Desplazados en el mundo alcanzan cifra récord de 82,4 millones en medio de la pandemia

Refugiados sudaneses, que huyeron de la reciente ola de violencia en Darfur Occidental, se cobijan bajo árboles en el pueblo de Adré, en Chad. Foto: Acnur

Así lo da a conocer el informe Tendencias Globales dado a conocer hoy por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). El número de refugiados y venezolanos desplazados en el extranjero en las Américas creció un 8% durante 2020.


El número de personas desplazadas por la fuerza debido a persecuciones, conflictos, violencia, violaciones de derechos humanos y eventos que perturban gravemente el orden público aumentó a 82,4 millones en el mundo en 2020. Se trata de la cifra más alta registrada según los datos disponibles recopilados en el reporte Tendencias Globales dado a conocer hoy por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y que señala que tal cantidad fue más del doble del nivel de hace una década (41 millones en 2010). Además, representa un aumento del 4% con respecto al total de 2019, de 79,5 millones. Como resultado, más del 1% de la población mundial se encuentra ahora desplazada por la fuerza.

El informe señala que el impacto de la pandemia por el Covid-19 en la migración transfronteriza y el desplazamiento más amplio a nivel mundial en 2020 aún no está claro. Sin embargo, los datos de la Acnur muestran que las llegadas de nuevos refugiados y solicitantes de asilo se redujeron drásticamente en la mayoría de las regiones: Se estima que 1,5 millones de personas menos de las que se esperaban en circunstancias no relacionadas con el Covid-19.

“La pandemia también ha afectado directamente la acogida de las personas refugiadas. Sin embargo, con la introducción de mejores medidas, como los reconocimientos médicos en las fronteras, certificados médicos o cuarentenas tras la llegada, procedimientos simplificados de registro o entrevistas a distancia, se fue incrementando el número de países que encontraron la forma de garantizar el acceso al asilo al tiempo que intentaban contener la propagación de la pandemia”, dijo a La Tercera, Rebeca Cenalmor-Rejas, jefa de la oficina nacional de ACNUR en Chile.

A juicio del organismo, esto refleja que muchos de los que buscaron protección internacional en 2020 quedaron varados. Asimismo, Naciones Unidas estima que la pandemia puede haber reducido el número de migrantes internacionales en alrededor de dos millones a nivel mundial durante los primeros seis meses del año. Esto corresponde a una disminución de alrededor del 27% en el número esperado de migrantes internacionales desde julio de 2019 hasta junio de 2020.

Refugiados y migrantes que viven en barrios marginales de Santiago de Chile. Foto: Acnur

Al igual que en años anteriores, países como Afganistán, Somalia y Yemen -donde se viven conflictos internos- siguieron siendo puntos críticos, que han forzado a sus habitantes a migrar hacia otros lugares. Mientras que el conflicto en Siria ya se extiende a su décimo año. En la región africana del Sahel, casi tres cuartos de millón de personas fueron desplazadas recientemente en lo que quizás sea la crisis regional más compleja del mundo. En la República Democrática del Congo (RDC), las atrocidades llevadas a cabo por grupos armados llevaron a los socios de la Acnur a documentar la matanza de más de 2.000 civiles en sus tres provincias orientales.

“Las medidas implementadas por los gobiernos para limitar la propagación del Covid-19, incluida la restricción de la libertad de movimiento y el cierre de fronteras, dificultaron considerablemente la seguridad de las personas que huían de la guerra y la persecución”, indicó el informe. Sin embargo, destaca que varios Estados han encontrado formas de preservar alguna forma de acceso al territorio para las personas que buscan protección internacional a pesar de la pandemia. Uganda, por ejemplo, ha aceptado a miles de refugiados de la República Democrática del Congo al tiempo que se asegura de que también se tomen las medidas de salud necesarias, incluida la cuarentena.

Durante 2020, se estima que 11,2 millones de personas se convirtieron en nuevos desplazados, un total que incluye a las personas desplazadas por primera vez, así como a las personas desplazadas repetidamente. Esto incluye 1,4 millones que buscaron protección fuera de su país, más 9,8 millones que fueron recientemente desplazados dentro de las fronteras de su país. Esta cifra supera el total de 2019 de 11,0 millones.

No hubo cambios desde 2019 en los cinco principales países que albergan el mayor número de personas desplazadas a través de las fronteras. Turquía informó el número más alto con poco menos de 4 millones, la mayoría de los cuales eran refugiados sirios (92%). Le siguió Colombia, que alberga a más de 1,7 millones de venezolanos desplazados. Alemania ocupa el tercer lugar, casi 1,5 millones, donde los refugiados sirios y los solicitantes de asilo constituían los grupos más numerosos (44%). Pakistán y Uganda cobijan la cuarta y quinta cifra más grande de desplazados, respectivamente, con aproximadamente 1,4 millones cada uno.

El reporte señaló que el cambio climático está impulsando el desplazamiento y aumentando la vulnerabilidad de quienes ya se vieron obligados a huir. Los desplazados forzosos y los apátridas están en la primera línea de la emergencia climática. “Muchos viven en ‘puntos críticos’ climáticos donde normalmente carecen de los recursos para adaptarse a un entorno cada vez más inhóspito. La dinámica de la pobreza, la inseguridad alimentaria, el cambio climático, los conflictos y el desplazamiento están cada vez más interconectados y se refuerzan mutuamente, lo que lleva a más y más personas a buscar seguridad y protección”, indicó el documento.

