Andrea Hartung y Collage: Tamara García
26 ene 2021 09:08 AM
Con la llegada de la maternidad es natural observar cómo se dejan de lado las necesidades propias. Sin embargo, la salud y bienestar son tan importantes como el cuidado que le dedicamos a los hijos.
Esta receta viene a revolucionar el concepto de ceviche. La sandía viene a destronar a los clásicos marinos que vienen normalmente en esta preparación, y el pisco sour al infaltable limón, o a la leche de tigre. El chef Sebastián Jara (@seba_jara_) nos comparte su receta especial para un novedoso aperitivo frutal, entretenido y sorprendente para ocaciones especiales. Lo interesante también está en el uso que se le da al camote, planteándolo como una opción crocante para acompañar la suavidad de la sandía y el granito helado del sour. Si se quiere explorar, también se puede convertir en un postre, retirando los ingredientes salados y reemplazándolos por chocolate derretido, por ejemplo, o un acompañamiento de frutos rojos. Eso sí, tal como el clásico ceviche, no hay que prescindir del limón, venga como venga.
Siempre es época de sopaipillas, porque aunque no esté lloviendo, son perfectas para un rico aperitivo. Lo típico es acompañarlas con un rico pebre, y esta vez, desde AMAIA (@amaia_restaurante) los chefs Iván Zambra y José Luis Calfucura nos comparten una receta especial que tiene a la fruta como protagonista: la papaya. Este lugar tiene una gastronomía que mezcla la tradición mapuche del sur, y la changa del norte, creando recetas que mezclan lo mejor de dos mundos, como ésta. Ojo, que estas sopaipillas no llevan zapallo, pero si manteca y levadura, como es costumbre en la Araucanía, y el pebre no lleva limón, sino papaya, un fruto típico del norte de nuestro país.
"El Chipá es un tipo de pan de queso tradicional de la gastronomía de Paraguay y del Noreste argentino. Se caracterizan por una corteza crocante y dorada, y con un corazón húmedo y muy esponjosos", cuenta el chef Joaquín Cerda (@joaco.cerda), autor de estos pancitos que se deben comer recién salidos del horno, porque como llevan mucho queso en su interior, al enfriarse se pueden poner duros. Ojo, que están hechos con fécula de mandioca, un polvo muy finito que viene del almidón tapioca de la papa, y que no tiene gluten. Ésta se encuentra en internet con despacho a casa o, como "harina de tapioca" en el supermercado. Para guardar los pancitos, se pueden congelar en bolsas herméticas hasta por 2 meses.
Las chefs Isidora y Pilar Kraemer (@clementina.chile) nos comparten esta sencilla y exquisita preparación de helado de leche, que rinde hasta 700 gr, o sea, perfecto para compartir. La mezcla del durazno con el azúcar potencia el sabor frutal, y cuando se congela, la textura hace que la albahaca brille. También se puede hacer con alulosa o azúcar light. El secreto está en hacer el proceso de congelamiento y retirada para revolver varias veces –3 o más–, porque así quedará cremoso.
Este clásico de la repostería es una muy buena idea para sorprender a la hora del postre. Isidora y Pilar Kraemer (@clementina.chile) nos traen esta entretenida receta de pavlova, donde la idea es hacer un cerro con la mezcla de merengue y maicena para que quede la forma, y hornearla con mucho cuidado. Luego, para el relleno, usan crema chantilly sin azúcar, ya que la pavlova es lo suficientemente dulce, y frutos como las frutillas y el durazno, aunque uno puede rellenarlas con el que más le guste.