Subasta de icónica estatuilla rapa nui “solo” logra reunir poco más de 500 millones de pesos, por lo que su remate se declaró desierto

Moái kavakava, una pieza original de Rapa Nui, sacada de la isla en 1860, no logró el mínimo en subasta en EE.UU., por lo que su actual dueño, una habitante de Hawai, decidió no desprenderse de ella.


Moái kavakava, la icónica estatuilla rapa nui que ayer sería rematada en EE.UU por la casa de subastas Bonhams, la figura de Isla de Pascua no logró el mínimo US$ 800 mil en la subasta, por lo que se declaró desierta.

La mayor oferta durante la subasta (realizada remotamente), solo alcanzó los US$ 650 mil, monto insuficiente para Bonhams y para su actual propietario, el coleccionista Mark Blackburn, residente en Hawái.

Existen 85 ejemplares originales de moái kavakava en el mundo actualmente.

Pieza tallada a mano hace 160 años

Tallados en madera, de aspecto alargado y de costillas marcadas, según la historia, la figura se utilizaba para proteger a las familias de los espíritus malignos, y también como marionetas para contar historias.

Pedro Edmunds, alcalde de Rapa Nui desde 2012, siempre se ha mostrado en contra de la venta de este tipo de artículos. “No está bien, tienen un historial ancestral. Es similar a lo que ocurre con el moái en Londres, es lo mismo. Desde el punto de vista legal, no tenemos nada que hacer. Pero se podría establecer un puente con la persona que lo adquiera, para retornarlo a la isla. Se me ocurre esa idea y a través de esa complicidad que vuelva a Isla de Pascua”.

Desde Los Angeles (EE.UU.), Fredric Backlar, especialista consultor en arte africano, oceánico y precolombino de Bonhams en entrevista con Qué Pasa, explicó que al igual que sus antepasados polinesios, “las artes de Rapa Nui incluían tallados de madera, textiles, música, danza y tatuajes del cuerpo humano. El medio por el que los artistas son más famosos son los tallados de madera figurativa (moái miro), curiosas formas humanas y animales combinados, que incluyen pájaros, lagartos y anguilas marinas. Quizás la más enigmática de estas figuras son los moái kavakava, como la pieza que presentamos para la venta”.

Se utilizaba para proteger a las familias de los espíritus malignos, y también como marionetas para contar historias.

Consuelo Valdés, ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, también había manifestado su postura con la subasta. “Nuestra postura como Ministerio en torno a ciertos bienes culturales pertenecientes a los pueblos originarios presentes en el país, es procurar y colaborar para que éstos retornen a su lugar de origen, donde su significado posee un valor simbólico y cultural. En este caso, quisiéramos ver esta pieza en la isla junto a la cultura que la creó, tal como lo hemos impulsado con varias piezas de la colección Rapa Nui del Museo Nacional de Historia Natural que hemos devuelto al Museo Antropológico de la isla”.

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