José Luis del Río, empresario: "Toda la evidencia internacional confirma que hay que subir los impuestos a las personas y bajar el impuesto a las empresas"

Jose Luis del Rio
11 de Mayo 2017 Entrevista a Jose Luis del Rio, empresario y director de Falabella. Imagenes tomadas en su oficina de Alcantara #200, Las Condes. Foto: Reinaldo Ubilla

El socio de Falabella recibió esta semana la distinción de Emprendedor Consagrado en la Universidad del Desarrollo.


Emprendedor Consagrado fue el reconocimiento que la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo (UDD) entregó el jueves al empresario, socio de Falabella y presidente del Grupo Dersa y de Inder, José Luis del Río Goudie, en el marco de la XIX versión del Premio al Espíritu Emprendedor 2018, el cual tiene como objetivo, dice la casa de estudios, reconocer a aquellas personas que sean innovadoras y dignas de imitar por nuevas generaciones.

En los 15 minutos que duró su discurso, repasó su trayectoria como empresario, destacando que lo esencial de un emprendedor es saber escuchar y captar las posibilidades que existen en el entorno. "Un innovador no inventa, muchas veces solamente lo trae y lo adapta al lugar en que está", dijo Del Río, quien tras recibir el reconocimiento conversó con PULSO.

"A nosotros nos pasó con Sodimac. Con mi padre empezamos con Sodimac cuando era una cooperativa de barracas, que no valía nada, la compramos y la desarrollamos. Y la innovación ahí fue, en vez de seguir teniendo barracas, dijimos: cómo las barracas y ferreterías no van a poder transformarse en grandes supermercados, y en vez de inventarlo, vimos que ya estaba en Estados Unidos. Entonces, solo bastó ir a ver cómo se hacía, qué es lo que hacían los gringos, aprender de ellos y partir acá. Y nos decían están locos estos tipos", rememoró.

Pero también, dijo, "uno como empresario trata de ayudar a su país, no participando directamente en la política, sino que haciendo buenas empresas. Tengamos muy buenas empresas y tendremos un gran país. Algunas veces, también digámosles algunas cosas a los políticos que les hace bien escuchar".

En ese sentido, manifestó: "Creo que temas como la desigualdad, el abandono de los niños y los ancianos, las drogas, la pobreza, la calidad de nuestras instituciones y de las políticas públicas, que lamentablemente dejan mucho que desear, es algo que no puede sernos indiferente a los empresarios. Creo que la cosa pública y la política son demasiado importantes para dejárselas solo a los políticos. Me explico, de repente uno tiene que decir sabes qué, no, esto no puede ser, y siempre con una visión de que cabemos todos en Chile".

¿Qué balance hace de los primeros meses de gobierno, cómo está viendo la economía y cómo se comporta respecto de la expectativa?

-No cabe duda de que el nivel de actividad económica ha estado un poco más débil que las expectativas que se tenían, y que estos últimos meses hemos tenido un bajón de actividad y eso se nota en distintos sectores; las ventas de retail han bajado, que es el sector que conozco. Sin embargo, hay signos buenos; está aumentando la inversión en general, en particular la inversión en equipos para la minería está avanzando mucho, lo que me parece valiosísimo, a pesar de que el precio del cobre no nos acompaña mucho todavía. Respecto de las expectativas, creo que siempre es malo tener o crear expectativas altas, porque después siempre hay alguna insatisfacción, independiente de los resultados. Ahora, en el gobierno de Piñera 2, el Presidente y su equipo han sido mucho más prudentes en sus anuncios respecto de lo que vimos en su primer gobierno.

¿Qué cree usted que habría que hacer para tener una economía más dinámica?

- Si me pregunta más en general qué me gustaría a mí que hiciéramos en Chile, me gustaría que de una vez por todas el gobierno y el Parlamento hicieran las reformas fundamentales para iniciar un despegue sostenido y de largo plazo. No podemos estar todos los días en la pelea chica y discutiendo cosas de segundo orden. Por ejemplo, en la reforma tributaria, preocuparse solo de simplificarla, cuando en verdad lo que se necesita es reformarla para decididamente dar un gran impulso de apoyo al ahorro y la inversión, única forma de tener crecimiento.

