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Una novela de terror contra la misoginia y un diálogo con Thomas Mann: así es lo nuevo de Olga Tokarczuk tras el Nobel

La destacada escritora polaca publica Tierra de empusas (Anagrama), una novela en que dialoga con La Montaña Mágica, el clásico de Thomas Mann, pero le da vida a algo completamente nuevo y anclado en el terror. Acá revisamos las claves de un título esperado, el primero tras ganar el Nobel en 2018 y ser reconocida a nivel mundial.

Una novela de terror contra la misoginia y un diálogo con Thomas Mann: así es lo nuevo de Olga Tokarczuk tras el Nobel

Ganar el Premio Nobel de Literatura puede revitalizar, o no, la carrera literaria de un escritor. Tras conseguirlo en 1968, el japonés Yasunari Kawabata no soportó la presión que significó el galardón, y solo publicó el volumen de cuentos Historias de la palma de la mano (1972). Otros, generan poco entusiasmo, como Louise Glück o Abdulrazak Gurnah, pero sin duda que uno de los grandes aciertos de la Academia Sueca en los últimos años es la polaca Olga Tokarczuk (63). La mayoría de su obra traducida al castellano es su producción previa al premio, por lo que un nuevo libro era muy esperado por los lectores.

Y ese volumen ha llegado. En las librerías nacionales encontramos Tierra de empusas (Anagrama), la última novela de Tokarczuk y la primera tras ganar el Nobel. En sus páginas nos encontramos con un interesante ejercicio literario: se trata de una reescritura de La montaña mágica (1924), la esencial novela del alemán Thomas Mann. En concreto: a partir de la premisa inicial de la novela del germano, Tokarczuk armó una novela nueva.

Si en el texto de Mann leímos cómo el joven alemán Hans Castorp llegaba de visita al sanatorio de Davos, en los Alpes Suizos, para visitar a su primo Joachim, quien está recuperándose de tuberculosis (y termina quedándose siete años), acá nos encontramos al joven polaco Miecyslaw Wojnicz, quien llega al sanatorio de Görbensdorf, en la Baja Silesia, en la Alemania imperial. La primera novela comienza en 1907 y termina justo con el estallido de la Primera Guerra Mundial, en 1914; la segunda, está ambientada en 1913, justo antes del inicio de la Gran Guerra.

Pero lejos de ser un calco, es más bien un homenaje. Y a partir de esa referencia Tokarczuk escribió su propia narrativa, y su foco está puesta en cómo los residentes del sanatorio -en su gran medida hombres- opinan de las mujeres, de manera bastante desfavorable mostrando una abierta misoginia. Más aún, al poco tiempo de su llegada Wojnicz se entera que hubo un asesinato en la pensión regentada por Wilhem Opitz, donde se hospedan los pacientes. La víctima resulta ser la esposa de Opitz y el hombre no parece tan conmovido como debiera.

Así, en la pensión comienzan los rumores de que en ese idílico paisaje de montañas se producen muertes y hay un alguien sobre las personas. Un ente desconocido que estaría detrás del terror que comienzan a sentir en el sanatorio.

Tokarczuk comentó la novela en charla con The Guardian. “Tengo una relación de amor-odio con ese libro. Lo he leído cinco o seis veces desde que era adolescente y cada vez lo leo de manera diferente: crece con el lector. Lo que me impactó fue mi exclusión de la novela como lectora y como persona, de las preguntas que planteaba y las respuestas que daba. Me hizo darme cuenta de que cuando me paraba frente a las estanterías de mi padre siendo niña (en casa era mi padre quien se ocupaba de los libros), una gran mayoría de las novelas clásicas que podía ver trataban solo de problemas entre hombres. Creo que esta experiencia es bastante generalizada: las chicas tienen que afrontar su propia ausencia en la literatura. Escribí Tierra de empusas un poco por ira y despecho, supongo".

La reflexión de Tokarczuk es bastante cierta por lo demás. Si se revisa La montaña mágica, los personajes principales, los que interactúan en gran medida con Hans Castorp son hombres: Joachim Ziemssen, el italiano Settembrini, los médicos, Leo Naphta. Todos, como apunta Tokarzcuk hablan de problemas de hombres. Quizás el único personaje femenino relevante es Clawdia Chauchat, rusa de rasgos asiáticos de quien Castorp se enamora y tienen un breve escarceo.

En cambio, en esta novela, Tokarzcuk usa el terror como un impulso para poner ciertos temas en la mesa. “Me encanta el terror. Pero también me di cuenta de que solo las herramientas de ese género podían retratar el tema que quería retratar: la violencia oculta, la misoginia que abunda en nuestra cultura, con la que vivimos como una enfermedad constante, como un depredador siempre presente que emerge de vez en cuando para atacarnos”.

