Columna de Héctor Soto: Algo más que oxígeno

Sebastián Piñera


Lo que son las cosas: el que iba a ser el peor momento del gobierno, se convirtió en su semana de gloria. El triunfo político que significó el rechazo a la acusación constitucional contra la ministra de Educación le entrega a La Moneda bastante más que un tubo de oxígeno para terminar el año. Lo cierto es que le da un razonable horizonte de gobernabilidad para lo que le resta de su mandato.

La dramática votación del martes pasado en la Cámara de Diputados es tan importante por las debilidades que deja ver en la oposición como por las fortalezas que logró certificar el gobierno en un plano donde no suele irle muy bien: el de la gestión política.

En muchos sentidos, esta fue una acusación constitucional rara. Rara, porque no tuvo rostro ni tampoco padres. Se gestó, a cocción lenta y muy cacareada, al interior del PS. Sin embargo, nadie de genuino peso político dentro de esta colectividad, por buenas o malas razones, fue capaz de dar la cara y de ponerle su sello, sea para transparentar la autoría, si la operación tenía éxito, sea para asumir el costo de la derrota, si el asunto terminaba fracasando. Nada de eso ocurrió. El protagonismo entonces fue asumido o representado, literalmente, por figuras de otros partidos: básicamente por el diputado Mario Venegas, de la DC, interminable y fatal en su presentación, y por la diputada Maite Orsini, del Frente Amplio, bastante más articulada en la defensa del libelo.

Si como todo parece indicar, la acusación fue cursada principalmente para dar un testimonio de unidad de la oposición, el sector va a tener que hacer un análisis a fondo del sentido que tenía esta estrategia. El efecto, de hecho, no se logró, no obstante el control que tiene de la Cámara. Es la segunda vez en menos de dos años que esta coalición política, que en realidad no es una coalición, hace sonar el cuerno tribal de la unidad contra un enemigo que junta en sí todos los terrores, lo que fue Piñera en segunda vuelta hace dos años y ahora terminó siendo Marcela Cubillos, una ministra inteligente y combativa, hoy por hoy la figura de mayor perfil político del gabinete. Sería bueno poner un poco de madurez en estas pulsiones primitivas, porque simplemente no resultan. La gente, incluso los políticos, se mueve por contenidos propositivos; la política no es el arte de juntar odiosidades o rechazos.

Para el gobierno, la victoria del martes fue decisiva. El horizonte de sometimiento que se veía por delante si la Cámara hubiera acusado a la ministra dejaba a La Moneda con las manos atadas y exponía al país a cualquier capricho. Ahora todo seguirá siendo igualmente difícil en el Parlamento, sin duda. Quizás el costo de negociación de las reformas haya subido todavía más. Pero los que creyeron que esto era cosa de hacer valer las aplanadoras se equivocaron. El asunto es algo más complejo que eso.

El sentimiento de alivio con que la derecha recibió las noticias desde Valparaíso selló una jornada que había comenzado bien para La Moneda, luego que el Banco Central informara del Imacec de agosto pasado, 3,4%, por sobre las expectativas. Empiezan a quedar atrás los peores meses del año y este factor, por cierto, relaja un poco al gobierno. No son solo los ciudadanos los que esperan tiempos mejores. La Moneda también aguarda cifras más estimulantes este semestre y, ante el deterioro del contexto externo, lo importante es andar mejor que la región y mejor también que el resto del mundo.

El balance de estas semanas se cierra con el inesperado protagonismo presidencial en los temas del cambio climático. Esto no era parte del programa de gobierno y fue una oportunidad que apareció en el camino. El Presidente, fiel a su historia y a su carácter, la tomó y hasta aquí al menos su decisión parece haber sido oportuna. El país quedó asociado a una causa mundial que cada día cobra más fuerza y el Presidente está proyectando su liderazgo más allá de Chile. Piñera no es un mandatario que crea mucho en metarrelatos. Es un político que cocina con lo que hay y con lo que encuentra cuando va todas las mañanas al mercado. Es también un hombre de suerte, que hasta aquí, en esta segunda administración, le está siendo esquiva. Por lo mismo, la causa ambiental puede estar devolviéndole en cierto modo el alma al cuerpo. Puede que hasta esté pensando que hay una profunda razón de justicia en esta compensación.

Sean las cosas así o sean de otro modo, lo cierto es que el gobierno está entrando fortalecido al último trimestre del año. No está mal, teniendo en cuenta que el segundo año es siempre el más difícil para todos los gobiernos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.