Toda la evidencia internacional confirma que hay que subir los impuestos a las personas y bajar el impuesto a las empresas. Es decir, gravar el gasto y consumo y facilitar el ahorro y la inversión. En esto apoyo totalmente a Alfonso Swett, presidente de la CPC, cuando dice que la tasa del impuesto de primera categoría hay que bajarla y que si se necesita compensar tenemos que suprimir varias exenciones y subir el global complementario, que es el impuesto que pagamos todas las personas y que el gobierno anterior bajó al 35% en su reforma tributaria. Curioso bajar impuestos cuando se necesita recaudar más. El global es el impuesto que pagamos todas las personas y las tasas altas son las que pagamos las personas con más ingresos y que más gastamos. Cuando Alfonso propuso eso, los principales dirigentes y gremios se fueron en picada en contra. Increíble, a los empresarios parece que les preocupan más los impuestos personales que lo que pagan sus empresas. Creo que el gobierno perdió una gran oportunidad para que tengamos una diferencia significativa de tasas entre ambos impuestos para fomentar decididamente la inversión en Chile.

Entonces, ¿no le gusta el proyecto de reforma tributaria del gobierno?

- La discusión de la reforma y el presupuesto entre Hacienda y el Congreso se han mezclado y es un debate malito, no muy relevante, porque solo están viendo si con la reforma se equilibra o no el presupuesto del próximo año, que parece ser la principal preocupación del diputado Lorenzini, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara. Las reformas legales importantes por definición no se hacen para un año, se hacen para 20 años o más. A uno o dos años, todo se puede financiar. Chile es un país solvente, bueno y seguro y con pleno acceso a financiamiento internacional para cubrir cualquier gap de corto plazo. Somos un oasis en Sudamérica, comparémonos con todos los otros países, las crisis económicas, financieras y políticas que tienen. Este es un país con una democracia consolidada definitivamente después de haber tenido una dictadura militar y, por lo tanto, reconocido en el mundo, con una economía que funciona, instituciones que operan y bien. Por eso creo que este es el momento, para que ojalá el Presidente Piñera y su gobierno puedan pactar con la oposición las reformas de fondo que necesitamos en nuestro país para crecer, para crecer mucho más y simultáneamente para que sea más justo e inclusivo. Porque estoy convencido de que las dos cosas son necesarias y no son contradictorias, más bien al revés.

En lo laboral, ¿se debería hacer algo también?

- La reforma laboral que hicieron rigidizó mucho el mercado laboral y solo favoreció a algunos dirigentes sindicales. Hay mucho que hacer aquí, espero que el ministro del Trabajo y el Congreso se animen a hacerlo. Tienen que ver y estudiar lo que está pasando en el mundo, la caída de la natalidad, la mayor longevidad, la inteligencia artificial, la economía digital… y hacer reformas pensando en la nueva realidad, no en el modelo de la revolución industrial que muchos tienen en su cabeza… Hay mucha gente que quiere trabajar en forma independiente y solo por horas, especialmente los jóvenes, muchos lo hacen desde sus hogares o en oficinas compartidas, muchos que tienen sus reuniones de trabajo en los cafés. Hay que facilitarles la vida y no seguir poniéndole obstáculos a la gente que quiere trabajar y emprender. Hay mucho que hacer, pero para eso se necesita muchas veces una visión más de estadista a largo plazo y no estar preocupados de cómo reciben las propuestas los partidarios y opositores. Hay que mirar menos las encuestas y pensar más en Chile y su futuro a largo plazo.

¿Ve a este gobierno muy preocupado por las encuestas?

-Sí, lamentablemente todos los gobiernos las miran. Ese es el problema, tratan de ser populares, agradando siempre al público. Pero quiero reconocer que en este gobierno al Presidente Piñera lo ha hecho mucho mejor, y lo digo sinceramente, con una visión de más largo plazo, con más estatura de estadista que como lo vi en su primer gobierno.

Otras dos grandes reformas que tenemos que hacer son, primero, una reforma educacional en serio, de verdad, que apunte a dar una educación de calidad a los niños y jóvenes de este país, especialmente los más vulnerables, donde el sector privado tenga un rol fundamental, no sea todo estatal. Y segundo, me gustaría que hiciéramos la gran reforma al Estado de la que se habla tanto y se hace poco. Debiéramos ser como en el Reino Unido o Nueva Zelandia, que cuando hay cambio de gobierno los únicos que cambian son el ministro y el subsecretario, el resto son todos técnicos. No puede ser posible que, tal como le escuché hace poco a Rodrigo Valdés, cada vez que hay cambio de gobierno 200 personas salen de Teatinos 120 y otras 200 personas entran.

¿Lo ha hecho bien el Presidente Piñera en estos primeros meses de gobierno?

