Haciendo fogones y comiendo aves y ranas: así era la vida de los seres humanos hace 12 mil años en el yacimiento Tagua Tagua

Yacimiento Tagua Tagua.

El sitio paleontológico ubicado en la Región de O´Higgins desarrolla una serie de proyectos científicos, entre los que destaca el estudio del cambio climático de hace 50 mil años y los cementerios de 10 mil años (más antiguo que la cultura Chinchorro).


En Chile central, el registro fósil de fauna del Pleistoceno tardío (20 mil a 12 mil años atrás) es abundante: existen cerca de 32 sitios paleontológicos y arqueológicos dispersos a lo largo de este territorio tanto en costa, depresión intermedia como precordillera.

Pero ninguno de estos sitios tiene parangón con Tagua Tagua: el sitio que albergó la mayor diversidad de fauna y megafauna para fines de la Edad de Hielo en nuestro país y que ni ayer ni hoy tiene un símil comparable.

A 8 kilómetros de San Vicente de Tagua Tagua, en el valle del Cachapoal, Región de O’Higgins, hace 12.600 años existió una gran laguna: tenía una figura elíptica de unos 13 kilómetros de largo y estaba rodeada de bosques con árboles frondosos que daban refugio no sólo a diversos animales, sino que a los primeros grupos de humanos que habitaron el país y que encontraron allí su alimento.

Este rico historial paleontológico, se ratifica en la actualidad con una serie de investigaciones (seis en total), que convierten al Yacimiento Tagua Tagua en un verdadero polo científico de Chile. Durante los próximos cinco años, se estudiará el cambio climático de hace 50 mil años y los cementerios de 10 mil años (más antiguo que la cultura Chinchorro).

El primero de éstos comenzó en 2020 y finaliza este año (2023). Responsabilidad de Erwin González, Doctor en Geología con amplia experiencia paleontológica y la Universidad de O´Higgins, revela qué comían y dónde vivían las especies de esa época: un análisis crítico de los proxies no morfológicos utilizados en paleoecología de mamíferos fósiles, mediante el estudio de las variables ambientales, climáticas y ecológicas actuales de Chile Central (31ºS–42ºS).

Ilustración Yacimiento Tagua Tagua.

El segundo comenzó en 2021 y finaliza este año. Se trata del Proyecto Internacional Fundación Palarq “Primeros pasos humanos en América del Sur, caminando entre Gonfoterios”, liderado por Carlos Tornero, el propio González y Rafael Labarca.

González explica que en la comuna de San Vicente de Tagua Tagua, hasta principios del siglo XIX, existía un gran lago de 31 kilómetros cuadrados – rodeado por cerros de la era Mesozoica – el cual albergaba una rica fauna y flora de Chile Central. “Sin embargo, en 1833, trabajos agrícolas desproporcionados ocasionaron un grave daño ambiental, lo cual provocó que el lago se secara completamente. Paradójicamente, este daño permitió que, azarosamente, vecinos del sector, y más tarde, mediante excavaciones científicas, se descubriera el patrimonio paleontológico y arqueológico de Tagua Tagua”.

El antiguo lago de Tagua Tagua es un verdadero patrimonio geológico, porque posee sedimentos que se fueron acumulando en el fondo del lago durante al menos los últimos 50 mil años. “Esta singularidad geológica tiene relevancia mundial, ya que ha permitido que aquellos sedimentos hayan ido “guardando” año tras años y durante miles de años los cambios climáticos en el planeta, los huesos de los animales prehistóricos y los vestigios de los primeros humanos que poblaron América durante las “edades glaciales”. Así, la geología de la formación Laguna de Tagua Tagua ha permitido que el área sea uno de los mayores polos de investigación científica de Chile, ya que cualquier episodio de la prehistoria de América puede ser revelada desde las capas sedimentarias que caracterizan este antiguo lago”, añade González, líder del proyecto Tagua Tagua Milenaria.

Arqueólogos en terreno.

Fogones, aves y ranas

En 2022 empezaron a desarrollarse otras dos iniciativas: En primer término, responsabilidad de Matías Frugone, “Huellas moleculares de sistemas humanos-ambientales acoplados durante la llegada de los primeros humanos a Chile central”, y en segundo, trabajo de Carolina Godoy, “Uso de los recursos vegetales entre los cazadores recolectores del antiguo Lago de Tagua Tagua, desde el Pleistoceno final hasta el Holoceno Medio”, de la Universidad Católica.

“A finales de la década de los 60` se descubrió Tagua Tagua de 12.600 años de antigüedad, y en los años 80`, Tagua Tagua 2 fue descubierto, de 11.700 años. Éstos sitios fueron excavados por los arqueólogos chilenos Julio Montané y Lautaro Núñez, respectivamente. En ambos se ha encontrado fósiles de megafauna hoy extinta y restos de industria lítica asociada. En ambos sitios se han hallado pruebas de la caza de mastodontes sudamericanos”, establece González.

Treinta años después, dice este último, “el equipo científico del proyecto Tagua Tagua Milenaria (en los años 2019, 2020, 2021 y 2022), exploraron un nuevo sector cercano a los sitios arqueológicos TT1 y TT2, llegando a documentar un tercer sitio, al que pusieron por nombre Tagua Tagua 3, de similar cronología a Tagua Tagua 1. Este hallazgo ha permitido a los investigadores sostener que el lugar fue ocupado de forma recurrente por grupos de cazadores-recolectores, que explotaron de manera integral los recursos que el lago ofrecía”.

El estudio de los fósiles recuperados demostró, además, una gran biodiversidad animal, incluyendo no solo animales hoy extintos (p. ej. mastodontes, caballo americano y ciervos), sino también algunos que aún viven en la actualidad, como roedores, marsupiales, anfibios, aves, reptiles... de los que se han determinado hasta ahora 28 especies diferentes. Sorprendentemente, cerca de los huesos y líticos, se registró un gran fogón, asociado a mastodontes y a fauna menor. Recientemente (año 2022), el investigador Álvaro Lizama y Rafael Labarca, publicaron en la revista científica Quaternary Science Reviews, que probablemente, la dieta de los humanos desde fuentes animales, provenía principalmente de vertebrados pequeños como aves y ranas.

Consumo de pequeños vertebrados.

“Toda esta evidencia aportan nuevos datos a la hipótesis de que el antiguo lago Tagua Tagua funcionó como un polo natural para que los grupos humanos y animales utilizaran los recursos que proveía el antiguo lago”, comenta Labarca.

Finalmente, este año iniciaron las últimas dos investigaciones, totalizando seis. Responsabilidad de Rafael Labarca, académico de la UC, se desarrolla bajo el título de “Cazadores recolectores de la cuenca del Lago Tagua Tagua (Región de O’Higgins): evaluando el uso del espacio, territorialidad y funebria entre el Pleistoceno final – Holoceno tardío (ca. 13000 – 3000 cal AP” y “Paleobiología de la conservación en Chile central: fusionando el registro fósil y el modelado ecológico para informar el presente y el futuro de un ecosistema en peligro de extinción” de Natalia Villavicencio, investigadora de la Universidad de O`Higgins.

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