos que entre dos a cuatro años más lleguemos a esas cifras azules.
¿Por qué este retraso?
Creemos que nos falta llegar a las 120 mil cajas. Esas las vamos a tener de aquí a unos dos a tres años más. Hoy estamos produciendo 90 mil cajas. También hay que hacer inversiones en tecnificación. Ahora último hemos invertido por lo menos $2.000 millones. Solo en Casa Mirador, que es algo turístico, que no tiene nada que ver con implementación de bodegas, fueron cerca de $700 millones. Después está todo lo que se ha hecho en las bodegas. Además de la compra de barricas.
¿Han pensado en reestructurar su participación en el negocio al no obtener los resultados esperados?
No, porque nosotros creemos que es un negocio que debe rendir frutos. Estamos satisfechos con la calidad que tenemos. Hemos logrado un posicionamiento relevante. Estamos con un excelente enólogo neozelandés que está a un gran nivel. Entonces, queremos esperar y los resultados vendrán por sí solos. No hay que desesperarse ni impacientarse. Hemos tenido mucho ensayo y error, porque no venimos de una familia de vitivinicultores; no somos familia de vinos. Nos equivocamos, como lo hizo mucha gente en el valle.
¿Cómo observa el alza de costos y la caída del dólar?
Estamos en un minuto en el que nos toca bailar con la fea por un tema que tiene que ver con el alza, también, del área energética, pero eso también te va llevando a buscar formas de eficiencias. Eso, principalmente en ahorro en energía y en mejoramiento en la parte del riego. Cuidar mejor el recurso agua. Todo eso ayuda.
¿Eso se refleja también en mano de obra?
También. Estamos en un minuto complicado, pero está surgiendo la mecanización. Al principio era como que no todo se va a cosechar a mano. Hoy eso está cambiando. Afuera no necesariamente se cosecha a mano y se hacen excelentes vinos también.
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