
Ha publicado más de 20 libros sobre relaciones de pareja y encontró al culpable de los divorcios y separaciones
Enrique Rojas, psiquiatra experto en parejas y autor de una veintena de libros estuvo en Chile, a propósito de la reedición de su obra "Remedios para el desamor", que ya ha vendido más de medio millón de ejemplares.

Sentado en un rincón del lobby de un hotel, el destacado y septuagenario psiquiatra español reflexiona sobre las relaciones que ya no son como antes. Para Enrique Rojas, las uniones están en crisis, los hombres sufren de inmadurez y las redes sociales son las culpables de normalizar los quiebres entre parejas.
Es director del Instituto Rojas-Estapé de Madrid. Además es catedrático y autor de una veintena de libros, tanto de carácter clínico como también de ensayos humanísticos y de autoayuda.
Ha publicado más de 20 libros sobre relaciones de pareja y encontró al culpable de los divorcios y separaciones
Recientemente fue publicada una nueva edición de su obra Remedios para el desamor: cómo afrontar la crisis de pareja (Planeta), publicada por primera vez en 1990 y que hasta ahora a vendido más de 500 mil ejemplares en todo el mundo. Según adelanta, en 35 años ha cambiado la forma de amar y también de romper una relación de pareja.
Según explica, esta nueva versión ampliada aborda la felicidad, la lección de vivir, y todo lo que se debería tener en consideración para trabajar día a día una relación de pareja.
En entrevista con Qué Pasa, Rojas comenta desde su perspectiva clínica y personal qué hace que las relaciones duren o se quiebren, y cómo los tiempos que vivimos han promovido el “yo” por encima del “nosotros”.
-¿Cómo ha visto el desarrollo de la forma de expresar amor? Si lo pensamos, por ejemplo, desde cuando salió la primera edición de este libro hasta hoy.
Cuando publiqué el libro fue una sorpresa en la editorial porque en ese momento nadie hablaba de crisis de pareja, era una cosa rara. Y en 30, 35 años ha pasado de no ser casi nada a ser importantísimo.
Hemos pasado de que el tema de la pareja era un tema irrelevante, que a nadie le interesaba, a ser un tema prioritario, porque en este momento la primera epidemia psicológica en el adulto en occidente ya no es la depresión, el estrés o la ansiedad. Es el divorcio.
“El concepto de paternidad no existe, es un concepto psicológico, pero no tiene el aspecto biológico de la mujer. Entonces, un hombre no se casa, le da lo mismo, no tiene hijos, porque está con su trabajo. Muchos hombres están casados con el trabajo”
-El libro se llama Remedios para el desamor ¿Usted ve el desamor como una enfermedad?
El desamor es una patología, una anomalía o un desorden psicológico y nosotros interpretamos que existen herramientas psicológicas que ayudan a esas personas a superar esa situación.
Podría decir que más del 90% de la gente que viene con crisis de pareja se arreglan. La dedicación principal nuestra es la depresión, la ansiedad, el estrés, el insomnio, la crisis de pánico, pero una parte de nuestro equipo está en esta actividad que es la crisis de pareja.
-¿Y también han cambiado los motivos para romper una relación?
Sí, han cambiado porque las personas tienen mucha influencia de las redes sociales. Allí permanentemente se muestran parejas rotas, que vuelven a recomponerse y vuelven a romperse, y entonces se ha convertido en algo casi normal.
-¿Cómo usted podría definir el amor y qué importancia tiene esto para nosotros como especie?
Hay una definición, que me gusta mucho y que decían los escolásticos, que el amor es el primer movimiento de la voluntad hacia algo que descubro como bueno.
Entonces, está el amor a los muebles antiguos, a conceptos ideales, al bien, a la belleza, a la democracia, al contacto con la naturaleza, al romanticismo, al renacimiento, a la ilustración, el amor entre hombre y mujer, el amor a Dios, el amor entre los hermanos. Pero en todos lados es lo mismo, es la tendencia a buscar ese algo que descubro como bueno, y donde el amor se ve de una forma más notarial, más rotunda, es en el amor de la pareja.

