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Jennifer Griffin: "La misión tiene que ser el impacto social"

De la oficina de licencias de tecnología del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, su sigla en inglés), Jennifer Griffin cuenta cómo funciona el mundo de la innovación y emprendimiento en Cambridge y Boston, qué los hace líderes mundiales en este ámbito y cómo la Gran Recesión afectó a la investigación y desarrollo (I+D) en una de las universidades más potentes del mundo en este tema.

“Donde MIT sufrió más fue en el área del capital de riesgo. No estaban invirtiendo tanto en nuestras start ups. En 2010-2011 las cosas empezaron a mejorar ”, asegura.

En ese periodo ¿también se estancaron las ideas?

No. La generación de ideas, al parecer es independiente de eso. El número de ideas que obteníamos seguía aumentando durante ese periodo.

¿Qué hace que el MIT sea un líder en transferencia tecnológica? 

Somos líderes por el ecosistema de emprendimiento que existe alrededor de MIT, como también de Cambridge.  Hay universidades de clase mundial, hay inversionistas dispuestos a tomar oportunidades de alto riesgo e invertir en ellas, y hay muchos emprendedores seriales que han hecho esto exitosamente y vuelven a hacerlo de nuevo. Los abogados, los consultores, los inversionistas, y todas las áreas que están fuera del MIT pero apoyan su ecosistema.

¿Cómo manejan el riesgo que suponen las start ups?

Somos muy afortunados porque tenemos un presupuesto de patente muy grande. Las oficinas de instituciones más pequeñas tienen presupuestos más pequeños, así que no pueden tomar más riesgos, y necesitan hacer mucha más evaluación de las tecnologías y decidir en cuáles pueden invertir. Y nosotros hacemos menos de eso, porque podemos tomar más riesgo.

¿MIT caza talentos? 

No formalmente, es una red de contactos informal. Muchos son ex alumnos que vuelven.

¿Qué consejos daría a universidades más pequeñas, como las chilenas?  

Se necesita entender por qué se hace. La misión tiene que ser el impacto social. Hay que asegurarse de que las políticas que apoyan lo anterior sean muy claras. Me pareció cuando estuve en Santiago en junio, que cada universidad tiene su propia oficina de transferencia tecnológica y me parece que cuando recién se está empezando puede que no sea necesario. Una idea puede ser tener oficinas regionales que manejen todas las ideas de las universidades locales. Y la razón es que tenemos de 70 a 75 ideas al año. Necesitamos nuestra propia oficina.

¿Cuáles son los errores que no pueden darse el lujo de cometer? 

Pensar que van a ganar mucho dinero rápidamente. Eso no pasa. Los inventos tardan muchos años en ser rentables.

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