El despertar de Marialy Rivas
Dicen que es intensa, meticulosa, exigente. Que por eso recién a sus 35 años estrena su primera película. Porque antes aprendió a moverse en el set de filmación mientras grababa comerciales en Chile y Europa hasta que decidió dar el paso. Y ese paso se llama Joven y alocada, por la cual acaba de recibir un premio en Sundance y que adelantó su estreno para aprovechar que la película está en boca de todos.
No sé si Marialy Rivas habrá alcanzado a leer esa crónica de Clarice Lispector, pero imagino que si llegó ahí, a la página 141 de Revelación de un mundo -el libro que está leyendo por estos días-, de seguro que se detuvo en ese párrafo y se reconoció, de alguna forma: "Vivo de casualidades, vivo de líneas que inciden una en la otra y se cruzan y en el cruce forman un leve e instantáneo punto".
Ese punto, por ejemplo, en el caso de Marialy Rivas, podría ser una amistad, un trabajo, una película. Podría ser el premio a Mejor Guión Dramático Internacional que recibió el fin de semana pasado en el Festival Internacional de Cine de Sundance por Joven y alocada, una historia sobre el despertar sexual de una joven evangélica. O podría ser su próxima película, La princesita, escrita junto a Camila Gutiérrez, la misma con quien subió a recibir el premio en Sundance, y la dueña del fotolog que inspiró Joven y alocada. Porque la vida de Marialy Rivas ha estado llena de esas pequeñas casualidades, de imágenes, gestos y momentos que le han dicho: por acá, hay que ir por acá. Y ella va. Y ella, que se toma un té helado con leche un día antes de partir a Sundance, hace unas semanas, dijo que no sabía lo que venía. Que sólo tenía que ir a Sundance y luego al Festival de Cine de Berlín… ¿y luego?
-No sé, depende de lo que pase -dijo.
-¿Y qué puede pasar?
-Quién sabe, es como el Loto. Igual, ya con todo lo que ha pasado estoy feliz. O sea, que te seleccionen en festivales tan buenos es lo que uno quiere, entonces imagínate. Yo estoy ultrafeliz. Si pasa algo más…
***
Lo que pasó fue lo siguiente: obtuvo un premio en Sundance, se adelantó el estreno de Joven y alocada para el 29 de marzo en Chile y, de paso, consiguió que la agente de ventas internacional Elle Driver (La marcha de los pingüinos, Fahrenheit 9/11) adquiriera los derechos de la película para distribuirla internacionalmente.
Llegó este martes en la mañana a Chile. Y su voz sonaba cansada, contenta pero cansada: "Todavía estoy en shock", dice.
Pero alguna vez las cosas no fueron tan rápido. De hecho, Marialy Rivas -35 años- se tomó un buen tiempo para sentarse y decidir que Joven y alocada sería su primera película. Porque antes pasaron muchas cosas.
Las podríamos ordenar así: Marialy con 19 años, estudiando en la Escuela de Cine y filmando Desde siempre, un cortometraje para un ramo de documental. Marialy ganando el Festival de Cortometraje de Santiago con Desde siempre y convenciendo a los protagonistas para poder dar el corto, porque el tema era la homosexualidad. La historia era mitad ficción y mitad realidad. Así que hubo problemas, algunos participantes se opusieron a la exhibición del corto, aunque al final terminó siendo transmitido por Canal Plus de España.
Así la describe Pedro Peirano: "Trabajólica, caótica, rígida, muy simpática, de mente dispersa, entretenida, muy segura de algunas cosas, muy insegura de otras".
Y acá viene un desvío y esas casualidades que siempre se dan en su vida.
"Era el tiempo cuando con Sebastián Lelio íbamos a hacer una película entre los dos, Smog. Fuimos a ensayar a la casa de una de las actrices y afuera me encontré una revista Paula, tirada en la calle. La recogí, la empecé a hojear y vi: 'se sorteará una beca para estudiar en la New York Film Academy', y yo dije: 'Listo, es mía'. ¡Porque no puedo encontrar una revista nueva en la calle y que aparezca justo eso!", cuenta mientras se ríe.
Y se fue a Nueva York. Y estudió. Y le comenzó a faltar plata. Y trabajó como mesera. Y se despertaba pensando: "No estoy haciendo películas, no estoy haciendo películas". Y entonces fue el 11 de septiembre de 2001 y el ambiente se volvió denso, extraño. Y regresó.
Y acá viene otro desvío.
Empezó a trabajar en publicidad. Necesitaba un trabajo, comenzó como asistente de dirección y luego pasó a ser directora, hasta que su nombre se hizo conocido. Dirigió la franja televisiva para la campaña de Michelle Bachelet, daba charlas en el extranjero, conoció a Antonio Montero -uno de los referentes más importantes de la publicidad española- y empezó a dirigir comerciales en Europa.
Parecía, entonces, que su deseo de ser cineasta y filmar una película no se iba a concretar. Aunque ella nunca lo dudó: "Lo que más amo es el cine. Nunca tuve miedo. Ha sido largo el camino, pero aprendí a filmar. Tengo mucha experiencia en set porque he hecho cerca de 400 campañas de publicidad".
Ahí lo aprendió todo: el trato con la gente, la presión. Se movió mucho, pero nunca dejó de pensar en el cine. "Yo creo que cada proceso es superpersonal. En mi generación no teníamos el digital tan a mano en la escuela. Era superdifícil, ahora los alumnos hacen una película de tesis", explica. Sin embargo nunca abandonó la ficción. De hecho, fue en 2010 cuando compitió en Cannes con Blokes, un cortometraje basado en un cuento de Pedro Lemebel. Una historia sobre un adolescente y su sexualidad. Los mismos temas que volvió a visitar tiempo después, cuando decidió que Joven y alocada sería su primera película y que la haría junto a la productora Fábula (de Pablo y Juan de Dios Larraín), en la que se instaló a trabajar el 2008, cuando se cansó de estar en el extranjero. Necesitaba volver a Chile. Estaba decidida, esta vez era el momento para hacer su primer largometraje.
***
Cuando el sábado 28 de enero Marialy Rivas se subió al escenario de Sundance para recibir el premio por el guión, sólo estuvo acompañada por Camila Gutiérrez. Pero también debió estar junto a Pedro Peirano, Sebastián Sepúlveda y la escritora María José Viera-Gallo, quienes, en distintos momentos, fueron parte de la escritura del guión de Joven y alocada.
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