Columna de Tomás Casanegra: “Giros”

Tomás Casanegra Rivera

"El período de la plata fácil se está por acabar, por lo que cualquiera de ustedes, con el respeto que me merecen, que haya descubierto el gran inversionista que llevaba dentro estos últimos años, le aconsejo que guarde su juicio al menos por unos 5 años más".


Quien entiende que la vida es cíclica y al mismo tiempo entiende que la mayoría de las personas no entiende eso (sólo ven “tendencias”), puede obtener gratas recompensas en general, y de las inversiones en particular.

En los 20 años que van de 2003 a 2022 el IPSA ha ido desde su referencia inicial de 1.000 puntos hasta los 6.200 que lo veo hoy. Un retorno nominal anual de 9% en un período con inflación de 4% ha proporcionado un 5% real anual para los pacientes y diversificados inversionistas locales. Sin embargo, la situación a los ojos de cualquier observador ha sido cada vez peor. A los brillantes primeros 5 años de ese período (2003-2007), en que el IPSA rentó 25% nominal anual (22% real), lo siguieron dos mediocres quinquenios (2008-2012 y 2013-2017) de 7% nominal (4% real) el primero, y 5% nominal (2% real) el segundo. La tasa de inflación, sin embargo, se comportó: la pérdida de valor de nuestra moneda se mantuvo en 3% anual esos primeros 15 años.

Los últimos 5 años de estas dos décadas (2018-2022), la ya fea tendencia terminó en una situación para llorar: un -1% nominal combinado con una inflación de 6% anual, llevó al “inversionista IPSA” a experimentar una pérdida en términos reales de 7% anual por 5 años. No es de extrañar que cualquiera que vea “tendencias” haya decidido que el IPSA estaba maldito y que nunca iba a repuntar. Y cualquiera que haya visto las noticias durante ese período sólo podía confirmar la maldición: estallido social, Constitución mamarracho, futuro Presidente prometiendo el fin del neoliberalismo, etc.

Sin embargo, mirando más de cerca el último quinquenio, el -8% de 2018, el -9% de 2019, y el -11% de 2020, fueron seguidos por un +3% en 2021, un +22% en 2022, y un +18% en lo que va de este 2023. “Todo da vueltas como una gran pelota, todo da vueltas, casi no se nota”, es lo que estaba ocurriendo. Es que en el mundo de las inversiones hay una minoría que siempre va a recoger gratis lo que otros sólo quieren botar, gente que mira los números y ya un tanto aburrida de los lamentos generalizados sobre un país condenado, dice: condenado estará, pero a estos precios, al menos voy a ganar. La cosa comienza de a poco, con los “contreras” que sólo ven números, no leen el diario, ni conversan con nadie más. Seguidos después por otros tantos que además de precios bajos ven que la refundación de Chile murió, y sólo estamos esperando el funeral. Esto, hasta aquí, creo ha llevado el IPSA a rentar 50% en menos de dos años.

Sigo optimista con el IPSA en general (con ciertas empresas del índice en particular, y con algunas IGPA aún más). Por una parte, nunca olvido que una de las cosas más documentadas es lo consistente que en períodos largos de tiempo (30 años o más) es el 7% de retorno accionario real. Que estemos por debajo de ese umbral, junto a las bajas valorizaciones que aún podemos observar, me hace creer que el período de ajuste positivo continuará. Dicho esto, el período de la plata fácil se está por acabar, por lo que cualquiera de ustedes, con el respeto que me merecen, que haya descubierto el gran inversionista que llevaba dentro estos últimos años, le aconsejo que guarde su juicio al menos por unos 5 años más.

Por último, adelantándome a quienes viendo esta nueva “tendencia” positiva se preguntan si aún es tiempo para invertir en la bolsa local, mi respuesta va en la misma línea que aquel dicho norteamericano: si tienes que preguntar cuánto te cobrará la marina por tener atracado el yate que te quieres comprar, es porque no te lo debieras comprar.

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