Muere Sinéad O’Connor, una de las artistas más singulares y aclamadas de la música popular

Según medios británicos, la cantante irlandesa falleció a los 56 años, luego de una carrera marcada por su voz evocativa, sus éxitos y su personalidad, además de una vida salpicada de problemas personales y de complejidades de toda índole, los que incluso la hicieron cuestionar su destino en la industria musical. Aquí, su historia.


La cantante irlandesa Sinéad O’Connor ha muerto a la edad de 56 años. Ha partido una leyenda del pop y una estrella irrepetible en la música popular de las últimas décadas.

Su deceso fue confirmado a través de medios irlandeses por familiares de la intérprete, quienes aseguraron: “Con gran tristeza anunciamos el fallecimiento de nuestra querida Sinéad. Su familia y amigos están devastados y han solicitado privacidad en este momento tan difícil”.

La noticia golpea al mundo de la música un año después de que muriera uno de sus hijos, Shane, de 17 años, y tras una larga batalla contra problemas relacionados con la salud mental. En las últimas décadas, tomó decisiones como su cambio de nombre -se convirtió a la fe islámica- o el abandono de forma paulatina de los escenarios y la figuración pública.

Su gran éxito, Nothing compares 2U, original de Prince, quedará en la historia como una de las interpretaciones más emotivas del catálogo pop de las últimos tiempos, incluyendo aquella escena en el videoclip donde derramó por sus mejillas de forma real un par de lágrimas.

Estuvo en Chile dos veces: en 1990, para el evento de Amnistía Internacional que se hizo en el Estadio Nacional junto a Peter Gabriel, Sting y New Kids on the Block, entre otros; y en 2015, para el festival Womad, de Recoleta.

Desde Chile... un abrazo a la esperanza fue el nombre de dos conciertos benéficos realizados en el Estadio Nacional de Chile, en Santiago, Chile, los días 12 y 13 de octubre de 1990, organizados por Amnistía Internacional.FONDO HISTORICO - CDI COPESA

Nacida en Dublín el 8 de diciembre de 1966, Sinéad Marie Bernadette O’Connor, su verdadero nombre, tenía una extraordinaria voz y una personalidad que desde pequeña desafiaba las convenciones de la época, empezando por su pelo corto, su rechazo a las grandes directrices de la escena musical y su vuelco hacia un estilo cada vez menos ortodoxo.

También ha sido célebre su enfrentamiento con las grandes instituciones de su era: en pleno éxito en 1992, en horario prime de la TV estadounidense, su performance haciendo pedazos la foto del Papa Juan Pablo II es posiblemente uno de los minutos definitivos (y estremecedores) de la cultura pop de fines del último siglo.

Tenía un carácter artístico distintivo que, pese a los altibajos en el curso de los últimos años, resultó ser inimitable. El estilo Sinéad O’Connor.

Ganadora de un premio Grammy y autora de 10 discos, en el año 2018 se había convertido al islam con el nombre de Shuhada’ Sadaqat.

Una historia turbulenta

Sus padres, Jack O’Connor y Marie O’Connor, se casaron a muy temprana edad y tuvieron grandes problemas matrimoniales. Ella fue la tercera de cinco hijos y fue testigo de inestabilidades en el hogar que más tarde se retrataron en su personalidad convulsa, áspera y descreída de los hábitos. Tenía ocho años cuando sus padres se divorciaron, lo que también la llevó a alejarse de la fe y el catolicismo, uno de los grandes tópicos que marcarían su existencia.

(AP Photo/Antonio Calanni, File)

Con sus dos hermanos mayores se fue a vivir con su madre, pero la convivencia sería imposible: la futura cantante acusaría con los años abusos físicos y psicológicos. Tales episodios también marcarían su destino. Su canción Fire on Babylon es un retrato de aquello.

Los abusos eran una constante en sus primeros años y no sólo por parte de su madre. “Fui violada en varias ocasiones por extraños en Irlanda cuando era niña”, dijo en una entrevista de 2017.

Fue entonces cuando tomó la decisión de raparse, estableciendo la imagen que la eternizaría. “No quería ser bonita. Era peligroso ser bonita porque podría ser violada o molestada en todas partes adonde iba. No quería ser violada”.

En 1979, O’Connor dejó a su madre y se fue a vivir con su padre y su nueva esposa. Sin embargo, su mal comportamiento escolar llevó a que fuera internada en una escuela-reformatorio a los quince años, el Centro de Capacitación de Grianan, dirigido por las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad. Era el reducto donde generalmente caían niñas calificadas como “casos perdidos”

Una de las voluntarias del lugar era la hermana de Paul Byrne, batería de la banda In Tua Nua, quien escuchó a Sinead cantando Evergreen, de Barbra Streisand. Grabó una canción con ellos llamada Take my hand y los dejó maravillados, aunque alegaron que era demasiado joven para tal tema. Fue la primera semilla de su posterior estrellato escénico.

En el verano de 1984 formó un grupo llamado Ton Ton Macoute, denominado así por las milicias gubernamentales haitianas. Casi a la par, un año después, su madre falleció en un accidente en moto, lo que fue devastador para la intérprete, pese a la relación llena de fricción y distancia que exhibían por esos días.

