
Amalia Ulman, cineasta argentina: “No me molesta trabajar con estrellas, pero a veces eso distrae un poco”
Tras ganar reconocimiento con El Planeta (2021), la directora presenta una inusual comedia sobre un grupo de estadounidenses perdidos en un pueblo de Argentina. Recién estrenada en Mubi, reúne a Chloë Sevigny y Alex Wolff con actores locales y con ella misma. “Siempre me he usado a mí (como actriz) porque soy más barata que contratar a otra persona”, indica a Culto.

El objetivo es encontrar a un músico argentino. El artista se hace llamar “Súper Carlitos” y acostumbra a ocupar orejas de conejo y rapear con sierras de fondo. Supuestamente vive en un pueblo llamado San Cristóbal.
Con esas pistas, el equipo liderado por Edna (Chloë Sevigny) y Dave (Simon Rex) viaja a Sudamérica para grabar un capítulo de una serie online que presenta historias inusuales y curiosas. A poco andar descubren que se equivocaron de ciudad y que nadie conoce a un músico con ese nombre y esas características. A modo de solución, deciden buscar una alternativa, contando con la ayuda de algunas personas de la localidad.

Con grandes dosis de humor y evitando el costumbrismo, Magic farm sigue la errática estadía de un grupo de estadounidenses en un pueblo trasandino. Tras ganar reconocimiento con su primera cinta, El planeta (2021), Amalia Ulman vuelve a exhibir su apetito por crear historias fuera de las convenciones y plagadas de referencias de diversas procedencias.
Nacida en Argentina, criada en España y formada en Inglaterra, la realizadora se mueve por impulsos y no por cálculos. De hecho, reconoce que habría sido más sencillo filmar su segundo largometraje en Estados Unidos –donde reside hace años– que en Latinoamérica. Pero la historia que imaginó tenía que ambientarse en este lado del mundo. A partir de ese instante el lugar del rodaje no estuvo en discusión.
Ulman, quien tiene familiares que viven en la zona rural de Argentina, hace algunos años se enteró de que la hermana de su abuela quedó ciega por la exposición al glifosato cerca de las plantaciones de Monsanto. Ese fue el detonante de la escritura de su película más reciente. Luego, cuando ya tenía definido que la historia abordaría el choque cultural, comenzó a buscar a sus protagonistas.
Así armó un elenco que incluye desde Chloë Sevigny, Alex Wolff y Simon Rex hasta Joe Apollonio, uno de sus mejores amigos, y a actores argentinos como Guillermo Jacubowicz, Valeria Lois y Camila del Campo. Y, tal como en su ópera prima, ella misma es parte del reparto. En el caso de los estadounidenses, cree que ayudó que a todos les gustó El planeta. “Confiaban en mí como cineasta”, señala a Culto desde Nueva York.

“Siempre he sido inmigrante. Siempre he tenido que recibir mi información de distintos sitios. Mi background es un poco difícil de explicar. Mis inspiraciones siempre han sido un poco distintas y fuera de lo normal. Entonces, cuando hago arte, no me queda otra y utilizo materiales de distintas partes”, explica en una entrevista realizada a partir del estreno de Magic farm en la plataforma Mubi.
-Los personajes están perdidos en la historia. ¿En el set los actores parecían perdidos?
No. Son muy buenos actores. Perdidos no estaban. A mí me gusta mucho el naturalismo como directora. Y entonces, para conseguir eso, a veces seguimos el guión a rajatabla y otras veces, si veo que los actores tienen una especie de feeling unos con otros, les dejo improvisar un poco. Pero siempre sabiendo dónde tiene que terminar la escena, qué es lo que cada escena tiene que lograr, qué es lo que queremos contar. Y ahí pues para mí lo más importante es asegurarme de que ese mensaje vaya por dónde tiene que ir. Pero si veo que los actores están dispuestos a algún tipo de improvisación unos con otros, me gusta dejarlos jugar. Pero imaginaba crear esos momentos naturalistas.
-¿Cree que alguno de los actores se sentía particularmente cómodo con ese estilo de actuación?
Depende de los actores.A Alex Wolff, por ejemplo, le gusta mucho hacer eso. Y él y Camila (del Campo) tenían muy buen feeling el uno con el otro, entonces me gustaba capturarles de esa forma. A Chloë Sevigny le gusta más que le digan las cosas y seguir las cosas a rajatabla. Es distinto para cada actor. Y mi trabajo como directora es eso: poder guiar a cada uno de la forma en que ellos necesitan mientras me aseguro de que estoy logrando los materiales que necesito para hacer la película que quiero.

