El nuevo round entre agricultores y Colbún por el derrumbe de un canal

Regantes del canal Las Mercedes recibieron un estudio que cifra en más de US$ 60 millones los daños. La eléctrica, que niega responsabilidad en el accidente, responde con un estudio externo que validaba el buen estado de la infraestructura.


En noviembre del año pasado, la relación de largas décadas entre Colbún y los regantes del canal Las Mercedes, que abastece a agricultores de las comunas de Curacaví y María Pinto, en la Región Metropolitana, se quebró.

El túnel Patagüilla, que forma parte del sistema de regadío y cuya mantención está a cargo del grupo eléctrico perteneciente a la familia Matte -que a la vez opera la central hidroeléctrica Carena, en la misma zona-, se derrumbó, obligando a detener el flujo de agua entre el 26 de noviembre y el 18 de diciembre de 2020, afectando, según los regantes, a 10 mil hectáreas que dependen de dicho canal.

A esto se suma que el canal, tras reanudar su operación, lo hizo con menos agua que la habitual.

Desde entonces, los regantes han responsabilizado a la eléctrica de la situación, y acusan que entre los afectados no solo se encuentran grandes empresas, sino también pequeños regantes a quienes la situación prácticamente los arruinó. Por ello, piden que la empresa los compense por esta situación.

El gobierno, a través del Ministerio de Agricultura, estableció una mesa de trabajo con los agricultores y la empresa eléctrica, que desde el comienzo ha asegurado que cumplió con todas las obligaciones del contrato de mantención que, como dato, tiene más de 100 años de vigencia.

Los agricultores, en tanto, solicitaron un informe económico para determinar el monto del perjuicio al consultor Jaime Jullian, el cual fue presentado este viernes, y al que tuvo acceso PULSO.

Según este informe, el derrumbe del túnel Patagüilla afectó, en diversos grados de intensidad, a 10.580 de las 16.580 hectáreas de los predios productivos en las comunas de Curacaví y María Pinto, lo que corresponde al 62,6% del total. Los daños más graves, en tanto, se concentraron en 3.089 hectáreas de frutales y en 4.056 hectáreas de cultivos anuales. “Esto significa que el 42,4% de la superficie en cuestión sufrió daños severos”, indica el reporte. En términos económicos, y considerando aspectos como el menor rendimiento de los predios, daños totales y mayores costos, el perjuicio superaría los US$ 60 millones.

“A la fecha, se ha podido constatar que el derrumbe del túnel Patagüilla causó daños en los cultivos correspondientes a la temporada 2020, por US$ 54.316.240. Asimismo, se ha podido constatar que dicho evento causará un daño de US$ 8.304.041 a los cultivos correspondientes a la temporada 2021”, indica el estudio, que agrega que la mayor parte de los daños determinados para la temporada 2020 corresponde a frutales (3.089 hectáreas) y cultivos anuales (4.056 hectáreas).

“En frutales, los daños determinados alcanzan los US$ 27.460.587, mientras que en cultivos anuales, los daños determinados llegan a los US$ 25.842.398. Los daños determinados para predios que pudieron recurrir a una fuente alternativa de aguas mientras duró el corte del canal (1.535 hectáreas) fueron puntuales, y alcanzan los US$ 569.921. En el caso de los terrenos dedicados a la crianza de ganado (1.900 hectáreas), las pérdidas determinadas alcanzan US$ 443.333”, cierra el texto.

La respuesta

Colbún asegura que ha cumplido con sus obligaciones respecto a la mantención tanto del canal como del túnel, por lo que, en su visión, no corresponde exigir compensaciones.

“En relación con la supuesta responsabilidad de Colbún en el accidente ocurrido, debemos reiterar nuevamente que rechazamos categóricamente tal imputación. Colbún cumple y ha cumplido sus obligaciones contractuales para con su contraparte y dueña del Canal y Túnel, la Asociación Canal Las Mercedes. Por lo mismo, tampoco corresponde exigir compensaciones a Colbún”, plantean desde la empresa.

Colbún sostiene su versión, entre otros antecedentes, en un informe elaborado por la consultora Rodríguez y Goldsack en agosto de 2020, antes del accidente, y en el que se analizó el estado del túnel a pedido de los propios regantes.

“Este informe, hecho solo tres meses antes del derrumbe y que hasta ahora Colbún no había tenido acceso, establece tres elementos interesantes sobre el referido túnel. Primero, señala explícitamente que ‘el túnel se encuentra en general en buen estado, con lo que se ha podido mantener en operación durante los años’. Segundo, afirma a renglón seguido que ‘los sectores con problemas más críticos de estabilidad se han reforzado en los últimos 10 años’. Y tercero, señala que ‘existen sectores (prioridad 1) que presentan un cierto grado de riesgo para la estabilidad del túnel, los cuales se recomienda reforzar’”, dice Colbún.

La empresa indica que este reporte fue encargado por los socios de la asociación de canalistas en el contexto del desarrollo de un proyecto hidroeléctrico aguas abajo de la central Carena -de Colbún- y que fue el mismo gerente de la Asociación quien informó al personal de Colbún acerca de esta visita. La empresa no quiso pronunciarse sobre los perjuicios calculados por el estudio de Jaime Jullian por desconocer su contenido.

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