Los desconocidos humedales de los Andes: Estudio dice que pueden abastecer de agua hasta 500.000 personas

Humedal altoandino en la cuenca del río Maipo. Foto: The Nature Conservancy.

Investigación realizada por The Nature Conservancy tomó ocho años y monitoreó los humedales altoandinos de la cuenca del río Maipo. El rol de estos humedales se vuelve fundamental ante el cambio climático para combatir la sequía y la escasez hídrica.


Los humedales son sitios que figuran entre los ecosistemas más productivos del mundo. Son relevantes para la biodiversidad biológica porque una de sus principales funciones es retener y almacenar el agua, lo que es vital en medio de la crisis hídrica que atraviesa el planeta.

Científicos de The Nature Conservancy (TNC) de Chile y Latinoamérica realizaron un estudio para probar el potencial de los humedales cordilleranos como una solución basada en la naturaleza para combatir la sequía y la escasez hídrica, que desde el año 2010 afecta a la zona central.

El cambio climático ha provocado una disminución de las precipitaciones y un alza en las temperaturas. Según datos del estudio, en el período 1990 y 2020 en la cuenca alta del río Maipo, las precipitaciones tuvieron reducciones estadísticamente significativas en las estaciones de monitoreo de, en promedio, 10 mm/año.

Es por eso que Juan José Donoso, director ejecutivo de TNC expplica que “es importante para la seguridad hídrica potenciar el rol de los humedales altoandinos, que prestan un servicio ecosistémico de regulación hídrica”.

El estudio, que se prolongó por ocho años (2014 - 2022), monitoreó humedales de la cuenca del río Maipo para mejorar la comprensión y valoración de estos ecosistemas frente al cambio climático.

Personas trabajando en la cuenca del río Maipo. Foto: The Nature Conservancy.

Comparó principalmente dos cuencas: el humedal Casa Piedra y el arroyo del Aparejo. El motivo fue que estos sitios se consideran similares en cuanto a condiciones físicas: se encuentran geográficamente contiguos, son cuencas de tamaño semejante y tienen pendientes parecidas. Pero difieren fundamentalmente en la presencia de vegetación de vega. El humedal Casa Piedra cuenta con sistema de vega y el arroyo del Aparejo no.

“El humedal tiene una serie de características y genera toda una situación en esa parte de la cuenca que se contrasta con arroyo Aparejo, que es muy similar al otro pero no tiene el humedal. Y eso es lo que permite entonces contrastar científicamente cuál es el efecto en la cuenca de tener el humedal”, señala el director ejecutivo de TNC.

Los humedales juegan un papel fundamental en el abastecimiento de agua, ya que tienen un efecto regulador que reduce los caudales máximos de crecidas y aumenta el flujo base mínimo durante las sequías.

Una moderación en los caudales máximos permite preservar las riberas y las obras hidráulicas ubicadas aguas abajo, y disminuir de manera importante el arrastre de sedimentos.

Las mediciones del estudio permitieron constatar que el humedal Casa Piedra, que cuenta con la vegetación característica de los humedales altoandinos, actúa como filtro, reteniendo los sedimentos del agua que desciende de la cordillera y filtrándola en su camino al embalse de El Yeso; y a la vez como esponja, reteniendo con su suelo y vegetación estas aguas en primavera, y liberándolas a la cuenca en la época estival (enero a marzo), cuando más se necesita.

En este sentido, su función de esponja permite almacenar agua y abastecer a las personas para cuando estas más la necesitan. El volumen total de agua almacenada en el humedal Casa Piedra tiene una capacidad potencial de abastecer a 8.877 personas al año, según datos del estudio

Persona trabajando en la cuenca del río Maipo. Foto: The Nature Conservancy.

“Eso es para un humedal específico, pero nos permite extrapolarlo a toda la cuenca y a una gestión que se puede llevar a hacer en todo el país”, comenta Donoso. En cuanto a los caudales de salida del humedal Casa Piedra, en la época de verano puede abastecer a 500.000 personas por día, y en invierno, a 216.000.

Además, durante los años hidrológicos en que se registraron menores precipitaciones, el flujo base de agua en el humedal Casa Piedra era mayor que el de Aparejo. Lo que es beneficioso, ya que permite contar con caudales mínimos mayores durante los años secos.

“Es una solución que nos entrega la naturaleza para hacernos cargo, en este caso, de la crisis climática que vivimos”, dice Donoso.

Valorar y conservar

Los humedales son considerados ecosistemas frágiles y pueden ser afectados por causas naturales como sequías extremas, fuertes vientos, alta radiación y amplitudes térmicas grandes. Pero también por factores humanos, como el sobrepastoreo, la extracción de agua para uso agrícola, minero o de consumo humano, así como modificaciones a los cursos de agua.

Es por esto que el estudio menciona la importancia de relevar y preservar los humedales, ya que entre mejor sea su estado mayores son sus efectos positivos, como el efecto esponja antes mencionado.

La primera medida necesaria sería controlar el pastoreo y las cargas de ganado, y dejar que el pastizal y el resto de la vegetación asociada con las vegas pueda generar semillas y germinar para la próxima estación, ya que el pastoreo elimina la producción de semillas, compacta el suelo y lleva a la muerte de esta vegetación.

“Las acciones de conservación y restauración que se generen en estos sectores tienen retornos concretos, no sólo en la flora y fauna del sector, sino también en el bienestar de las poblaciones asociadas, siendo la seguridad hídrica la que presenta un mayor aumento”, dice el estudio.

Otra medida necesaria sería controlar el turismo y las prácticas de alto impacto en estos ecosistemas como el tránsito de vehículos 4x4 sobre su superficie. De esta forma se puede trabajar para restaurar estos humedales, suplementándolos con agua que impulse el crecimiento de su vegetación típica, proceso que utiliza la misma agua que proviene de la cordillera en los deshielos.

El director ejecutivo de TNC señala que aún faltan políticas públicas orientadas a la conservación de los humedales: “Falta mucho por incorporarlos con fuerza, y en las estrategias en general de cómo nos hacemos cargo de lo que estamos viviendo en el planeta, tanto la crisis de pérdida de biodiversidad como la crisis climática, y en particular en nuestra zona central, la crisis hídrica es muy importante”.

“Si uno no sabe el valor que algo tiene, es muy difícil conservarlo”, finaliza Donoso.

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