José Luis Daza: “Si Kast gana la elección, el crecimiento será sustancialmente más alto y la situación fiscal puede mejorar más rápido de lo asumido”

El economista, que por primera vez participa activamente en una campaña presidencial, explica los ajustes que el nuevo equipo al que se sumó le hizo al programa económico de José Antonio Kast: se asume ahora una expansión del PIB que subirá a 3,5% al fin del período, se postergan las bajas de impuestos y se prioriza una simplificación tributaria, y se apuesta por estabilizar la deuda pública por debajo del 50% a mediano plazo. Pero Daza enfatiza que estos son números conservadores.


Llegó el martes último a Chile y no ha parado. Reconoce que esto de sumarse a la campaña presidencial de José Antonio Kast (JAK) de cara a la segunda vuelta ha sido un torbellino y que le ha significado dejar en pausa sus proyectos en Nueva York, donde reside desde hace décadas, pero está convencido del paso al frente que dio, incluso por sobre la distancia que pueda tener con el candidato de Republicanos en los temas valóricos. “Los puntos en común con JAK, frente a los riesgos que enfrenta la sociedad, son hoy mucho más fuertes que las diferencias”, asegura el economista José Luis Daza (63 años), uno de los chilenos que más alto ha llegado en el mundo de la banca de inversión a nivel internacional, como destacan sus pares.

Daza se unió al nuevo equipo económico que armó Kast tras ganar la primera vuelta y es uno de sus ocho coordinadores, junto con Sebastián Claro, Sylvia Eyzaguirre, Patricio Rojas, Soledad Arellano, Claudio Lucarelli, Cecilia Cifuentes y Eduardo Guerrero. El grupo ajustó y modificó el programa económico del abanderado, haciéndose cargo de las falencias que sus críticos les hicieron: fundamentalmente, que no cuadraba en términos macroeconómicos y que no consideraba la necesidad de solvencia fiscal, con expectativas muy altas de crecimiento y bajas de impuestos que debilitaban las arcas públicas.

En esta entrevista -que se realizó por escrito- Daza explica el sentido de los cambios y asegura que ahora se trata de “un programa de alto impacto, directo, robusto y que ayuda a la población más necesitada, en forma responsable y consistente con generar condiciones para crecer más”.

Del mismo modo, reafirma sus cuestionamientos a las propuestas de Gabriel Boric y enfatiza que si se intentara aplicar el programa del candidato de Apruebo Dignidad, “terminaríamos con mayor pobreza, mayor desigualdad y se generarían problemas aún mucho más difíciles de resolver”. Y agrega que esa es una de las principales razones por las que decidió aceptar la invitación a trabajar en el equipo de Kast.

¿Por qué decidió sumarse de manera activa y visible a la campaña presidencial de José Antonio Kast, lo que no había hecho nunca antes en otra elección?

-Comparto plenamente la visión económica de José Antonio Kast sobre el camino a seguir para resolver los grandes problemas económicos y sociales de Chile. Su visión sobre la prioridad del crecimiento coincide con la mía. Es claro que las condiciones sociales y económicas hoy son muy diferentes a las de los 80 y 90, por lo que no se requiere hacer más de lo mismo. Pero sí se requiere crecer. Además, siempre he contribuido con Chile cuando me han perdido aportar ideas; lo hice con Eduardo Aninat, con Nicolás Eyzaguirre.

¿Qué términos conversó con él cuando lo invitó a participar?

-Las conversaciones privadas son privadas. Claramente es una persona humilde, que escucha frente a quienes él considera tienen conocimiento especializado. Me siento cómodo en que jamás pasaría lo que ocurrió con Boric, en que todos sus economistas aconsejaron votar contra el cuarto retiro y él los desoyó por razones políticas.

¿No hay un abismo entre su concepción liberal de la sociedad y el conservadurismo de Kast en los temas no económicos?

-Me siento cómodo donde coexisten y se respetan todo tipo de visiones. JAK, en la práctica, ha demostrado ser pragmático y tolerante. Vengo de una familia muy tolerante. Mis padres, agnósticos, vivieron en Venezuela, donde el mejor colegio en ese momento era un colegio del Opus Dei. Mis hermanos fueron a ese colegio, donde tuvieron una experiencia inolvidable. Los puntos en común con JAK, frente a los riesgos que enfrenta la sociedad, son hoy mucho más fuertes que las diferencias.

¿Por qué dijo que Kast se parece más a Reagan que a Bolsonaro o Trump? Trump planteó el muro en la frontera para evitar el ingreso de migrantes irregulares, y Kast una zanja. ¿No es esa una clara similitud?

