Pulso

Patricio Arrau: "Está subestimada la recaudación de la Reforma Tributaria y sincerarlo permitiría una integración del sistema mayor al 65%"

Patricio Arrau valora en todo su mérito el acuerdo que modificará la reforma triburaria, pero considera que el oroceso de indicaciones e es esencial para mejorar más la iniciativa y buscar corregir los aspectos que todavía le preocupan. De ellos, lo principal es tratar de avanzar hacia una mayor integración del sistema tributario, por sobre el 65% establecido en el protocolo de acuerdo, y estima que hay espacio para hacerlo, toda vez que a su jucio la recaudación está subestimada. Asimismo, cree perjudicial haber ampliado los márgenes para acceder a la renta presunta, que a su juicio es un sistema que debiera desaparecer.

¿Quedó conforme con el acuerdo tributario firmado entre el gobierno y la Alianza?

Es evidente que dicho acuerdo es una mejora sustantiva porque deja la renta atribuida, que era absolutamente inviable, como un sistema alternativo. En ese sentido, creo que habían fumado un poquito de opio en Hacienda. Ahora en cambio, se rescata un sistema de base retirada, con una tasa diferenciada entre las utilidades que se dejan dentro de la empresa y las que se sacan para consumir. Por lo mismo, merece un reconocimiento la flexibilidad que ha tenido el gobierno, el ministro de Hacienda y su equipo.

A su juicio, ¿el gobierno negoció porque tenía los votos o porque no los tenía?

El gobierno negoció porque se vio obligado ante la reacción de la ciudadanía, de los técnicos, de los ex ministros y autoridades. Creo que se dio cuenta que la renta atribuid era un error grave de concepción, por hacer las cosas entre cuatro paredes sin un proceso deliberativo como corresponde. Una cosa es tener los votos y otra es ser mayoría en el proceso deliberativo. Y en esta reforma tributaria el gobierno perdió el debate deliberativo.

¿Comparte la noción de que ahora queda un proyecto menos malo, pero no bueno?

Los que dicen que pasó de muy malo a malo son las palabras de ellos. Yo preferiría decir que hay una combinación de sistemas que hace más complejo el sistema tributario. Sería ideal que tuviéramos el sistema de renta retirada como el base y que fuera voluntario el de renta atribuida. Lo otro relevante es que el impuesto de primera categoría no haya excedido demasiado el nivel de 25%, que me parece suficientemente alto comparado con otros países OCDE. Por otro lado, considero que la semiintegración de 65% genera distorsiones. Entiendo que ese grado de integración y el impuesto de 27%  tienen que ver con el objetivo -que comparto- de recaudar los US$8.200 millones en régimen, pero ahí es donde necesitamos una discusión de ingeniería de detalle, puesto que hay quienes creemos que dicha recaudación está subestimada.

¿Por qué está subestimada la recaudación?

Primero, es muy importante que el informe financiero que se entregue junto con las indicaciones, sea mucho más detallado que el de abril pasado. El del proyecto original era una vergüenza, apenas tenía dos hojas.

Por un lado, yo creo que estamos pasados en lo que se requiere que recaude el aumento de la tasa de primera categoría, y por otro, se está subreconociendo la capacidad que se va a tener para recaudar mucho más por el lado antielusión. El alza de 7 puntos en el impuesto corporativo, sobre 20%, da más de 1,4 puntos del PIB en la tasa efectiva de lo que hoy día se declara.

¿Y por el lado de la elusión?

Ahí, el director del SII señaló en abril que había mucha subdeclaración en el retiro de dividendos y de empresas, que es gente que está consumiendo al interior de la empresa y no retirando la plata. Y él decía que si uno compara la renta distribuida de acuerdo al SII de las personas naturales, con el ejercicio de consolidación de Cuentas Nacionales que hace el BC por distribución de sector institucional, el BC le asigna a la renta distribuida de las sociedades de los hogares y las instituciones sin fines de lucro cerca de tres veces más que lo que se declara. Al respecto, yo hice una estimación que hay una subdeclaración del orden de 10% del PIB. Es cierto que en la Cuentas Nacionales éste es un número que es residual y que puede incluir muchas otras cosas, pero otra parte es una evidencia de que hay mucho consumo que se está realizando sin que aparezca formalmente retirado de la empresa. Aquí están, probablemente, los retiros en exceso, las rentas presuntas que es otro forado gigantesco que tenemos en nuestro sistema , y por lo tanto eso debe detallarlo Hacienda. Fiscalizar todo eso, con las nuevas reglas antielusión, puede generar muchos ingresos, del orden de otro punto más del PIB. Entonces yo lo que le pido al Ministerio de Hacienda es una transparencia y apertura muy fuerte en esta materia. Por donde uno sume le da más que los dos puntos del PIB que Hacienda estimó entre las medidas antielusión e impuesto a la renta en el proyecto original. Por lo tanto, llegar a esos 2 puntos del PIB ahora a través del nuevo sistema de rentas, con todos los mecanismos que van a haber para fiscalizar y para evitar la elusión, parece fácil.

Si esto permite recaudar más, ¿en qué debería ocuparse esa diferencia?

A mi juicio lo primero debiera ser aumentar la tasa de integración del 65% y llevarla al nivel que pueda llegar, manteniendo la recaudación de 3 puntos del PIB.

Antes sostuvo que la tasa de integración al 65% provoca fuertes distorsiones. ¿Cuáles son?

Lo que ocurre con esta integración parcial es que produce una odiosa inequidad horizontal, que se traduce en que grava a tasa mayores la renta empresarial versus la renta del trabajo. Somos un país que quiere promover el emprendimiento, la innovación,  y lo que estamos haciendo con esta estructura es promover a los empleados y no a los emprendedores. Esto, por cuanto la tasa marginal de la renta del trabajo fluctuará entre 0% y 35% y la tasa marginal de la renta empresarial va a fluctuar entre 11% y 42,45%. Ahora, si uno lo quiere mirar desde la tasa media, restando y descontando los tramos exentos, las tasas para las rentas del trabajo fluctuarán , para el rango desde $500 mil a $10 millones al mes, entre 0% a 25%. En cambio, si las mismas rentas se obtienen de la renta empresarial, las tasas irán desde 11,46%  ($500 mil) a 32% ($10 millones). Eso significa un sacrificio del ingreso disponible, si se compara la renta del trabajo con la empresarial, de entre 10 y 11,5 %.

Esta es una distorsión que produce la semiintegración. Si la integración fuera al 100%, ambas rentas convergen a las tasas que van a tener las rentas del trabajo.

¿A cuánto se debiera llevar la integración entonces?

Ojalá a 100%. Están subestimando la recaudación y eso ya no lo pueden seguir haciendo porque el debate está abierto. Entonces, si hay subestimación, hay espacio para una integración mayor. No nos vamos a tragar ruedas de carreta, no estamos disponibles.

¿Y no es otra opción dejar la integración en 65%, pero subir menos la tasa de primera categoría, a 26% y no 27%?

Yo prefiero primero subir la integración al 100% y luego ver hacia adelante si se puede bajar la tasa y devolverla a 25% que hacia donde están yendo todos los países. Me parece más relevante recuperar la integración, que es que un sistema mucho mejor y más eficiente que uno parcialmente integrado.

Más sobre:PortadaReforma Tributaria

No sigas informándote a medias 🔍

Accede al análisis y contexto que marca la diferenciaNUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mes SUSCRÍBETE

VIDEOS

Servicios