-En esta película vuelve a actuar. ¿Eso le ayuda a tener una suerte de mayor control de lo que va logrando día a día?
No, para nada. Todo lo contrario. Actuar en esta película fue muy difícil porque también trabajo mucho como productora. Estaba muy involucrada con todo lo que es la dirección de arte, los vestuarios, la fotografía, todo eso. Entonces cuando había algún tipo de problema lo tenía que resolver yo, estuviese o no delante de la cámara. Eso se hacía bastante cuesta arriba. No disfruto actuar mucho. Siempre me he usado a mí porque soy más barata que contratar a otra persona. En mi próxima película ya no voy a estar delante de la cámara para nada, porque es lo que menos me gusta del proceso... No es lo que no me gusta, es lo que más me cuesta. Yo no soy actor. Los actores de verdad están siempre listos para actuar y siempre listos para que les hagan fotos y siempre dispuestos. Y a mí no me gusta tanto eso.
-Imagino que en parte ha terminado actuando porque ambas películas tienen mucho de Ud.
Sí y no, porque Magic farm tampoco tiene tanto de mí. Si le preguntas a cualquier director que escribe sus guiones, sus películas tienen partes de su vida. Yo creo que eso es un problema que he notado mucho: si la autora es mujer, no sé por qué se le echa más encima de que sea autobiográfico, cuando todas las películas de casi todos los directores son autobiográficas de alguna forma si las has escrito tú. El planeta era puramente ficcional y al principio íbamos a usar actores. Lo que pasa que no había presupuesto suficiente para contratar buenos actores. Por eso trabajamos mi madre y yo. Y lo mismo en esta película. Mi personaje está ahí como apoyo a los otros personajes. Mi personaje hace de traductora dentro de la película. No es un personaje principal ni nada, sino que ayuda a que los otros tengan sus conflictos, a mover la historia y tal, o a conectar a los actores unos con otros. Pero sí, no creo que tenga mucho que ver con lo autobiográfico ni nada, porque, por ejemplo, en Magic farm realmente hay muy poco autobiográfico. Es una película bastante ficcional y construida.

-Pero la idea de una zona de Argentina afectada por el glifosato sí se origina en la historia de su familia.
Sí, tengo familia que todavía vive en el campo. La mayoría emigró a Buenos Aires en el gran éxodo, creo que de los 60 y 70, donde mucha gente desde el campo se fue a Buenos Aires. Era una familia bastante grande y algunos se quedaron en el campo, y sí, estaban afectados. Fue entonces que mi madre y yo empezamos a leer un poco más sobre eso y a descubrir todos los problemas que había en general con todas esas plantaciones transgénicas.
-¿Cuánto le sorprendió que Charli XCX viera Magic farm y aludiera a ella en su cuenta de TikTok? ¿Cree que le dio más visibilidad a la película?
La verdad es que no tengo ni idea.
-¿No lo vio? Lo compartió Sundance en Instagram.
Sí, Sundance, pero no sé. No sé qué decirte... Me gusta que la gente vea la película. Que la gente comparta la película, para mí bien.
-¿Es una artista que le gusta?
Es que no escucho música contemporánea. No me interesa eso.
-¿De qué manera cree que hacer una película con estos actores, prácticamente todos son muy conocidos, le puede abrir puertas hacia otros mundos?
Sí y no. Porque también el uso de estrellas distrae mucho. A mí no me molesta trabajar con estrellas, no estoy opuesta a trabajar con estrellas, pero a veces distrae un poco el proyecto. A mí lo que me interesa es hacer una buena película. Entonces, en la siguiente película en la que estoy trabajando (el objetivo) es más encontrar al actor perfecto para cada rol, sean famosos o no sean famosos. Es que realmente eso al final a mí me da igual. Las películas que más me gustan no tienen estrellas en ellas. No puedo pensar mucho en ello. Igual los productores sí. Obviamente sí ayuda a tener visibilidad. Por ejemplo, en El planeta ayudó mucho que Nacho Vigalondo estuviese en una escena, porque es un poco como un stamp of approval (sello de aprobación) de la industria. Dicen: bueno, esta película ha salido de la nada, pero tiene un poco de apoyo de alguien de la industria, entonces le vamos a dar un poco más de atención.
“Yo ahora también estoy produciendo películas de otra gente, sobre todo de otras chicas, para poder hacer lo mismo y que mi nombre esté al lado del suyo para poder meternos en más festivales y todo eso. A mí me parece que eso es importante, pero sólo de manera casi burocrática. Luego al final lo que más importa es que la película sea buena”.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
2.
3.
4.
Contenidos exclusivos y descuentos especiales
Digital + LT Beneficios$1990/mes por 5 meses SUSCRÍBETE