-JAK tiene mucho de Reagan en sus ideas y en su simpatía, humildad en el trato con las personas, encanto. En economía, JAK cree en mercados eficientes, competitivos, libre comercio, Estado de derecho. Los otros dos son absolutamente lo opuesto. Trump se opuso al TPP y cree en política industrial. Bolsonaro también cree en un Estado intervencionista y ha mostrado tener total desprecio por la ciencia durante la pandemia. Igual que Reagan, JAK es una persona pro mercado, mientras los otros son intervencionistas que buscan ayudar a sectores de negocios específicos. En el punto del muro, una de las lecciones de inferencia estadística es nunca sacar conclusiones basadas en una sola observación, nunca hacer lo que llaman one point econometrics. Hasta donde entiendo, la zanja la comenzó Bachelet. ¿Justifica eso asemejarla a Trump?

¿Cómo es a nivel personal compartir la campaña con su hermana Paula Daza?

-Lamentablemente nos hemos visto muy poco. Ambos muy ocupados en lo suyo.

Ante un eventual triunfo de Kast, ¿está disponible para asumir un cargo en el nuevo gobierno? ¿Le gustaría ser ministro de Hacienda?

-Cualquier persona que hubiera visto al equipo económico trabajando, sabe que todos los economistas del grupo son mucho más calificados que yo para ese cargo. El conocimiento institucional, de programas existentes, de números, de las complejidades institucionales es extraordinario. Todos los miembros del equipo serían grandes colaboradores directos del Presidente Kast. Yo puedo aportar la visión global, que se complementa al aporte de los otros miembros en sus conocimientos sobre la institucionalidad y economía chilena.

Yo estoy con nuevos proyectos en New York, que están momentáneamente interrumpidos por ayudar a JAK en una elección realmente importante. Pero más importante que eso, mi esposa renunció hace nueve meses a su trabajo y está creando su propia empresa en New York.

¿Cómo está el ánimo al interior del equipo, hay expectativas de triunfo pese a que las encuestas dan como ganador a Boric?

-El ánimo ha sido de profesionalismo absoluto y un enorme entusiasmo al colaborar con un plan de gobierno potente, de programas sociales que van a ayudar a la gente más pobre y, al mismo tiempo, desarrollar las medidas necesarias para gatillar inversión y crecimiento.

Ajuste del programa

¿Cuál fue el diagnóstico inicial del nuevo equipo económico sobre el programa económico original de Kast: irreal e inconsistente como manifestaron varios críticos?

-Comenzamos por establecer un diagnóstico común de la situación actual de Chile y había total acuerdo entre el equipo inicial y el expandido. También había acuerdo en lo que necesitábamos hacer: enfrentar las necesidades sociales inmediatas, sujetos a una trayectoria de solvencia, y simultáneamente generar condiciones para aumentar el crecimiento. Me ha sorprendido muy gratamente el extraordinario conocimiento que tienen todos de los diferentes programas a implementar, las alternativas de funcionamiento y costos.

Así entonces y antes de entrar en los detalles, ¿cuál diría que es el principal cambio de concepción en esta nueva propuesta, o en este ajuste?

-Se refinan programas de ayuda social muy fuertes, de alto impacto directo en la gente. Frente a la incertidumbre sobre los números de crecimiento y recaudación en los próximos años, se adoptan supuestos más conservadores que nos llevan a dejar supeditadas las rebajas de impuestos a la evolución de la economía y de las cuentas fiscales. Pero quiero dejar muy claro que si JAK gana la elección, pienso que el crecimiento será sustancialmente más alto y la situación fiscal puede mejorar más rápido de lo asumido. Chile tiene una tasa impositiva excesivamente alta si quiere estar entre los países más competitivos del mundo en atraer inversión.

¿Ya no corre el crecimiento entre 5% y 7%? ¿Cuál es la meta de crecimiento ahora, y apuntan al efectivo o al tendencial?

-Aspiramos a subir el crecimiento potencial de Chile todo lo que se pueda, ojalá al 4 % y más. Simplemente por prudencia, asumimos que el crecimiento base aumentará solo en un punto hacia el final del gobierno, a 3,5%. Personalmente soy optimista de que se puede crecer a tasas más altas si modificamos aquellas acciones que hoy desalientan la inversión.

¿Eliminaron la propuesta de rebajar en 10 puntos el impuesto a las empresas y en 2 puntos el IVA?

-No eliminamos nada, postergamos. Todo está supeditado a la solvencia fiscal. En impuestos decidimos empezar por una gran simplificación que aporta recursos y elimina desincentivos a la inversión. Las tasas de impuesto se revaluarán apenas sea posible, dependiendo de la marcha de la economía.

¿Pero se establecieron algunos parámetros objetivos para que se haga efectivo el avance en reducir impuestos? Porque ustedes solo hablan de cuando se retome una senda de crecimiento sostenible y se logren estabilizar las cuentas fiscales.

