Crítica de discos de Marcelo Contreras: días de clásicos con Peter Gabriel, Geddy Lee y los Hermanos Ilabaca

Las novedades discográficas de la semana viajan hasta nombres señeros del cancionero popular: dos glorias que irrumpieron en la década de los 70 muestran material que va de la renovación al reciclaje. En tanto, por el lado chileno, dos ex Chancho en Piedra también exhiben sus armas fuera de su banda madre.


*Peter Gabriel - I/O (Bright-side and dark-side mixes)

Peter Gabriel tenía 45 años cuando comenzó a planificar este décimo álbum. Corría 1995, la masificación de la internet estaba en ciernes, y faltaba una década para las redes sociales. Hoy, con 73 años, el primer detalle que impresiona en este regreso es la cohesión estilística y sónica, a pesar del generoso paso del calendario. I/O decanta en canciones introspectivas sobre el envejecimiento y las perspectivas en el crepúsculo de la existencia -”solo soy parte de todo”, reflexiona Gabriel en el corte que da nombre al álbum-, donde la voz emotiva y extraordinaria mantiene su poder y encanto. “El cuerpo se endurece, se cansa y duele, en su piel arrugada y manchada”, entona en So much, una pieza melancólica al piano. Olive tree es lo más parecido a un viejo hit del ex cantante de Genesis, con su tempo más enérgico y los arreglos en clave fanfarria.

El material dialoga con So (1986) y Up (1992), en la medida que reitera la alineación de primer orden de David Rhodes en guitarra, Tony Levin al bajo y Manu Katche en batería. El lanzamiento propone dos mezclas que permiten disfrutar con distintas ópticas la infinidad de detalles y ambientes ofrecido por las composiciones, con Brain Eno a cargo de diversas texturas. Una obra a la altura de un artista siempre protagonista de la élite del rock.

*Geddy Lee - The Lost demos

Con la publicación de la autobiografía My eiffin’ life, el mundo de Geddy Lee -y de Rush por añadidura-, se ha visto sacudido con algunos cambios en los dogmas que parecían regular la vida artística del reconocido músico. Ahora asoman posibilidades de un segundo tiempo para el desaparecido trío, que se suponía disuelto con la muerte del baterista y letrista Neil Peart (cambio motivado nada menos que por sugerencia de Paul McCartney), en tanto Lee rompe otra cláusula: la liberación de material descartado. Si con Rush la regla era publicar todo sin dejar lados b, demos ni archivos pendientes (excepto abundantes grabaciones en vivo), el bajista, tecladista y cantante ha liberado un par de temas que no quedaron en su álbum solista My favorite headache (2000).

La primera, Gone, es una balada triste motivada por la muerte de Selena, la hija única de Peart fallecida en un accidente en 1997, enlazada a otras pérdidas de Lee. La segunda, I am… you are es un medio tiempo sobre la relación de pareja del músico con su esposa Nancy, una especie de spin off lírico de Entre nous de Permanent waves (1980), una de las obras cumbres de Rush. En Gone destaca la voz, en un enfoque profundamente melódico y de drama contenido. La segunda en cambio, se comprende de inmediato por qué no pasó el corte final.

*Hermanos Ilabaca - Hi

Pablo y Felipe Ilabaca, compositores del grueso de la obra de los desaparecidos Chancho en piedra, debutan como una entidad artística cuyas características son de público conocimiento, tras casi 30 años de actividad profesional. Por lo mismo, resulta algo redundante la primera canción que bautiza el disco, una presentación funk rock de ambos con detalles autobiográficos -”de potrillo palomilla”, se describe Pablo-, donde resalta una de las mayores influencias históricas de los hermanos, los californianos Red Hot Chili Peppers. El álbum despliega los intereses y motivos conocidos de los músicos, entre ellos, el orgullo por las tradiciones criollas, el valor de la familia y el barrio, y una óptica lúdica e infantil generalizada para cavilar sobre el mundo y el cosmos.

Las canciones reflejan el oficio y destreza de Pablo y Felipe en guitarra y bajo respectivamente, y su indiscutido dominio como compositores, pero carecen de explosividad y sorpresa. A pesar de algunos giros en la dinámica estilística, con injertos de géneros en una misma pieza -Miyazaki es un interesante collage de andino, disco y cumbia-, títulos como la instrumental Que no pare el hueveo son ejercicios masticables y desechables. Un disco manido sin sobresaltos.

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