La clásica banda de rock que a Roger Waters no le parecía interesante: “Sus conciertos son una broma”
Siempre rotundo en sus opiniones, el músico inglés fue lapidario en su juventud para referirse a otro grupo que no le provocaba seriedad. Esta es la historia.
Fue en los días de The Wall (1979), cuando Pink Floyd llevaba al máximo su credo en los espectáculos en directo levantando un muro real en el escenario. Por entonces, Roger Waters concedió una entrevista al Melody Maker, donde se explayó sobre las claves del disco.
Ahí detalló cómo en la gira del título previo, Animals (1977), comenzó a ver el problema de la alienación en un espectáculo de rock como algo preocupante. “Es algo que encontré deprimente en el rock ‘n’ roll y eso es lo que vi como deprimente en la gira que hicimos en el 77, solo que me pareció que no se trataba de músicos y público disfrutando de estar en compañía de los demás; solo un grupo de personas tocando y los demás escuchando o mirando o lo que sea. Una serie de situaciones donde la respuesta estaba condicionada y era automática y donde todo lo que se trataba era dinero, o muy, muy poco más".
Y en su estilo, Waters, apuntó a la gira mundial de The Rolling Stones que finalizó en 1981. “En una gira como la última de los Stones, esta gira mundial que han hecho, el dinero es mucho más importante que cualquier otra cosa, eclipsando por completo, al menos por lo que veo, cualquier otra cosa que esté sucediendo. Se ha convertido en el tema central de esta situación”.
Fue entonces que agregó: “Pero sabes, la música de los Stones nunca ha sido muy interesante, con I mayúscula. Ya sabes. Ha sido buenísima, ha sido genial (...) de niño, ¡eran geniales! Era un fanático increíble de los Stones. De hecho, todavía lo soy. Sigo pensando que algunas de sus cosas son buenísimas. Simplemente creo que sus conciertos son una broma, toda esa gente apiñada en esos estadios enormes. Creo que son una broma tan grande para ellos como lo fueron para nosotros".
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