“Creemos que el cambio climático es la crisis más determinante de nuestro tiempo a nivel mundial y afecta de manera desproporcionada a las personas más vulnerables del mundo, entre ellas las personas refugiadas y migrantes. Si bien establecer un vínculo directo entre cambio climático y desplazamiento de personas no es algo claro, sí es evidente que el cambio climático multiplica los riesgos y amenazas que llevan a las personas a salir de sus hogares. En concreto, cuando los efectos de los desastres y el cambio climático interactúan con la violencia, conflicto o persecución los cuales provocan desplazamientos, esas personas pueden agravar muchísimo su situación y ser consideradas refugiadas. Sin embargo, es necesario aclarar que, por el momento, la inmensa mayoría de las personas desplazadas por amenazas climatológicas permanece dentro de las fronteras de sus propios países.  Creemos que es necesario desarrollar la resiliencia y la capacidad nacionales para brindar apoyo a la población, de modo que no se vea forzada a desplazarse más allá de dichas fronteras”, explicó Cenalmor-Rejas.

Un niño retornado camina entre las camas del gimnasio Kiki Romero en Ciudad Juárez, México. Foto: Acnur

La situación de Venezuela y América Central

“Si yo salí de Venezuela fue porque me motivó mi hija, porque yo no tenía la capacidad de que me operaran a mi hija. Ella necesita de una kine y de alargamiento de huesos. Aquí nos abrieron la oportunidad de que mis hijos estudien, porque ellos nunca han estudiado. Ellos no saben leer, no saben escribir su nombre. Lo que yo no tuve yo quiero que mis hijos lo tengan”, cuenta una madre venezolana de dos hijos que actualmente se encuentra en Colombia.

El número de refugiados y venezolanos desplazados en el extranjero, específicamente en las Américas, creció un 8%. El continuo desplazamiento de venezolanos, en particular a Brasil, México y Perú, así como las estimaciones revisadas de venezolanos desplazados en Perú fueron las principales razones de este aumento. Colombia ha acogido al 7% del total mundial, en su gran mayoría de Venezuela. Por primera vez en cinco años, el número de venezolanos en Colombia disminuyó, ya que unos 124.600 venezolanos regresaron a su país debido a las dificultades que planteó la pandemia y su impacto económico.

“Es el éxodo más grande en la historia reciente de América Latina y el Caribe, y la segunda mayor crisis de desplazamiento internacional en el mundo, después de Siria. ACNUR considera que la mayoría de las personas venezolanas están en necesidades de protección internacional bajo el criterio contenido en la definición de refugiado de Declaración de Cartagena, incluida en la legislación sobre refugiados de 15 países latinoamericanos, -en la base de riesgos o amenazas para su vida, seguridad y libertad a causa de situaciones que afecten gravemente el orden público. Debido al deterioro de la situación humanitaria y de seguridad, ACNUR considera que esta definición regional puede aplicar para la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas venezolanos en el exterior. Sabemos que los países de la región han puesto todo de su parte, haciendo frente a grandes desafíos, especialmente en pandemia, para acoger a esta población. Por lo mismo, es que recalcamos que la respuesta a la situación de las personas refugiadas y migrantes venezolanas debe ser coordinada con cada uno de los miembros de la comunidad internacional, sobre la base de la cooperación internacional, la solidaridad y la responsabilidad compartida”, indicó Cenalmor-Rejas.

A fines de 2020, unas 867.800 personas originarias de El Salvador, Guatemala y Honduras seguían desplazadas por la fuerza, casi 80.000 más que a fines de 2019. Aquellos que buscaron refugio dentro de sus países o cruzando fronteras internacionales escaparon de la violencia persistente de las pandillas, la extorsión y la persecución, entre otros factores.

La refugiada venezolana Jeniré Sánchez Orellana, de 31 años, llega al Centro de Asistencia Integral en Maicao, norte de Colombia, con sus hijos. Foto: Acnur

Las estrictas limitaciones al movimiento y los cierres de fronteras destinados a frenar la propagación del Covid-19 durante 2020 dejaron pocas opciones para las personas en riesgo en El Salvador, Guatemala y Honduras que buscaban protección. Las medidas de contención limitaron la capacidad de las personas para huir, agravando su exposición a situaciones de violencia y persecución que han provocado el desplazamiento en estos países.

En los últimos 10 años, el desplazamiento desde El Salvador, Guatemala y Honduras se ha multiplicado casi por 50, pasando de 18.400 personas a fines de 2011 a unas 867.800 a fines de 2020. A nivel mundial, el 12% de todas las nuevas solicitudes de asilo presentadas en 2020 fueron por nacionales de estos tres países.

De los 549.200 salvadoreños, guatemaltecos y hondureños desplazados internacionalmente, el 79% se encontraba en Estados Unidos (432.700 personas). Otros buscaron asilo en México (78.600 o el 14%), Canadá (4.100) y Costa Rica (2.500). Otras 25.900 personas (5%) de El Salvador, Guatemala y Honduras buscaron asilo fuera de las Américas, especialmente en Europa, incluyendo España (15.400) e Italia (4.600). Además, 318.600 personas fueron desplazadas internamente en Honduras (247.100) y El Salvador (71.500).

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