Culto

Gioconda Belli: “Los que estuvimos en el sandinismo pensábamos en el futuro de los hijos, no en el presente”

La destacada escritora nicaragüense estuvo en Chile presentando su nueva novela: Un silencio lleno de murmullos (Seix Barral), donde una hija reflexiona sobre el pasado de su madre, una antigua guerrillera sandinista, con quien tiene cierto encono. Con Culto, habló de esos años, de cómo ha vivido el exilio, su visión crítica del régimen de Ortega y cómo fue la trama que casi le dio la nacionalidad chilena.

Gioconda Belli: “Los que estuvimos en el sandinismo pensábamos en el futuro de los hijos, no en el presente” Foto: Andrés Pérez - La Tercera

Si Gioconda Belli (76) pensaba que con sus memorias El país bajo mi piel (2001), había cerrado la escritura de aquellos años que la marcaron como parte del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), una serie de acontecimientos la obligó a volver sobre ello. En 2023, el régimen de Daniel Ortega le quitó su nacionalidad nicaragüense, la declararon “traidora a la patria”, le confiscaron sus propiedades y la pensión de jubilación. Ello la obligó a exiliarse a España, país que le concedió la naturalidad. Desde allí, la idea de una nueva novela no tardó en llegar, y se llama Un silencio lleno de murmullos (Seix Barral).

En esta novela, Belli cuenta la historia de Penélope, una nicaragüense que viaja a España para desocupar la casa de su madre, Valeria, recién fallecida. La mujer guarda un rencor con su progenitora, una excombatiente de la revolución sandinista, porque considera que le dedicó más tiempo a la lucha que a ella. Entre esos fantasmas y recuerdos, se va reencontrando con el pasado. Esta semana, Gioconda Belli estuvo en Chile, donde presentó el libro, y recibió a Culto en un hotel del sector oriente.

“Este libro surgió como surgen todas las novelas: a partir de una intuición y de querer resolver algo dentro de mí. Una se da cuenta que andas buscando una cura para algo que necesitás analizar y resolver. En este caso, una de las cosas que me atormentaba era lo que pasó en Nicaragua, de cómo se pudo llegar de una revolución que hizo soñar a mucha gente, a nosotros, sobre todo los que estuvimos en eso y de repente se convirtió otra vez en una tiranía”.

Gioconda Belli: “Los que estuvimos en el sandinismo pensábamos en el futuro de los hijos, no en el presente”

Penélope es la hija de Valeria, una revolucionaria que podía identificarse con usted. ¿Cuánto de su propia vida tiene Valeria?

Valeria tiene una parte subjetiva mía, pero es bien distinta a mi historia, porque, por ejemplo, mis padres no eran somocistas. Pero creo que toda novela es autobiográfica, como decía la Doris Lessing ,y por supuesto que hay de mí en las dos: en Penélope y en Valeria. En Penélope, no porque yo haya tenido una madre que se haya metido en la guerrilla, sino porque tuve una madre que tampoco me dedicó toda su vida. Pero yo lo veía bien, no lo resentí. Me parecía muy bien que mi mamá se metiera al teatro. Ella fue fundadora de un grupo que se llamaba el Teatro Experimental de Managua. Y a mí me gustaba que mi mamá hiciera toda esas cosas. Me parecía que era una mujer bien inteligente y que podía aportar en esa forma.

¿Cree que en su generación, la que hizo la revolución sandinista, hay una deuda en los afectos con los hijos?

Sí, hay una deuda, pero la deuda no es tan grande. Para decirte y contestártelo de la mejor manera: yo creo que las personas que estuvimos involucradas en eso y que teníamos hijos pensábamos en el futuro de los hijos, no en el presente. O sea, la idea era hacer la revolución para que ellos vivieran en un país libre, para que no sufrieran lo que habíamos sufrido nosotros. Y por eso pienso que era una culpa muy coyuntural, pensábamos que esa curva se iba a resarcir más adelante.

Le dedica el libro a sus hijas, ¿cómo fue situarse en ese punto de vista?

Una de las cosas que quería con este libro era reconocerles a ellas ese esfuerzo que tuvieron que hacer, esos vacíos que tuvieron que vivir, ese miedo que pasaron por la seguridad de nosotros, por no saber si nos podían matar, por estar separados. Entonces, yo quería reconocer que esto también fue parte de su entrega, de su contribución a la revolución. También es un reclamo, como dice Penélope: tanto nos sacrificamos todos, te sacrificaste vos y sin embargo permitiste que la revolución fuera traicionada y terminara de esa manera.

Foto: Andrés Pérez - La Tercera

¿Ve esta novela como una especie de “ajuste de cuentas” con el pasado?

Un poquito (piensa). No lo había pensado de esa manera, pero sí, ajuste de cuentas en el sentido de desnudar la actuación de Daniel Ortega y Rosario Murillo en el 2018, porque ellos han manipulado la realidad, han creado una ficción de golpe de estado y sostienen que todas las personas que protestamos, las miles de personas que salieron a la calle eran pagados por los Estados Unidos y eso es absolutamente mentira.

