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Valeant intenta poner orden en medio del caos, con cambios a gran escala

Valorada en US$ 90 mil millones a mediados de 2015, Valeant era la mayor farmacéutica de Canadá y la principal empresa abierta a bolsa del país. Desde entonces la firma ha perdido más de 87% de su valor, tras convertirse en el foco de investigaciones sobre sus prácticas comerciales y contables. En medio del caos, la firma toma medidas para encarar el futuro, que convencen a parte del mercado.

Una supuesta manipulación contable tiene a las fiscalías de Nueva York y Massachussets tras sus pasos, al tiempo que se confirmó una indagatoria por parte de la agencia reguladora de valores en EEUU, la Comisión de Valores y Bolsa (SEC, su sigla en inglés). El escándalo se desató en octubre del año pasado, cuando Citron Research, especializada en ventas cortas, sugirió que la firma podría estar emitiendo facturas y pagándose a sí misma a través de cuentas fantasma por parte de subsidiarias de la propia farmacéutica. En ese momento los analistas redujeron a la mitad el precio objetivo de la acción, señalando que se podría estar ante el fraude contable más importante desde el caso Enron.

De acuerdo con los resultados sin auditar, la compañía habría registrado ventas por US$2.800 millones en el cuarto trimestre del año pasado, con utilidades por acción de US$0,98. Sin embargo, la empresa corregirá sus estados financieros de 2014 y 2015 y los dará a conocer el próximo 29 de abril.

Para enfrentar la debacle, la compañía, que reconoció estar cerca de la quiebra, ha tomado medidas drásticas, que parten desde lo más alto de su administración: la semana pasada se conoció que Michael Pearson dejará su cargo como CEO de la compañía, después de ocho años en el puesto, el que será asumido por el actual director financiero Howard Schiller de manera interina. Por otra parte, Bill Ackman, el reconocido gestor de fondos que este mes llegó a perder US$1.000 millones por el desplome bursátil de la farmacéutica, pasará a formar parte de su directorio.

Sumado a esto, la empresa está reformulando su contabilidad y entregando mayor claridad en las disposiciones de incumplimientos técnicos.

Todo esto parece estar generando algo de confianza en el futuro de la compañía. Según datos compilados por Bloomberg, pese a la crisis, el 45,5% de los analistas consultados recomienda mantener la acción; un 31,8%, comprarla; y solo un 22,7%, venderla.

“Si bien los movimientos actuales están lejos de entregar respuestas, creemos que este es el comienzo de los esfuerzos del directorio para restablecer el modelo de negocio, considerar desinversiones más significativas y formar de nuevo la dirección de la empresa”, señala un informe de la consultora estadounidense Stifel, Nicolaus & Company.

El informe recomienda la compra de las acciones de Valeant y plantea que “el valor de los activos de la compañía supera la valoración actual”, al tiempo que le atribuyen “cierta flexibilidad”, en términos de flujo de caja y de las disposiciones de incumplimiento, para “evitar una venta de liquidación”.

Dimitri Khmelnitsky, analista de Veritas Investment Research -y quien era el único que recomendaba vender la acción antes de la crisis- también tiene perspectivas positivas. “Creo que hay esperanza”, señaló a Bloomberg, y aseguró que la compañía “es muy diferente ahora, con menos negocios estratégicos cuestionables. No estamos todavía al final del camino, pero en gran medida, es lo contrario de lo que no me gustaba en el pasado”.

También hay quienes se muestran más pesimistas. Robert Cyran, columnista de Reuters, sostiene que “el directorio, las cifras y la estrategia están fracturadas. Si a esto se suman los US$30 millones en deuda, Valeant fácilmente podría desmoronarse”. A su juicio, la situación de la empresa no es otra que la “lucha por la supervivencia”.

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