Enjoy logra salida del casino de Viña del Mar y Ripamonti manifiesta su molestia por el proceso
"La insolvencia de Enjoy era un hecho conocido por la Superintendencia desde hace más de seis años y, aun así, en reiteradas ocasiones optó por modificar la normativa para acomodarse a sus intereses", dijo la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti.
Enjoy finalmente logró la autorización para dejar la operación del casino de Viña del Mar dentro de los próximos tres años, en una controvertida y postergada decisión generada por sus severos problemas financieros, pero que molestó a la alcaldesa de la Ciudad Jardín, Macarena Ripamonti.
El pasado 6 de agosto, el Consejo Resolutivo de la Superintendencia de Casinos de Juego autorizó las renuncias para los permisos de Enjoy en las comunas de Coquimbo y Pucón, pero fue postergada la decisión sobre el futuro de la operación en Viña del Mar, a solicitud del gobernador regional Rodrigo Mundaca. Finalmente, la determinación se zanjó este lunes.
Enjoy, en ese momento controlado por la familia Martínez, había ganado con una agresiva oferta en 2018 la licitación por el permiso de operación que tendría una vigencia de 15 años, es decir hasta el 2033.
Sin embargo, sus graves dificultades financieras profundizadas durante la pandemia de covid, cuando los casinos permanecieron cerrados, la obligaron a entrar a dos procesos de reorganización judicial que terminaron con la empresa, controlada por sus anteriores acreedores como Euroamerica, dividiendo sus activos para enajenarlos.
Uno de los detonantes del desastre financiero fue justamente la oferta económica presentada en la licitación para ganar el casino de Viña del Mar. Ofreció entregar cada año a la municipalidad 831 mil UF ($32.609 millones), lo que se convirtió en una de las mayores entradas para la autoridad comunal. Como comparación, el casino Monticello Dreams, más cercano a Santiago y más grande, paga sólo 25.655 UF ($1.006 millones) al año al municipio de San Francisco de Mostazal.
En la sesión del lunes del Consejo Resolutivo, la subsecretaria de Hacienda y presidenta del órgano colegiado, Heidi Berner; la subsecretaria de Turismo, Verónica Pardo; y la presidenta de la Comisión para el Mercado Financiero, Solange Berstein, votaron a favor del requerimiento de Enjoy. El gobernador Mundaca votó en contra y la subsecretaria de Desarrollo Regional, Francisca Perales, se abstuvo.
Con la decisión, Enjoy seguirá operando el casino de Viña por los próximos tres años, periodo durante el cual seguirá pagando el mismo monto anual al municipio, mientras la superintendencia deberá llevar a cabo una nueva licitación -tal como ocurrirá con Coquimbo y Pucón-, la que probablemente tendrá ofertas más bajas que la anterior, lo que reducirá los ingresos municipales. Para sacar adelante este nuevo proceso, el consejo “determinará las condiciones especiales para el otorgamiento del permiso de operación, que considerarán, entre otras, una oferta económica mínima garantizada, la construcción o ampliación de la infraestructura turística de la comuna y el porcentaje de las personas que trabajan en el casino de juego que continuarán prestando servicios”. Actualmente trabajan 589 personas en el casino viñamarino.
Según proyecciones de la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) y con base en los ingresos brutos que generó el casino de juego de Viña del Mar en 2024, se estima que la decisión del consejo permitirá, durante los próximos tres años, una recaudación superior a los $65.459 millones. De ese total, $29.167 millones corresponderían al impuesto específico al juego, $27.709 millones al IVA, y $8.582 millones al impuesto por entrada.
Quejas de Ripamonti
Ante la decisión, la alcaldesa Macarena Ripamonti criticó el tiempo que tardó en adoptarse.
“Esta votación es una nueva señal de que, en la industria de los casinos, las reglas no se aplican por igual. Las cartas están marcadas y siempre favorecen a los mismos actores. La insolvencia de Enjoy era un hecho conocido por la Superintendencia desde hace más de seis años y, aun así, en reiteradas ocasiones optó por modificar la normativa para acomodarse a sus intereses, en lugar de resguardar el interés público”, dijo la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, en un comunicado.
Ripamonti justificó su molestia en el futuro del casino cuando se concrete la salida de Enjoy, algo que ocurrirá tres años después de esta renuncia excepcional. “No hay certezas sobre los ingresos de nuestra ciudad a partir del 2028, y eso es profundamente injusto”, dijo.
Ante este contexto, la autoridad emplazó al gobierno del Presidente Gabriel Boric a “establecer una oferta mínima garantizada, que asegure, como la ley exige, los ingresos de la ciudad de Viña del Mar y, en segundo lugar, adjudicar una nueva licencia este mismo año, acelerando todos los plazos”.
“Nuestra expectativa es sencilla: que el gobierno y especialmente Hacienda, emitan una declaración pública donde se comprometan con Viña del Mar. Necesitamos una declaración, ya que tenemos experiencia escuchando palabras que luego se las lleva el viento”, agregó la autoridad del Frente Amplio.
Ripamonti también resaltó su llamado en el contexto de que se viene el cambio de representantes. “La autoridad regulatoria está por dejar su cargo y el gobierno también. Frente a eso quiero ser clara: dejar pasar el tiempo y eludir responsabilidades no es un camino posible”.
En la memoria de Enjoy del 2024, la firma explica que el mal momento de la firma se da en las “ofertas económicas realizadas en el año 2018, para renovar las licencias de Viña del Mar, Coquimbo y Pucón”.
“Su magnitud fue tal, que estás unidades no sólo generan pérdidas, sino que también déficits de caja sustanciales. En simple, esas son ofertas no sostenibles ni para Enjoy ni para ningún otro operador, ya sea nacional o extranjero”, dijo Jaime Maluk Valencia, en su calidad de presidente del directorio de Enjoy.
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