-¿Es más difícil mantener una relación amorosa que antes?
Sí, sin duda, la primera epidemia psicológica hoy en el adulto es la separación. Y al mismo tiempo hay un fenómeno nuevo, que lo hemos descrito mi hija y yo, que lo que hemos llamado el síndrome de Simón, y que se asoló en el hombre.
-¿Y qué es el síndrome de Simón?
Es una alteración psicológica que se arraigó en el hombre de los 30 años en adelante, y son las siglas de Soltero, Inmaduro en lo afectivo, Materialista, Obsesionado con el trabajo, y Narcisista. Y además, con pánico al compromiso.
O sea, es una persona que lo único que quiere es no comprometerse. Y entonces aparece lo que está ocurriendo hoy, mucha mujer soltera que lo que busca no encuentra porque es muy difícil encontrar un hombre que quiera casarse y comprometerse a perder su idea de libertad.
-¿Por qué usted dice que esto principalmente se da en los hombres y no en las mujeres?
Una mujer de 30 años quiere casarse fundamentalmente porque hay un concepto que no existe en el hombre que es la maternidad. Una mujer se completa, se perfecciona, se acrisola cuando se casa y es madre.
El concepto de paternidad no existe, es un concepto psicológico, pero no tiene el aspecto biológico de la mujer. Entonces, un hombre no se casa, le da lo mismo, no tiene hijos, porque está con su trabajo. Muchos hombres están casados con el trabajo.

- ¿Se puede confundir con desamor la ansiedad, depresión o alguna otra afección de salud mental que impida expresar afecto al otro?
No, eso es distinto. Eso es que una persona tiene una enfermedad, que puede ser ansiedad, o depresión, y eso no tiene nada que ver. Otra cosa es la crisis, cuando realmente esa pareja no funciona, eso es distinto. Y entonces eso hay que ver en qué está ocurriendo.
-¿Cómo se puede notar cuando una pareja presenta signos de desamor?
Bueno, hay manifestaciones muy claras, discusiones permanentes. Se saca la lista de agravios del pasado, días sin hablar, silencios prolongados, malentendidos. Cuando te dije que te iba a llamar, no te llamé. Desacuerdo, malestar, e incluso descontrol de la lengua.
Es decir, son manifestaciones en las que se muestran que la pareja está en una situación mala.
-Entonces, según usted, ¿todos los amores que termina son fracasos?
Hombre, un amor que termina es un fracaso. Esto es como si yo empiezo un negocio y resulta que lo tengo que interrumpir, pues es un fracaso en el negocio. Lo que está claro es que falla la base.

-¿Y cómo, entonces, se podría conservar un amor?
Hay una serie de leyes del amor, que yo las he agrupado. La primera ley del amor para estar bien con alguien, yo necesito estar primero bien conmigo mismo. Entonces, muchas crisis de pareja no son tales, no son crisis personales que afectan a la pareja. No hay amor sin cultura, y la cultura del amor es saber entender las herramientas que tiene el amor de la pareja. Otra ley del amor es acertar en la elección afectiva, es decir, haber seleccionado a la persona más adecuada que ha pasado cerca de uno para compartir la vida. Otra, saber que es fundamental venir de medios socioculturales parecidos.
-¿Medios socioculturales parecidos?
O sea, y esto lo vemos, el hombre se enamora por la vista, por la belleza, y la mujer se enamora por la belleza interior. Y el hombre, muchas veces, se enamora de una persona que es espectacular de guapa, pero que no tiene los mismos criterios socioculturales. Y eso a corto plazo no se ve, a medio sí y a largo de forma terrible.
-¿Y cómo podríamos entonces apreciar cuando hay verdadero amor?
El amor tiene cuatro componentes fundamentales. En primer lugar, el amor es un sentimiento profundo de atracción hacia otra persona con la que quiero compartir la vida. En segundo lugar, el amor es un acto de la voluntad. Y la voluntad pule, lima, corrige las aristas de la convivencia.
En tercer lugar, el amor tiene que ser inteligente. Hay una expresión que se dice mucho en el sur de España, en Andalucía, “qué bien sabe este hombre llevar a su mujer”. Entonces, la inteligencia es saber llevar al otro. Y, en cuarto lugar, el amor es tener un fondo espiritual, que significa que le da trascendencia al amor.
-¿Cree que ahora se ha priorizado más el “yo” antes que el “nosotros”?
Efectivamente.
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