Los anuncios presidenciales hablan desde medidas y programas políticos, proyectos de ley e incluso reformas y una nueva Constitución.

¿Nueva Constitución? ¿Voto chileno en el extranjero? ¿Acuerdo de Vida en Pareja? ¿Gratuidad en la educación?

Para aprobar desde las leyes simples hasta las modificaciones de la carta de navegación del Estado se requieren distintos quórums de votación a favor.

Según la Constitución, las normas legales que “interpreten preceptos constitucionales” necesitarán para su aprobación, modificación o derogación de las tres quintas partes de los diputados y senadores en ejercicio.

O sea, para las llamadas reformas constitucionales, se necesita que de los 120 diputados, 72 estén a favor, y de los 38 senadores, 23.

Pero para las modificaciones a la Constitución de los capítulos I Bases de la Institucionalidad, III Derechos y Deberes Constitucionales, VIII Tribunal Constitucional, XI Fuerzas Armadas, XII del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) y XV de Reforma Constitucional, se requiere de un quórum aún más alto.

Dos tercios de los diputados y senadores en ejercicio. O sea, 80 diputados y 25 senadores del Congreso. Y dada la composición política de ambas cámaras producto del sistema binominal, las modificaciones constitucionales en Chile son complejas.

Pero hay algo más. Aunque los parlamentarios aprobaran las reformas, como última instancia existe el Tribunal Constitucional, órgano que revisa la constitucionalidad de las leyes aprobadas por ambas cámaras, no importando su quórum logrado. Y que finalmente, puede desestimar las modificaciones.

¿REFORMAS CONSTITUCIONALES?
Las reformas constitucionales son de las leyes que más quórum requieren.

Por ejemplo, si en Chile se quisiera reformar el sistema electoral binominal, al ser una ley orgánica constitucional debería contar con cuatro séptimos del Congreso para su aprobación.

Sin embargo, después de las reformas constitucionales de 2005 del gobierno de Ricardo Lagos, para reformar el binominal se requieren tres quintas partes del Congreso.

Esta, junto a otras propuestas de cambios han causado gran polémica entre los comandos presidenciales de los distintos candidatos.

Mientras algunos hablan de “cerrojos” y “amarres” constitucionales, otros hablan de “equilibrios” y “consensos”.

“Negar la regla de mayoría para la aprobación de la ley es simplemente negar el principio democrático”, afirma entre otras cosas en su columna Fernando Atria, quien colaboró en la Comisión de Constitución de la abanderada de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet.

Por su parte, Arturo Fermandois, quien coordinó la Comisión Constitucional de Evelyn Matthei, afirma que la Constitución consiste en “un pacto político de largo plazo entre mayorías y minorías, protegida por un quórum superior a la simple mayoría”.