Torre y Dimeiggs compran marcas Village y Rhein

Marcas Village, Rhein y Argos salen a la venta por quiebra
Marcas Village, Rhein y Argos salen a la venta por quiebra

Si bien no hubo interés por los productos, sí hubo oferentes que estuvieron dispuestos a pujar por las marcas: Village y Rhein. En esa línea, Torre adquirió la marca Village en $424 millones y Dimeiggs hizo lo propio con Rhein en $1.950 millones y 7 registros en distintas clases por $97,5 millones. Originalmente el monto mínimo para ofertar por la marca Rhein ascendía a $800 millones y en el caso de Village era $200 millones.


Un hito relevante en el proceso de quiebra de Rhein y Argos se cumplió este martes. La liquidadora Loreto Ried cerró la venta de las marcas Village a Torre y Rhein a Dimeiggs.


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El procedimiento se llevó a cabo a través de Remates Del Río e incluyó no sólo las marcas: Rhein (2 registros); Village (5 registros) y Argos (15 registros), sino que también los inventarios con diferentes productos. En total fueron 5.550.000 artículos rematados, entre ellos: cuadernos, artículos de oficina, envoltorios, productos de las marcas Artline, Jovi, Uhu, Stabilo y Colop.

Rhein y Argos iniciaron su proceso de liquidación voluntaria.

Si bien no hubo interés por los productos, sí hubo oferentes que estuvieron dispuestos a pujar por las marcas: Village y Rhein. En esa línea, Torre adquirió la marca Village en $424 millones y Dimeiggs adquirió la marca Rhein en $1.950 millones y 7 registros en distintas clases por $97,5 millones. Originalmente el monto mínimo para ofertar por la marca Rhein ascendía a $800 millones y en el caso de Village era $200 millones.

En conversación con Pulso, la liquidadora Loreto Ried sostuvo “estamos muy contentos con este resultado porque dos marcas muy emblemáticas han sido vendidas a dos grupos que probablemente van a continuar con difusión y comercialización. Tenemos la mejor de las esperanzas de poder vender las mercaderías que quedan a fin de poder pagar a los trabajadores y acreedores que componen estas dos liquidaciones”

El martillero a cargo del remate, Nicolas Del Río destacó el éxito del proceso y adelantó los pasos que vienen. “Los mínimos fijados por la Junta de Acreedores para los 11 lotes sumaban $2.772.500.000. Se vendieron solo 3 lotes en $2.471.500.000. Los 8 lotes sin interés serán rematados nuevamente en el mes de febrero y marzo próximo”.

Entre los oferentes que no lograron quedarse con las marcas están: Libesa, Glam S.A. y el estudio de abogados Guerrero Garcés, quienes constituyeron garantías por $200 millones y pujaron por los tres lotes.

A inicios de diciembre, Rhein Chile SpA y Argos Chile, que forman parte del conglomerado Grupo Rhein S.A. decidieron bajar la cortina de sus operaciones, informando deudas por casi $16 mil millones (unos US$17 millones). Sus principales acreedores son los bancos Security, Santander, Scotiabank y de Chile.

En 1939 comenzó la operación de Rhein Chile, fundada por la familia Ordóñez, con un pequeño local en Santiago Centro destinado a la venta de máquinas de escribir y artículos de oficina. Hoy es la segunda generación la que está a cargo de la empresa, los hermanos Fernando, Eugenia, Teresa, Cecilia, Lucía y Roberto Ordóñez Sanhueza.

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La quiebra derivó en la salida de 103 trabajadores. Algunos de ellos acumulaban una dilatada experiencia en la empresa: en la lista de trabajadores figuran personas que ingresaron a la compañía en 1982 y 1984, por ejemplo.

Las deudas de Rhein SpA ascienden a $11.592 millones y Fernando, Eugenia y Teresa Ordóñez figuran en el listado como acreedores valistas. A cada uno de ellos la compañía adeuda $592.782.000, dicen los reportes oficiales de la firma. Mientras, a los hermanos Roberto, Cecilia y Lucía la empresa debe $89.896.000.

Rhein es una empresa tradicional en Chile y que cuenta con amplio reconocimiento por sus cuadernos.

Con todo, estas deudas estarían fundadas bajo la lógica de que, en la etapa final, la administración buscó préstamos con familiares, y es complejo que puedan recuperar dichos fondos, porque primero se les paga a los trabajadores, luego a los bancos y en tercer lugar los acreedores valistas.

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