El desafío de recuperar un mayor crecimiento
Pese a que las distintas candidaturas coinciden en ello, las fórmulas planteadas a veces son muy disímiles. Las recomendaciones que hace el FMI al respecto podrían servir como un punto de partida.

Uno de los temas centrales en la campaña presidencial que se avecina será cómo recuperar tasas de crecimiento más vigorosas, algo en lo que todas las candidaturas han estado de acuerdo. La enorme cantidad de compromisos que ha asumido el Estado -en materia de pensiones, educación, salud y otros ámbitos sociales- hace imperioso contar con mayores ingresos fiscales, donde el crecimiento juega un rol preponderante. Se estima que cada punto de crecimiento adicional implica del orden de US$ 570 millones en ingresos tributarios netos al Fisco. Pese a sus efectos virtuosos, es un hecho que nuestra capacidad de crecimiento se ha estancado en la última década, y para los años venideros las perspectivas siguen siendo muy escuálidas. El Banco Central proyecta que el PIB de Chile crecerá apenas entre 1,5 y 2,5% en 2026 y 2027, lo que resulta del todo insatisfactorio.
Pese a la coincidencia programática de reactivar el crecimiento, está claro que las fórmulas que han propuesto las distintas candidaturas pueden resultar muy variadas, algunas de las cuales dudosamente podrían activar la expansión de la economía. Para efectos de buscar puntos comunes convendría prestar atención a un reciente reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el cual precisamente aborda el bajo crecimiento de la economía y propone algunos caminos de acción.
El FMI recuerda que en la década de los 90 nuestro país creció en promedio 6,2% anual, convirtiéndose en una historia de éxito dentro de América Latina. Sin embargo, esta tendencia fue decreciendo y en la década de 2020 la expansión apenas ha superado el 2%. El organismo plantea que hay margen para aumentar el crecimiento; al comparar a Chile con países de altos ingresos per cápita cuando estos tenían niveles de ingresos similares a los que hoy tiene la economía chilena se observa que en promedio crecieron 2,9%, encontrando ejemplos que incluso lo hicieron a tasas muy superiores, como Irlanda y Singapur.
El FMI reconoce que el país hoy enfrenta barreras que en su momento no tuvieron otros países, como el marcado envejecimiento de la población o la desaceleración de la economía estadounidense. Antes que una batería de estímulos macroeconómicos de corto plazo, el FMI estima que Chile debe abocarse a medidas estructurales. En particular, apunta al excesivo tiempo que puede demorar la tramitación de los permisos ambientales, retrasando con ello las inversiones. Estima fundamental agilizar estos procesos, como también modernizar las regulaciones relacionadas con el transporte marítimo.
En materia de desafíos demográficos, recomienda estimular la participación laboral, donde una de las medidas que aconseja es mejorar el acceso al cuidado infantil de calidad, lo que favorece el mayor acceso de la mujer al mercado laboral. Al observar nuestro debate interno, se advierte que el proyecto de sala cuna universal, que se tramita desde 2022, sigue entrampado en el Congreso. El FMI también hace ver que el hecho de que nuestro país sea una potencia en minerales como el cobre y el litio, disponiendo además de energías renovables, se podría beneficiar de la mayor demanda mundial por estas riquezas, pero nuevamente es fácil comprobar cómo muchas veces las trabas ideológicas impiden un desarrollo mucho más activo de dicho potencial.
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