- Creo que sí. Es un gobierno que aún no cumple su primer año, que ha sido prudente, que está buscando acuerdos y que no ha cometido grandes errores.

Las expectativas eran muy altas, ¿se han cumplido?

-Efectivamente, las expectativas eran muy altas, dado lo malo del gobierno anterior. Pero lo que realmente me gustaría es que se hicieran las grandes reformas necesarias para dar un salto al desarrollo sostenido económico y social, que beneficie a todos. La oposición también tiene un deber para hacer más por el país. El gobierno no tiene interlocutores en la oposición para alcanzar acuerdos. La situación de los niños y los viejos vulnerables que siempre nos recuerda el Papa Francisco aquí se está volviendo insostenible.

¿Le gustó la reforma de pensiones que presentó el gobierno?

- Es evidente que hay que subir las pensiones y la cotización. El error es no habernos dado cuenta de que el aumento de la longevidad implica que las cotizaciones no alcanzan para pagar pensiones dignas por tantos años. Cuando el aumento de cotización la paga la empresa o el trabajador, que prácticamente es lo mismo, es simplemente un impuesto al trabajo y eso significa que se va a contratar menos. Ahora, que era necesario hacerlo, era necesario. Pero habría preferido buscar otros financiamientos, ya que necesitamos siempre fomentar el empleo y emprendimiento. Este es de los típicos ejemplos que muestran que nos falta visión como país, tanto al sector público como al privado. Es evidente que a las AFP, y lo he conversado con el actual presidente, que siempre han tenido departamentos de estudio de alta calidad, les faltó más responsabilidad país o social, mientras el negocio era bueno se quedaban calladitos. Valía la pena haber pensado y haber levantado este tema 10 años atrás, porque en ese caso estaríamos mucho mejor y no tendríamos el eslogan lamentablemente tan popular de "no más AFP"... ¿Cómo se puede hacer? Hay que aumentar las pensiones, y me va a decir que quizás le parece muy aventurado, creo que este aumento de pensiones por un tiempo podría ser con fondos públicos y no con un impuesto al trabajo, favorecer el empleo es lo principal siempre en un país. Porque la verdad es que esta reforma sí afectará el empleo y eso es malo.

¿Cree que el mundo político está a la altura de lo que el país está necesitando?

- Creo que el mundo político está al debe con lo que Chile necesita. Necesitamos acuerdos de largo plazo, que reflejen los cambios dramáticos que se están produciendo en todo el mundo. Para eso se necesita un gobierno coherente y una oposición que también lo sea, porque ambos son responsables de cuidar a Chile. Es una pena tener ahora una oposición desmembrada, sin claridad, sin visión estratégica de largo plazo. En los gobiernos de la Concertación y de Chile Vamos, siempre había una oposición organizada, había líderes con quienes el gobierno de turno podía conversar, dialogar y llegar a acuerdos que se votaban en el Congreso. Gracias a eso hoy Chile tiene una posición sólida en América Latina.

Hoy, hay que hablar con muchos caudillos, algunos que se representan solo a sí mismos y no a sus partidos o coaliciones. Esta crisis incluye a la DC, que a mí me parece muy importante que haya un centro fuerte siempre, pero ahora no hay líderes con quienes conversar y llegar a grandes acuerdos. Con este escenario, ¿cómo y con quiénes se pueden conversar las grandes reformas que el país necesita? Yo le recomendaría al gobierno y a la oposición no seguir en esta pelea de guerrillas y abordar los temas con más altura de miras, buscando grandes acuerdos nacionales. Todavía hay mucha gente sensata en la oposición que los va a apoyar y siguen las iniciativas de ellos. Tiene que primar la sensatez.

Veo a los partidos de derecha más organizados y disciplinados que el desorden que hay en la oposición, y cuando hay una oposición de ese tipo no se proponen cosas, solamente sirve para esta guerra de guerrillas que comentamos recién.

¿Cómo ve la importancia que está teniendo el e-commerce en el retail?

-Pienso que nosotros en Falabella estamos dando un ejemplo de cómo abordar este tema en serio. Tenemos el sitio con desarrollo propio mejor que hay de origen nacional para gran retail y ahora acabamos de comprar Linio, que es un emprendimiento de unos extranjeros -ojalá hubiese sido un desarrollo de chilenos- para poder seguir expandiéndonos en toda América Latina. Ese es el camino para el desarrollo del retail. En Falabella tenemos hace rato claro que nuestro competidor es Amazon, no es Cencosud ni Ripley. Y estamos compitiendo con Amazon y preparándonos para competir más duramente con ellos. Todo el esfuerzo y la inversión y el gasto que se está haciendo, que es enorme y que obviamente pega en los resultados, tendrá grandes beneficios en el futuro, para ser la empresa líder en Latinoamérica en comercio online y directo.

