
Remesas 2024: Colombia mantiene liderato por “factor” venezolano y Haití trepa al tercer lugar
De acuerdo al Banco Central, el año pasado los ciudadanos extranjeros que viven en Chile enviaron -de manera formal- a sus países de origen US$ 2.015 millones.
Pese a que la población extranjera que vive en Chile ha ido aumentando y ya representa el 8,8% de la población total efectivamente censada, en el Censo 2024, donde alcanzaron los 1.608.650. Pese a ello, el envío de remesas sigue a la baja y completó tres años consecutivos de disminución.
De acuerdo al Banco Central, en 2024, los ciudadanos extranjeros que viven en Chile enviaron -de manera formal- a sus países de origen US$ 2.015 millones, lo que se traduce en una caída de un 11 % en relación con 2023 en que fueron US$ 2.264 millones, y además completó tres años de descensos consecutivos.

En ese contexto, si se analiza una perspectiva de más largo plazo, este monto del 2024 es un 34 % menos que el máximo de envíos de remesas que ocurrió en 2021, cuando se enviaron US$ 3.054 millones. En 2022, las remesas totalizaron US$ 2.341 millones.
Ahora bien, en el desglose por países que liberó el Banco Central, Colombia mantiene el liderato con US$ 581 millones, pero muy por debajo del peak registrado en 2021 cuando se remesaron US$ 819 millones.
El segundo país de destino es Perú, con US$ 384 millones, un 10,4% menos que 2023. La sorpresa en relación con 2023 la dio Haití, ya que se posicionó como el tercer país que más remesas envió el año pasado con US$ 135 millones. Y en cuarto lugar se ubicó Bolivia con US$ 131 millones.
Por qué no aparece Venezuela
Para nadie es un misterio que el aumento de la población venezolana en Chile. De acuerdo con la última Casen de 2024 esa población llegó a casi 700 mil personas; no obstante, los envíos de remesas a ese país no están registrados de manera oficial. Esto, porque el Banco Central refleja las operaciones realizadas a través de empresas del giro formal, las que en Chile prácticamente no son utilizadas por los ciudadanos venezolanos.
¿La razón? El control cambiario que aplica ese país y la hiperinflación no hacen rentable que los inmigrantes envíen los recursos a sus familiares por esta vía. Por ello, aunque existe esa posibilidad, su uso es igual a cero.

Así, la ruta por la que habitualmente se opta tiene dos vías: Colombia o Panamá. Para el primer caso, desde estas agencias los pesos chilenos salen en dólares. Luego en Cúcuta, Colombia, se cambian a bolívares y estos son llevados vía terrestre hasta a la ciudad más cercana, San Antonio del Táchira, Venezuela, donde se deposita al destinatario final. Ahora, si es por Panamá, el uso más frecuente es por transferencia.
Álvaro Bellolio, exdirector del Servicio Nacional de Migraciones y académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Andrés Bello, afirma que “efectivamente no existen datos oficiales transparentes ni consistentes sobre transferencias formales a Venezuela, lo que puede afectar su posición en los registros. Muchas remesas a Venezuela se realizan a través de vías informales o trianguladas, como Colombia, Panamá o incluso Estados Unidos, por lo que el destino final no siempre queda correctamente identificado”.
En ese sentido, añade que “se ha identificado que una parte importante de los fondos que terminan en Venezuela se retiran a través de aplicaciones de reparto o trabajo informal. En estos casos, venezolanos residentes en Chile utilizan apps como Rappi, Uber Eats o similares para acumular ingresos, y luego derivan ese dinero mediante redes informales o sistemas no trazables como criptomonedas, giros personales o billeteras electrónicas no reguladas, dificultando el seguimiento estadístico del flujo de remesas”.
El también exdirector del Servicio Nacional de Migraciones y académico de la Universidad de Chile, Rodrigo Sandoval, apunta que el hecho que “no aparezcan dentro de los flujos oficialmente registrados no significa que estas remesas no existan o que hayan disminuido, sino que muy por el contrario, puesto que sí ocurren, pero que se están llevando a través de canales informales que escapan al control estatal”.
Para Sandoval, un primer factor que explica esta necesidad de vías informales para las remesas de dinero hacia Venezuela “lo encontramos en que una parte significativa de los migrantes de esa nacionalidad se encuentra en situación irregular”.
Para el experto en migraciones, “el principal problema que presenta esta “desformalización” de las remesas desde Chile a Venezuela está en cuáles son en la realidad esas vías informales, en gran parte similares a los que se dan en la experiencia comparada de otros contextos migratorios y que, en ciertos casos, pueden representar riesgos severos para nuestro país".
El alza de Haití
Sobre el tercer lugar que ocupó el 2024 Haití, Bellolio afirmó que se debe a una disminución de remesas a otros países: “Haití no aumentó su recepción total de remesas respecto a años anteriores, pero sí disminuyeron con fuerza las remesas a Bolivia, Perú y Ecuador, lo que le permitió subir en el ranking”.
No obstante, añadió que “la comunidad haitiana en Chile, aunque estabilizada, ha fortalecido sus redes de apoyo familiar y mantiene un flujo constante de remesas pese a barreras laborales. Ello por el mayor interés de postular a visa de reunificación familiar que ha sido mayor en estos meses”.
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