
OCDE: Envejecimiento hará que Chile sea el país que más desacelerará su crecimiento per cápita en el bloque
El informe anual Perspectivas de Empleo de la OCDE, muestra que el descenso de la población en edad de trabajar y el aumento de la tasa de dependencia de las personas mayores significan un desafío importante para mantener el crecimiento del PIB per cápita del bloque. Y Chile será el que mostrará la mayor diferencia.

El envejecimiento de la población es uno de los temas más relevantes para el mercado laboral y el crecimiento económico en todo el mundo y, en especial, en los países de la OCDE, que agrupa a las naciones con mayores ingresos.
De acuerdo al informe anual Perspectivas de Empleo de la OCDE, el descenso de la población en edad de trabajar y el aumento de la tasa de dependencia de las personas mayores significan un desafío importante para mantener el crecimiento del PIB per cápita de los países del bloque. Esto, porque en promedio la población en edad de trabajar se reducirá en un 8% en el bloque al 2060. Y ahí Chile destaca entre los más afectados.
Según el estudio de la entidad, Chile tendrá la mayor desaceleración de todo el grupo en el PIB per cápita debido al envejecimiento de la población, pasando de un crecimiento promedio anual entre 2006 y 2019 (justo antes de la pandemia) de 2,2% a una caída de 0,1% proyectada en el plazo 2024-2060, es decir, una diferencia negativa de 2,3 puntos porcentuales. Le seguiría la República Eslovaca con 1,7 pp y Polonia, con 1,5 pp.
El informe explica que “suponiendo que la tasa de crecimiento de la productividad laboral (PIB por persona empleada) se mantenga aproximadamente constante, la contracción de la ratio empleo-población, en términos porcentuales, se traduce en un efecto porcentual equivalente sobre el PIB per cápita”. Así, en concreto, “si se fija la tasa de crecimiento de la productividad en el próximo cuarto de siglo en el nivel observado en 2006-19, el escenario de referencia sugiere que el crecimiento del PIB per cápita en la zona de la OCDE se reducirá en aproximadamente un 40 %, pasando del 1,0% anual en 2006-19 a una media del 0,6 % anual en el periodo 2024-60. En otras palabras, en 2060, el PIB per cápita en la OCDE será un 14% inferior al que se habría alcanzado si la mano de obra hubiera seguido creciendo al mismo ritmo que durante el ciclo económico anterior”.
A pesar de que Chile tendrá la mayor desaceleración, y su promedio de variación será negativo, hay otros cinco países con una caída promedio estimada para 2024-2060 aun mayor: Austria (-0,13%), Noruega (-0,4%), Italia (-0,7%), Luxemburgo (-0,96%) y Grecia (-1,8%).
Mirada de expertos
El director del Observatorio del Contexto Económico de la UDP (OCEC-UDP), Juan Bravo, indica que “efectivamente, todo lo demás constante, el envejecimiento generará un efecto negativo sobre la capacidad de crecimiento. Se puede contrarrestar con mayor incorporación a la fuerza laboral de grupos con brechas como las mujeres o incrementando el capital humano”.
Esto se agrava en Chile además porque la tasa de dependencia -definida como la proporción de personas mayores de 65 años con respecto a la población en edad de trabajar- es mayor que el promedio de la OCDE. Para el bloque, aumentó del 19% en 1980 al 31% en 2023, y se prevé que siga aumentando hasta alcanzar el 52% en 2060.
Mientras, en nuestro país tuvo una evolución mucho más rápida, pasando de 9% en 1980 a 22% en 2023, y llegará a 64% en 2060, 12 pp más que en el promedio OCDE.
Al mismo tiempo, en la actualidad el porcentaje de las personas entre 55 y 64 años en Chile en el mercado laboral alcanza a 22%, 4 pp menos que en la OCDE, pero en 2060 serán el 38% (versus el 29% del bloque de países).
“Lo del segmento de 55 a 64 años es complejo. En un reporte que hicimos con la CPC y el Foro Trabajadores y Empleadores el año pasado mostramos que la tasa de ocupación de este segmento etario es menor que la OCDE. Hay importantes dificultades a la empleabilidad para este grupo que no se habían abordado adecuadamente en la política pública y en particular, en las políticas de incentivo a la empleabilidad, en donde hay un desequilibrio en cuanto a los recursos destinados a grupos prioritarios (mujeres y jóvenes versus mayores)”, señala Bravo y agrega que “el nuevo Subsidio Unificado al Empleo (SUE) que se está discutiendo corrige ese desequilibrio”.
Por su parte, la investigadoras del centro de estudios Horizontal, Soledad Hormazábal, afirma que “enfrentamos un enorme desafío demográfico, como advierte el reciente informe de la OCDE: Chile se encamina a ser uno de los países más envejecidos del mundo. A esto se suma que somos, dentro de la OCDE, uno de los países con menor participación laboral de adultos mayores, lo que agrava el impacto sobre la disponibilidad futura de trabajadores”.
Hormazábal también ha investigado este fenómeno y destaca que en su estudio ““Efecto de la caída en la tasa de fertilidad sobre el crecimiento económico” de mayo pasado, se indica que “el aporte del trabajo al crecimiento económico pronto será negativo. El envejecimiento y la baja natalidad no son tendencias pasajeras: son fuerzas estructurales que desafían la sostenibilidad de nuestro modelo económico y social”.
Bajo este contexto, la experta alerta que “el desafío fiscal también es significativo, especialmente por el aumento proyectado en gasto en salud y pensiones. Por esto es tan importante que la reciente reforma previsional haya aumentado la tasa de ahorro previsional y descartado introducir esquemas de reparto, el cual sería absolutamente insostenible bajo la emergencia demográfica que enfrentamos”.
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