¿Cómo se imagina el futuro de Falabella en 10 o 20 años más?

- Le doy una imagen mía de Falabella/Sodimac en 10 años más. No me atrevo a proyectar a 20 años, porque el cambio hoy, sobre todo el cambio tecnológico, está avanzando muy vertiginosamente. Recordemos la Ley de Moore. Lo que también afecta el comportamiento de los consumidores, de las familias y de la sociedad está, por lo que sería algo imprudente de mi parte tratar de proyectarlos a 20 años más.

Hablo de Falabella/Sodimac por dos razones: este grupo es la fusión de estas dos grandes empresas el 2003 y yo también tengo mi corazoncito. Vengo de Sodimac, empresa que compramos con mi padre en 1982, cuando solo era una cooperativa de barracas que vendía madera, cemento y unas pocas herramientas. Hoy, es la cadena principal de home improvement de toda América Latina.

Veo que Falabella / Sodimac será el grupo de retail integrado líder indiscutido en toda Latinoamérica, desde México a Tierra del Fuego, donde el cliente podrá acceder en forma omnicanal (físico y digital, y por distintos medios) a todas sus necesidades de consumo y de entretención, y con el financiamiento adecuado a tasas muy competitivas. Será una empresa cercana, que conoce los hábitos de consumo e intereses de todos sus clientes, y que se anticipa a sus necesidades en forma siempre oportuna y atractiva.

¿Por qué vendieron Salmones Friosur?

-Esencialmente, porque no teníamos el tamaño que se necesita en este negocio para hacer realmente exitosos. Salmones Friosur era una empresa con un alto estándar ambiental y muy eficiente, pero donde producíamos solo 20 mil o 22 mil toneladas, frente a las 220 mil toneladas de los Marine Harvest del mundo y del gran chileno Los Fiordos de Agrosuper. Fue una decisión correcta, más aún porque ayudamos a que un grupo chileno como Agrosuper sea el referente nacional de este negocio que es global y no es un negocio de Chile nomás.

Reconocimiento

Emprendedor Consagrado fue el reconocimiento que la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo (UDD) entregó el jueves al empresario, socio de Falabella y presidente del Grupo Dersa y de Inder, José Luis del Río Goudie, en el marco de la XIX versión del Premio al Espíritu Emprendedor 2018, el cual tiene como objetivo, dice la casa de estudios, reconocer a aquellas personas que sean innovadoras y dignas de imitar por nuevas generaciones.

En los 15 minutos que duró su discurso, repasó su trayectoria como empresario, destacando que lo esencial de un emprendedor es saber escuchar y captar las posibilidades que existen en el entorno. "Un innovador no inventa, muchas veces solamente lo trae y lo adapta al lugar en que está", dijo Del Río, quien tras recibir el reconocimiento conversó con PULSO.

"A nosotros nos pasó con Sodimac. Con mi padre empezamos con Sodimac cuando era una cooperativa de barracas, que no valía nada, la compramos y la desarrollamos. Y la innovación ahí fue, en vez de seguir teniendo barracas, dijimos: cómo las barracas y ferreterías no van a poder transformarse en grandes supermercados, y en vez de inventarlo, vimos que ya estaba en Estados Unidos. Entonces, solo bastó ir a ver cómo se hacía, qué es lo que hacían los gringos, aprender de ellos y partir acá. Y nos decían están locos estos tipos", rememoró.

Pero también, dijo, "uno como empresario trata de ayudar a su país, no participando directamente en la política, sino que haciendo buenas empresas. Tengamos muy buenas empresas y tendremos un gran país. Algunas veces, también digámosles algunas cosas a los políticos que les hace bien escuchar". En ese sentido, manifestó: "Creo que temas como la desigualdad, el abandono de los niños y los ancianos, las drogas, la pobreza, la calidad de nuestras instituciones y de las políticas públicas, que lamentablemente dejan mucho que desear, es algo que no puede sernos indiferente a los empresarios. Creo que la cosa pública y la política son demasiado importantes para dejárselas solo a los políticos. Me explico, de repente uno tiene que decir sabes qué, no, esto no puede ser, y siempre con una visión de que cabemos todos en Chile".

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