¿Cómo surgió esta novela? Tokarczuk comentó en la citada entrevista: “La idea se me ocurrió hace muchos años, pero estaba muy inmerso en Los libros de Jacob y esta divertida novela, una especie de pastiche, tuvo que esperar, aunque suelo trabajar en varios libros a la vez y, además, estaba escribiendo Sobre los huesos de los muertos (2009). Lo que realmente ayudó a Tierra de empusas fue la pandemia: después de todos mis viajes por el Nobel, tuve la oportunidad de volver a mi hogar en los bosques de la Baja Silesia".

Además, Tokarczuk reconoció que escribir esta novela fue una especie de sacudida tras ganar el Nobel, y no dejar que el galardón la detuviera. “Mi primera reacción [al ganar] fue cierta rigidez. Tierra de empusas fue una terapia: escribir es importante, pero también es divertido y puede ser divertido, ser alocado. Intento mantener esta actitud; no quiero dejarme arrastrar por las ceremonias de entrega de premios y las celebraciones“.

Por supuesto, Tokarczuk no arrancó de cero y en la misma charla comentó sus lecturas en el género del terror. “El terror moderno me parece bastante cliché. Me gusta el terror de finales del siglo XIX y principios del XX: Edgar Allan Poe, las historias del poeta Gérard de Nerval, Dostoievski, quien escribió maravillosas obras cortas de terror. En Polonia, tuvimos a Stefan Grabiński, un magnífico escritor del periodo de entreguerras que combina el terror clásico con la maquinaria de la sociedad industrial. Si te gusta el terror, te recomiendo un relato de Dino Buzzati, Siete Pisos [1954], que es absolutamente aterrador".

La parte de los críticos

En los medios internacionales, Tierra de empusas ha recibido opiniones mixtas. The Guardian señaló: “A medida que avanza la historia, sin embargo, se siente menos como un recuento de La montaña mágica y más como un animal peculiar en sí mismo. Como corresponde a un libro en el que las setas psicodélicas pueblan el suelo del bosque, esperando convertirse en el ingrediente principal del licor local que se sirve en cada mesa, Tierra de empusas es, en gran medida, un viaje propio".

Aunque el medio británico sí indicó que el bagaje de Tokarczuk como novelista de terror quedó algo al debe: “Si Tierra de empusas se vale de tropos de terror, el libro no consigue ofrecer las satisfacciones típicas del género, ni siquiera las de una novela bien hecha. El comienzo y el final de las escenas resultan superficiales, y los detalles se presentan al lector de forma extraña y desordenada".

El señero New York Times indicó: “Wojnicz es una sombra o un doble de Castorp, pero en la elegante y genuinamente inquietante novela de Tokarczuk, las líneas de batalla son diferentes. Las diversas posturas políticas de los hombres de la casa de huéspedes carecen de importancia. Al final, lo único que cuenta es el conflicto entre la brutal supremacía masculina y una indomable energía femenina, múltiple, caótica y, si quiere serlo, igualmente violenta”.

“Tokarczuk conoce su entorno a la perfección. Creció en la región y vive en un valle no lejos de Sokolowsko, antiguamente Görbersdorf. En internet, se pueden ver fotos del antiguo sanatorio, en ruinas. Frente al mundo clínico del sanatorio, lleva a Wojnicz en viajes, impulsados por la Schwärmerei, a través de los bosques donde el mundo natural se presenta de una belleza trascendental, ‘una iglesia llena de laberintos… un lugar de cambio constante: del agua a la vida y de la luz a la materia’. Antaño parte del Imperio de los Habsburgo, luego de Prusia, estas tierras fronterizas también sirvieron de escenario para Sobre los huesos de los muertos, de Tokarczuk, otra novela en la que la naturaleza se enfrenta al Estado y al mundo social, con una frágil forastera en el centro".

El sitio Vulture también comentó la novela aunque en términos menos favorables: “Muchos personajes, incluyendo a Lukas y August, tienen mucho que decir sobre las mujeres. Son débiles; demasiado cercanas a la naturaleza; se encuentran en una etapa temprana de su evolución; están dominadas por sus emociones; tienen una moral baja. No pueden criar hijos, comprender el arte verdadero ni reflexionar profundamente sobre nada. Más que la raza, la nación, la cultura o la política, la misoginia está en el centro de todas sus creencias. Esto le da a las interminables conversaciones de la novela una cualidad mortalmente plana porque las ideas en cuestión no pretenden ser sustanciales. Son fintas, que nos llevan de vuelta a una misoginia fundamental”.

“En sus mejores obras, Tokarczuk ha creado esa brecha a través de la voz y la forma. Jacob resucita convincentemente un mundo muerto de magia y superstición mediante la confianza y el humor; la estructura fragmentada de Flights involucra al lector en su reconstrucción. Al atender la llamada de los Tüntschi, El Empusium se acerca a esas alturas anteriores. Pero en general, se ha decantado por algo mucho más cercano a la “historia con intenciones pedagógicas y políticas básicas” original de Mann que a la gran novela que este terminó escribiendo. La novela podría concluir con un momento de posibilidad, con Wojnicz abrazando la posibilidad de su propia multiplicidad, de desplegar apariencias para trascenderlas. Pero El Empusium rara vez es más de lo que parece y, con frecuencia, mucho menos".

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