¿Por qué los Oscar insisten en quitar categorías de su transmisión?

Bestia

La estatuilla a la que aspira el filme chileno Bestia es uno de los ocho premios que se quedarán fuera de la ceremonia televisada del próximo 27 de marzo. Según comunicó la Academia, estos se revelarán una hora antes en el mismo teatro Dolby de Los Angeles y serán posteriormente integrados al programa, a riesgo de que los ganadores se filtren previamente. Tras marcar su peor sintonía de su historia, la organización busca un ritmo “más ajustado y eléctrico”, aunque eso le reporte críticas.


A comienzos de 2019, el mexicano Guillermo del Toro fue uno de los primeros directores de renombre que expresó su rechazo. “No me atrevería a sugerir qué categorías eliminar durante la entrega de los Oscar, pero la cinematografía y la edición están en el corazón de nuestro oficio”, escribió en respuesta a la última movida de la premiación para su 91° versión: revelar durante comerciales cuatro de sus 24 reconocimientos, Mejor fotografía, Mejor montaje, Mejor cortometraje de ficción y Mejor maquillaje y peinado.

La decisión fue revertida tras despertar el enojo transversal de la industria, pero tres años después la historia se vuelve a repetir. Según comunicó este martes la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS, por sus siglas en inglés), en la 94° edición de los galardones habrá ocho estatuillas que se conocerán en el teatro Dolby una hora antes de que comience la transmisión para todo el mundo: montaje, maquillaje y peinado, música original, sonido, diseño de producción, cortometraje de ficción, cortometraje documental y cortometraje animado, donde compite el filme chileno Bestia, del director Hugo Covarrubias y el productor Tevo Díaz. Estos serán grabados y luego integrados al programa principal, concretando una apuesta hasta inédita en la historia del evento.

En 2019 los cineastas más prominentes de Hollywood (Martin Scorsese, Spike Lee, Quentin Tarantino, entre otros) tardaron tres días en emitir una carta en que tildaban como un “insulto” la medida, porque consideraban relegaba “estos oficios cinematográficos esenciales a un estatus menor”. Aunque la estrategia para la ceremonia del próximo domingo 27 de marzo es ligeramente distinta (para la 91° versión la intención era que los ganadores se revelarán en pausas comerciales, y se pudieran seguir a través de una transmisión por internet; luego, esos momentos serían agregados de alguna manera al programa), es fácil anticipar que la lectura de la industria es similar y que se está cocinando algún tipo de movimiento que busque retrotraer la acción.

Foto: Photo by Matt Sayles/Invision/AP, File

Al igual que hace tres años, la Academia carga con la presión de revertir su peor audiencia histórica, pero quizás ahora el panorama es más crítico: en 2018 había registrado 26,62 millones de espectadores, mientras que en 2021 ese número fue 10,40 millones, encendiendo las alarmas entre la organización y la cadena ABC, que tiene sus derechos de exhibición hasta 2028.

Ahora, de cara a su 94° edición, una de las conclusiones con las que la entidad insiste es que debe acortar la duración del evento. Incluso si eso no asegura nada: con tres horas y 19 minutos, la gala del pasado 25 de abril fue la más breve desde 2012 (tres horas y 13 minutos).

“El flujo del programa no cambia, aunque se volverá más ajustado y eléctrico con esta nueva cadencia, y la transmisión en vivo debería terminar –sí, con la categoría de Mejor película– en la marca de tres horas”, prometió el presidente de la Academia, David Rubin, en una carta compartida a los miembros del grupo.

Uno de los puntos que ha irritado es que el ganador de Mejor montaje o los de las distinciones de cortometraje no estarán en vivo, pero sí habrá espacio para los responsables detrás del filme que sea elegido como el más votado en Twitter. Este reconocimiento, anunciado la semana pasada, es una jugada para atraer a los fanáticos de películas como Spider-Man: Sin camino a casa, Rápidos y furiosos 9 o Cenicienta (que hasta hora iría a la cabeza de las preferencias). Si bien no fue presentada como una nueva estatuilla, tiene un espacio asegurado en las tres horas que supuestamente durará la ceremonia.

¿Pero qué ocurrirá con Bestia y los otros aspirantes de las ocho categorías afectadas? La Academia ha intentado tranquilizar señalando que al interior del recinto que acoge la premiación los nominados y los ganadores recibirán el mismo tratamiento que las restantes 15 estatuillas. “Tendrán el ‘momento Oscar’ de celebración que se merecen en el escenario del Dolby, frente a una audiencia fascinada”, aclaró Rubin. La diferencia es que esos instantes no serán transmitidos en vivo y aparecerán editados para el público que siga el evento por televisión, por lo que difícilmente habrá discursos de agradecimientos completos.

Un punto que hasta ahora no se ha aclarado es cómo la organización evitará que se filtren esos galardones. A falta de un anuncio más específico, probablemente la única solución para quienes deseen guardarse ese factor sorpresa sea mantenerse alejado de redes sociales e internet.

“Nuestro objetivo ha sido encontrar un equilibrio en el que los nominados, los ganadores, los miembros y la audiencia tengan una experiencia gratificante con el programa”, añadió el presente de la entidad, garantizando más tiempo para episodios cómicos, números musicales y tributos a las películas.

Con esta inédita medida –así como con la conformación de un trío femenino en la conducción del evento, compuesto por Regina Hall, Amy Schumer y Wanda Sykes–, los Oscar apuntan a vivir un alza en su sintonía por primera vez desde 2019. Y lo perseguirá incluso si debe recurrir a ideas que irritaron en el pasado.

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