-La sostenibilidad de la deuda depende de tres parámetros principales. El nivel de tasas de interés, la tasa de crecimiento de la economía y el déficit primario (antes de pago de intereses). Solamente controlamos uno de esos parámetros: el déficit primario. El déficit primario necesario para equilibrar la deuda depende de la tasa de interés y del crecimiento. Ambas son muy inciertas hoy. La clave es que la tasa de crecimiento potencial se consolide por encima de la tasa de interés. En el supuesto conservador, la deuda se estabiliza aproximadamente antes de 10 años, por debajo de 50% de PIB, lo que es un nivel muy bajo.

En la medida de que la economía crezca más rápido, y que la prima de riesgo baje, haciendo bajar las tasas de interés de más largo plazo, eso sucederá posiblemente mucho antes. El programa es muy prudente en que deja gran flexibilidad para bajar impuestos o aumentar gasto social si las condiciones efectivas son mejores que las presumidas. No hay una meta específica que gatille baja de impuestos.

¿Pero puede ser que esas condiciones no se den en el próximo período de gobierno y, por lo tanto, que simplemente no haya una baja de impuestos en una eventual administración de Kast?

-Sí, es posible, pero poco probable, a mi juicio.

Se menciona la entrega de un subsidio que financiará las cotizaciones sociales de los trabajadores de menores ingresos, ¿cómo funcionará?

-El Estado hará una transferencia directa al empleador para que las personas que ganan menos de $ 500 mil reciban su sueldo bruto.

¿Cuánto tomaron de los otros programas de centroderecha: de Lavín, Briones y Sichel?

-Tomamos en cuenta todas la ideas que se ponían sobre la mesa, independiente de donde vinieran. Pato Rojas y Sylvia Eyzaguirre trabajaron con Sichel y sus ideas están en variadas partes del programa, además entiendo que hubo otros profesionales que colaboraron con ellos, que también hicieron sus contribuciones a otras partes del plan de gobierno.

¿Usted considera que este es un programa económico macizo y que da cuenta de los cambios que el país requiere?

-Este es un programa de alto impacto directo, robusto y que ayuda a la población más necesitada, en forma responsable y consistente con generar condiciones para crecer más.

Pero prácticamente no existen en este programa los conceptos de solidaridad, de reducir la desigualdad, de mejorar la distribución del ingreso. ¿Por qué, si es una de las demandas relevantes de la sociedad chilena hoy día?

-Por el contrario, el programa es extraordinariamente solidario en ayudar a mujeres y jóvenes que padecen las tasas más altas de desempleo y menores salarios, y también en ayudar a los jubilados, en forma directa y sobre todo responsable. No hay nada de solidario en generar programas no sostenibles que eventualmente generan crisis de balanza de pagos y una pobreza generalizada.

Los críticos dirán que es más de lo mismo: crecimiento y darle más espacio al mercado, receta que ya está agotada. ¿Qué les responde?

-Que no leyeron el programa.

Los economistas que apoyan a Boric

¿Qué se juega el país en esta segunda vuelta presidencial?

-Con experiencia en casi 40 años trabajando en la intersección de economía y finanzas aplicadas en el mundo, es imposible no concluir que si intentaran aplicar el programa de Boric terminaríamos con mayor pobreza, mayor desigualdad y que se generarían problemas aún mucho más difíciles de resolver. Es una de las principales razones por las que decidí aceptar la invitación a trabajar en el grupo.

Pero incluso si ganara Boric, ¿El nuevo equilibrio de fuerzas que habrá en el Senado no le pone un límite a sus propuestas? ¿No es eso garantía de medidas más de consenso?

-Indudablemente, los resultados de las elecciones parlamentarias incentivan la búsqueda de consenso. Pero gobernar es tomar millones de decisiones pequeñas, muchas de ellas sin necesidad de ley, que sumadas tienen un impacto. Importa mucho quién las toma.

Sin embargo, Boric también está revisando su programa y moviéndose hacia el centro. ¿Cuánto cree que puede modificar sus propuestas y eso no aliviaría al sector privado, a los mercados, y derivar en un mejor gobierno, si es que gana?

-No conozco la dinámica de su equipo para poder opinar. Pero si uno ve las declaraciones de los personeros comunistas, se ve muy difícil eso. Puede que algo en el discurso, pero difícilmente en la realidad.

¿No son suficiente garantía las personas que se han sumado a colaborar con su programa, como Andrea Repetto, Eduardo Engel y Roberto Zahler?

-Indudablemente todos son economistas excelentes. Pero por lo visto con el cuarto retiro y otras medidas, pareciera no haber mucha intención de considerarlos más que para la foto.

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