Qué es el efecto Dunning-Kruger, las personas que creen que lo saben todo pero son “incompetentes”
Una investigación desarrollada por David Dunning y Justin Kruger aborda este fenómeno, el cual explica por qué algunas personas con poca experiencia o conocimientos en un área presumen saberlo todo y se muestran confiadas de sí mismas.
Es probable que en más de una oportunidad hayas estado en una situación en la que una persona asegura saber mucho sobre un tema, pese a que en realidad maneja escasos conocimientos sobre el tópico en cuestión.
Aquello puede darse en conversaciones de trabajo, en cenas familiares, juntas de amigos o en cualquier otro espacio en donde se desarrollen conversaciones.
En ciertos casos, incluso, puede ocurrir que aquel interlocutor presuma de ser un experto, aunque no tenga credenciales que lo demuestren ni dé señales comprobables de sus supuestos conocimientos en un determinado tema.
Este fenómeno de la psicología es conocido como efecto Dunning-Kruger. Y no se trata de una enfermedad ni de un trastorno mental. De hecho, está presente en todas las personas en mayor o menor medida.
Qué es el efecto Dunning-Kruger y qué dice sobre las personas que creen saberlo todo
A finales de la década del 90, los investigadores David Dunning y Justin Kruger publicaron un artículo en el Journal of Personality and Social Psychology, en el que profundizaron en esta idea a partir de una serie de estudios.
Los autores concluyeron que “las personas tienden a sobreestimar sus habilidades en muchos ámbitos sociales e intelectuales”.
“Esta sobreestimación se debe, en parte, a que quienes carecen de destreza en estos ámbitos sufren una doble carga: no solo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide reconocerlo”.
En términos más sencillos, la investigación de Dunning y Kruger sugiere que las personas “incompetentes” creen saber más de lo que realmente saben y tienden a presumir de ello.
Para desarrollar su trabajo, los autores evaluaron a personas sobre distintos temas, tales como gramática, razonamiento lógico y humor.
Después de cada prueba, les preguntaron qué tal les había ido y a cuántos de los demás participantes habían superado.
Los investigadores vieron que, independientemente del tema, quienes obtuvieron malos resultados en las pruebas sobreestimaron significativamente su competencia.
“Los participantes con puntuaciones en el cuartil inferior en pruebas de humor, gramática y lógica sobreestimaban considerablemente su desempeño y sus habilidades. Si bien sus puntuaciones los ubicaban en el percentil 12, se estimaban a sí mismos en el percentil 62”.
En otras palabras, aquellos que menos sabían de lo que hablaban creían saber tanto como los expertos.
Los resultados de los investigadores se han replicado en otros estudios que han evaluado desde conocimientos en matemáticas hasta en áreas como la medicina o la seguridad con armas de fuego entre cazadores, según rescata el Washington Post.
Especialistas consultados por el citado periódico afirmaron que las consecuencias de este fenómeno —conocido como Dunning-Kruger, en referencia al trabajo de los investigadores— suelen ser inofensivas.
Por ejemplo, si algunas vez te has sentido seguro al responder preguntas en un examen y luego descubres que las respuestas que pusiste eran incorrectas, tienes experiencia directa con este efecto.
Sin embargo, hay otros casos en los que las consecuencias podrían ser mortales.
Dunning dijo en declaraciones reunidas por el Post que el efecto es particularmente peligroso cuando alguien con influencia o con los medios para causar daño no tiene a nadie que le pueda hablar con honestidad sobre sus errores.
En este sentido, comentó a modo de ejemplo que varios accidentes aéreos podrían haberse evitado si la tripulación hubiera hablado con un piloto demasiado confiado.
“Se llega a una situación en la que la gente puede ser demasiado deferente con los responsables”, afirmó Dunning.
Y enfatizó: “Es necesario tener a tu alrededor a personas dispuestas a decirte que estás cometiendo un error”.
En investigaciones posteriores, Dunning vio que los empleados con peor desempeño también tienden a ser los menos propensos a aceptar críticas o a mostrar interés en su superación personal.
Por otro lado, en su trabajo publicado con Kruger en 1999, los autores vieron que “paradójicamente, mejorar las habilidades de los participantes, y por ende su competencia metacognitiva, les ayudó a reconocer las limitaciones de sus capacidades”.
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