Raphael Bergoeing lanza estudio sobre aporte de la industria salmonera al crecimiento económico del sur de Chile

De acuerdo al estudio del economista, el valor agregado del sector salmonicultor, incluyendo proveedores directos e indirectos, alcanza un total de US$ 5.282 millones, lo que representaría un 2,1% del PIB nacional, convirtiendo a la salmonicultura en el sector que más ha contribuido al crecimiento del país entre 1996 y 2019, con la excepción del cobre y del litio.


Este jueves, en un conversatorio en Puerto Varas organizado por SalmonChile, se realizó el lanzamiento del estudio “Aporte Económico y Social de la Salmonicultura en Chile y su Contribución al Desarrollo del Sur Austral”, elaborado por el economista y académico de la Universidad de Chile, Raphael Bergoeing, con la colaboración del economista de la Universidad Católica, Juan Esteban Doña.

En la instancia participaron además el presidente del gremio, Arturo Clément, el gobernador regional de Los Lagos, Patricio Vallespín, el gerente general de Oxxean, Jorge Pacheco, y la cofundadora de Bsale Chile, Elvira Montero.

En su exposición, Bergoeing explicó que “según los datos observados, la salmonicultura ha sido el principal motor del crecimiento económico del sur del país en los últimos 30 años. Esto, se concluye al revisar las estadísticas económicas de Los Lagos y Aysén entre los años 1996 y 2019, y de Magallanes durante el período 2013-2019, donde se concluye, además, que la salmonicultura es el sector que más aportó al aumento del Producto Interno Bruto Regional (PIBR) durante los períodos indicados”.

A lo anterior agregó: “De hecho, en 2019, la industria del salmón era el principal sector productivo de Aysén (34,6% del PIBR) y el segundo en Los Lagos (14,2% del PIBR). En Magallanes, el año 2019 era el sexto sector productivo (7,8% del PIBR), después de tan solo seis años de su introducción a escala comercial”.

En ese contexto, el estudio concluyó que el valor agregado del sector salmonicultor, incluyendo proveedores directos e indirectos, alcanza un total de US$ 5.282 millones, lo que representa un 2,1% del PIB nacional, lo que convierte a la salmonicultura en el sector de recursos naturales que más ha contribuido al crecimiento del país entre 1996 y 2019, con la excepción del cobre y del litio.

El presidente de SalmonChile, Arturo Clément, manifestó que “este estudio confirma el trabajo que como sector productivo hemos aportado a la economía nacional, donde hemos sido un motor de descentralización y desarrollo regional para el sur austral del país. En ese sentido, es importante seguir potenciando la salmonicultura en Chile, donde actualmente somos el segundo productor mundial de salmones, generando las condiciones para la sostenibilidad y nuevas inversiones de las pequeñas, medianas y grandes empresas que son parte de la cadena de valor de nuestra actividad”.

Tras el conversatorio, el gobernador de Los Lagos, Patricio Vallespín, indicó que “me pareció muy importante tener antecedentes que permitan poner en su justa medida el valor y el aporte de la industria salmonicultora al sur austral de Chile, y que eso sea identificando los desafíos que desde ahí se deben emprender (...)”.

Respecto a los puestos de trabajo, la investigación indica que para 2021 se estima que el empleo directo de la salmonicultura representó el 9,3, 6,9 y 4,8% del empleo regional en Los Lagos, Aysén y Magallanes, respectivamente.

Asimismo, el promedio global de ingresos líquidos mensuales de los trabajadores de la industria del salmón, de acuerdo con el estudio, supera el ingreso promedio nacional (10% a nivel nacional y entre 20 y 40% superiores respecto al sur). Y el ingreso promedio de las mujeres en este sector sería superior al promedio total de las mujeres a nivel nacional y en doce de las 16 regiones del país.

Con todo, Bergoeing finalmente aseguró que “este sector se ha desarrollado sin requerir mayores recursos del Estado, como el subsidio a las plantaciones que tiene el sector forestal o las amplias inversiones en infraestructura en caminos y puertos y los programas de apoyo a productores que benefician a la fruticultura”.

El economista basó su investigación en la revisión de datos emanados de fuentes como el Banco Central, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Subpesca, el Ministerio de Economía e investigaciones académicas, entre otros.

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