Se fue creando un nombre en la escena irlandesa hasta que llegó la opción de su primer álbum. Cuando estaba en ese proceso, la artista quedó embarazada del baterista de su agrupación, John Reynolds; desde la discográfica, le pidieron que abortara. Según decían, no podían tener a su gran apuesta, de apenas 20 años, aspectada como figura juvenil pop, en tal condición.

Ella se negó: fue su primer gran cara a cara con una industria con la que siempre demostró diferencias casi irreconciliables. Los conflictos con las convenciones y los dogmas del mercado discográfico definirían también parte importante de su personalidad.

El gran golpe

The Lion and the Cobra se llamó su primera entrega y obtuvo críticas mixtas, pero dejó por sobre toda las cosas una sensación casi unánime en la crítica: aquí se estaba frente a una sensibilidad interpretativa distinta, una mujer que traspasaba tormento y fragilidad, ofreciendo un sorprendente espesor emocional pero desde el luminoso campo del pop. Llegó a ser disco de oro y Sinéad obtuvo una nominación al Grammy por Mejor Interpretación Vocal Rock Femenino.

Pero en 1989 la fama sería absoluta y planetaria precisamente con el hit Nothing compares 2U, escrita por Prince pero incluida sin éxito en uno de sus álbumes de 1983. Había pasado casi inadvertida.

Pero O’Connor ahí demostró nuevamente una capacidad para diseñar su propio universo: tomó el tema y lo perpetuó como uno de los más conmovedores de la historia del pop. Está vinculado a fuego con su imagen y con su obra, pese a que el propio Prince en un momento quiso apropiarse del suceso.

“Todas las flores que plantaste, mamá, murieron cuando te fuiste”, es la simbólica parte final del track, como si se tratara de una reconciliación definitiva con su progenitora.

(AP Photo/Jim Cooper, File)

El álbum I Do Not Want What I Haven’t Got –donde venía el hit y gran parte de sus mejores canciones- vendió millones de copias y recibió varios discos de platino. Sinéad obtuvo cuatro nominaciones al Grammy, incluso Grabación del Año y Mejor Interpretación Vocal Pop Femenino; ganó el Grammy por Mejor Álbum de Música Alternativa, siendo la primera artista en conquistar ese premio (1991 fue el primer año en que se abrió la categoría).

Sin embargo, se negó a aceptar las nominaciones al argumentar: “No acepto premios que se me hayan concedido por mi éxito material. Los Grammy se dan al disco que más ha vendido, pero no al mejor artísticamente hablando. No me interesan. No quiero tomar parte en nada que anime a la gente a creer que el éxito material es importante, especialmente si eso representa que te has de sacrificar personalmente para obtenerlo”.

Ya está dicho: sus lazos con los rituales de la industria nunca fueron armoniosos.

El éxito continuó. Pero también las controversias y una actitud que no terminaba de acomodarse. Su carrera recibió un golpe importante - sobre todo en los Estados Unidos - el 3 de octubre de 1992, cuando apareció en Saturday Night Live como invitada musical, durante un episodio de la temporada 18, conducido por Tim Robbins.

Ella cantó a capella la canción War, de Bob Marley y la usó sin previo aviso como una protesta por los abusos sexuales de sacerdotes de la Iglesia Católica. De esa forma, cambió la palabra “racismo” por “abuso de menores”. Pero luego vino el gran golpe: supuestamente iba a mostrar una foto de un niño desnutrido en África, pero la modificó por una del Papa Juan Pablo II. La mostró fijo a la cámara cuando cantaba la palabra “evil” (maldad), para después romperla en pedazos, mientras mencionaba la frase “lucha contra el verdadero enemigo”.

Los teléfonos de la cadena NBC se saturaron de llamados y reclamos. En los días siguientes, recibió las burlas y la rechifla pública de figuras como Madonna y Joe Pesci. Pero lo más brutal: pareció que a partir de ahí su ascenso se detuvo para siempre. Empezó a ser vista como una persona non grata y como una polemista que era mejor apartar. Sus días en esa industria que siempre se le presentó agria estaban contados.

Su carrera siguió con nuevos giros musicales y colaboraciones, aunque su inestabilidad privada torpedearon una trayectoria de mayor alcance.

En 2003 le fue diagnosticado trastorno bipolar. El 29 de noviembre de 2015 fue salvada por la policía de un intento de suicidio tras publicar un mensaje de despedida en su página de Facebook, en el que anunciaba que había tomado una “sobredosis”.

Sinéad O’Connor

Antes, en 2005 había publicado su disco de reggae, Throw Down Your Arms, que recibió en general muy buenas críticas. Regresó al pop en 2012 con el álbum How abou I be me (and you be you)?

La artista se casó cuatro veces (una de ellas el matrimonio duró 16 días) y tenía cuatro hijos. Uno de ellos, Shane, de 17 años, murió dos días después de que la cantante anunciara, el 6 de enero de 2022, que había desaparecido del hospital donde estaba ingresado por riesgo de suicidio.

En su última publicación en las redes sociales, O’Connor precisamente compartió una foto de su hijo, acompañada del texto: “He estado como una muerta viviente criatura de la noche desde entonces. Era el amor de mi vida, la luz de mi alma”.

Su último álbum, I’m Not Bossy, I’m the Boss, data de 2014. El canto final de una estrella única.

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