
BC mantiene requerimiento de capital para la banca y alerta que “la incertidumbre global ha aumentado considerablemente”
En el comunicado de su Reunión de Política Financiera, dijo que “el sistema bancario se encuentra bien preparado para enfrentar un escenario más negativo”, y que la economía chilena está en mejor posición versus años previos.

El Consejo del Banco Central (BC), informó este viernes que en su Reunión de Política Financiera (RPF) de este primer semestre decidió mantener el Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC) en 0,5% de los activos ponderados por riesgo (APR) de los bancos del país.
Esta decisión de mantener sin cambios este resguardo de capital, fue adoptada de manera unánime por sus miembros, y es “coherente con las condiciones macrofinancieras y de riesgo que enfrenta el sistema financiero”, dijo la entidad.
Es que el instituto emisor alertó que la incertidumbre mundial ha aumentado, pero informó que la banca local está bien preparada para enfrenar un eventual escenario negativo.

El RCC es un requerimiento de capital que puede pedir el BC a los bancos en caso de considerarlo necesario, y su objetivo es poder contar con un “colchón de capital adicional que pueda liberarse, total o parcialmente, frente a escenarios de estrés severos, producto de la materialización de riesgos de carácter sistémico,(y que) contribuye a reducir el impacto de éstos en la oferta de crédito”, señala el último Informe de Estabilidad Financiera.
De esta forma, “aporta al objetivo de estabilidad financiera del BC, mitigando la amplificación de estos shocks y contribuyendo a una recuperación más rápida de la economía”, agrega.
Los argumentos
En concreto, en el comunicado de la RPF, el BC señaló que “en los últimos meses, en lo externo se han sucedido una serie de desarrollos en el ámbito político y comercial. Su punto más álgido ocurrió a inicios de abril, cuando el gobierno de Estados Unidos anunció aranceles largamente superiores a lo esperado a un grupo amplio de países”.
En esa línea, el BC recordó que “esto provocó movimientos importantes en los precios de los activos financieros y un aumento relevante de la volatilidad. Pese a la magnitud de los movimientos, los mercados financieros globales funcionaron sin mayores disrupciones”.
Pero también afirmó que “la incertidumbre global ha aumentado considerablemente. Si bien en lo más reciente se han registrado acercamientos que han provocado un mejor ánimo en los mercados, persisten las dudas respecto a la temporalidad, magnitud de las medidas y de su impacto en la economía mundial”.
Por eso, aseguró que “no pueden descartarse escenarios donde estos efectos generen impactos relevantes en la actividad local, el mercado laboral y la capacidad de pago de hogares y empresas, siendo estas repercusiones mayores si las tensiones comerciales y geopolíticas se intensifican”.

Sobre este asunto, también sostuvo que “la significativa alza de las tensiones comerciales se da en un escenario en que otros riesgos no se han disipado. Persisten las vulnerabilidades globales asociadas a la permanencia de las tasas de interés de largo plazo en niveles elevados y, el alto endeudamiento soberano y corporativo”.
Por otra parte, informó que “la valoración de los activos financieros en algunos segmentos sigue elevada. Asimismo, se mantienen las vulnerabilidades estructurales en la economía china y diversos focos de conflictos geopolíticos. Todo lo anterior, ha llevado a correcciones a la baja de las proyecciones de actividad para diversas economías. Mientras, persiste el riesgo de un deterioro de las condiciones financieras para las economías emergentes”.
Precisamente sobre las economías emergentes, dijo que “los mercados financieros han tenido una evolución favorable respecto de episodios de tensión previos. Las tasas de interés soberanas se han reducido levemente, las monedas se han apreciado frente al dólar y las bolsas muestran rendimientos positivos. A nivel local, los activos financieros han mostrado tendencias similares a las de otras economías emergentes“.
Así las cosas, el BC mencionó que “el deterioro del escenario externo encuentra a la economía chilena en mejor posición respecto a años previos. Se han corregido los significativos desbalances macroeconómicos y la situación financiera de los usuarios de crédito ha ido mejorando en los últimos trimestres”.

Asimismo, dijo que “la actividad crediticia no presenta mayores cambios”; y que “el sistema bancario se encuentra bien preparado para enfrentar un escenario más negativo”.
Sobre esto último, enfatizó que “los bancos poseen holguras en sus indicadores de liquidez y han constituido provisiones y garantías acordes a la calidad de su cartera. La banca ha seguido fortaleciendo su base de capital y sus indicadores de solvencia han aumentado acorde con el proceso de convergencia a los estándares de Basilea III. Desde la RPF anterior —noviembre 2024—, se han materializado nuevas emisiones de bonos perpetuos y, la rentabilidad de la banca se ha mantenido sobre sus promedios históricos”.
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