¿En qué momento comenzó a sentirse decepcionada del sandinismo?

En los años 90, porque cuando se perdieron las elecciones un gran grupo de nosotros sostuvo que era un buen momento para replantearse el partido como tal. Dentro del partido ya habían cambiado muchas cosas, había mucha muerte en Nicaragua. Entonces, pensábamos cómo volver a ser una opción de poder a partir de una autocrítica, ver qué cosas habíamos hecho mal, tratar de hacer una opción moderna, ser una oposición constructiva y eso chocó de cabeza con la idea de Daniel Ortega, porque él es una persona que nunca avanzó en su mente. Se quedó en el dogma, en la violencia y empezó a actuar de una manera muy traicionera con nosotros. Empezó a difamarnos, a decir que nos habíamos vendido al imperialismo, a usar un montón de clichés y de cosas que habían tenido razón en la lucha contra el imperialismo, porque así tuvimos una lucha muy grande durante los años 80. Pero ya después usaba esa muletilla para hacernos daño y lo sigue haciendo. O sea, todo estas estas expulsiones que hicieron, esta represión que han hecho desde 2018 ha sido porque, según ellos, están defendiendo la soberanía de Nicaragua contra un nuevo ataque del imperialismo y eso no es cierto, no es verdad.

14 Mayo 2025 Entrevista a Gioconda Belli, escritora Foto: Andres Perez Andres Perez

¿Cree todavía en el socialismo?

Creo en la socialdemocracia. Me he vuelto muy de centro. Pero me siento que soy de izquierda todavía, pero lo que pasa es que ya no sabemos qué es la izquierda. Lo que me gustaría es que en la izquierda hiciéramos una reflexión más profunda sobre qué decimos cuando hablamos de izquierda. Cómo tener una izquierda más moderna, más adecuada a las circunstancias, que no pierda sus características fundamentales que eran la justicia social, la equidad y la distribución diferente de la riqueza, pero que crea en la libertad. Porque lo que pasaba en la izquierda y lo que ha pasado en Cuba, en Venezuela, es que te ponen una disyuntiva: me entregás tu libertad y yo te voy a dar justicia social. Pero, en realidad, la justicia social es una justicia social muy poco satisfactoria también. Y eso me parece que lleva en sí la semilla de su propia destrucción. La juventud ya no cree en el sandinismo, porque por obra y gracia de la represión de Daniel Ortega y Rosario Murillo se ha convertido en el nuevo somocismo.

Lleva 3 años en el exilio en Madrid, ¿cómo ha sido este tiempo para usted?

Ha sido un tiempo de reinvención. De repente me vi despojada de todas mis cosas que tenía seguras y he tenido que pensar en reinventarme, en no sentirme derrotada, porque yo te digo, tengo un optimismo perverso. Porque aún donde no veo optimismo, soy optimista, porque creo que la historia me supera. El hecho que la historia que yo vivo, en este momento, no me guste, no quiere decir que siempre va a ser así. Creo en la evolución, creo en el ser humano y (el exilio) ha sido interesante porque a pesar de que ha sido duro, me ha permitido tener una visión a distancia de todo lo que ha pasado. Me permite estar con gente que admiro, gente que también ha pasado por procesos difíciles y estar en un momento en un país donde se están haciendo cosas interesantes. La socialdemocracia española ha tenido logros muy importantes en cuanto a la salud, la educación, la civilidad con que vive la gente. Me parecen muy encomiables.

14 Mayo 2025 Entrevista a Gioconda Belli, escritora Foto: Andres Perez Andres Perez

¿Cómo fue el proceso en que usted pudo tener la nacionalidad chilena?

Lo que pasó fue que me preguntaron qué nacionalidad escogería, yo dije que la chilena, porque le tengo cariño a Chile. Tengo amigos aquí y también por lo que ha hecho Boric, porque admiro mucho su posición, ha sido coherente por lo menos en política exterior. Me dicen que aquí en política interna tal vez no ha sido tan exitoso, pero por lo menos su posición ética la admiro mucho. Entiendo que (mi nacionalización) la estaban discutiendo en el Congreso, pero dijeron que no porque yo ya tenía la nacionalidad española. Me hubiera gustado. El gobierno de Pedro Sánchez le dio nacionalidad española a todos los nicaragüenses que nos habían quitado la nacionalidad y eso fue una ayuda inmensa.

¿Qué relación tiene con Chile?, ¿le gusta la literatura chilena?

Con Chile y Argentina mi relación es literaria, fíjate, son tierras que me pertenecen porque he vivido en ellas mentalmente, a través de los libros, a través de la poesía, o sea, han sido parte de mí. Entonces me identifico con los países, me identifico con las luchas, con lo que pasó en Argentina, lo que pasó en la dictadura de Pinochet en Chile. Ponéte a pensar que Rubén Darío, que es nuestro héroe, aquí escribió Azul. Pienso en Gonzalo Rojas, Pablo Neruda, que era importantísimo, José Donoso, Ariel Dorfman, Carla Guelfenbein, Marcela Serrano, que las quiero mucho. Mi gran poeta, Raúl Zurita, a él lo veo bastante.

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