La democracia también se juega en las pantallas
SEÑOR DIRECTOR:
En un mundo cada vez más interconectado, donde las redes sociales y las plataformas digitales se han convertido en espacios clave para el debate público, la participación ciudadana y la construcción de identidad, resulta preocupante constatar que muchos jóvenes se enfrentan a ese entorno sin las herramientas necesarias para navegarlo de manera crítica, informada y segura.
Aunque hablamos con frecuencia del potencial transformador de la tecnología, hemos sido más lentos en adaptar nuestras estrategias educativas y políticas públicas a esa realidad. Hoy, los adolescentes no solo conviven con el ciberacoso o la sobreexposición en redes, sino que también se ven expuestos a discursos de odio, desinformación, radicalización digital en un contexto político en el que la verdad y la realidad parecen siempre estar en entredicho.
No basta con que en Chile seamos lideres latinoamericanos en la velocidad de conexión, cuando lo realmente urgente no es la velocidad, sino generar las condiciones para que las nuevas generaciones puedan comprender el funcionamiento de los algoritmos, identificar noticias falsas, actuar con ética en entornos digitales y construir comunidades respetuosas y colaborativas en línea.
La ciudadanía digital debe dejar de ser un concepto abstracto y transformarse en una política pública concreta, sobre todo cuando amenaza con poner en riesgo los valores democráticos de nuestro país.
Esto implica incorporar la alfabetización digital crítica en todos los niveles escolares, capacitar a docentes y familias, y crear espacios de diálogo intergeneracional donde se escuche activamente a los jóvenes. Ellos no son solo usuarios: son actores sociales, creadores de contenido y agentes de cambio.
La buena noticia es que existe una creciente red de instituciones, investigadores y organizaciones de la sociedad civil que están trabajando en esta dirección. El desafío es escalar esas experiencias y convertirlas en parte del ADN de nuestro sistema educativo y de nuestra vida pública. Solo así podremos construir una sociedad digital más democrática, segura y empática.
El futuro no se juega solo en la calle, también se disputa en las pantallas. Y formar ciudadanía digital es, en esencia, formar ciudadanía para el siglo XXI.
Beatriz Mella
Directora Centro CIUDHAD, Universidad Andrés Bello
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