
Formar técnicos y profesionales con conciencia ESG: una apuesta por el presente y el futuro

Vivimos una era de profundas transformaciones. El cambio climático, la desigualdad social y los desafíos económicos globales nos obligan a repensar el rol de la educación. En este contexto, formar técnicos y profesionales con conciencia ESG (criterios ambientales, sociales y de gobernanza) ya no es una aspiración idealista, sino una necesidad impostergable. Esta formación prepara a los estudiantes para desempeñarse en un mundo laboral cada vez más exigente, y les entrega herramientas para liderar los cambios que nuestra sociedad y planeta requieren.
Las nuevas generaciones no solo entienden este desafío, sino que también lo están liderando. Con compromiso, creatividad y propósito, demandan una educación que incorpore la sostenibilidad como valor esencial. Esta es una oportunidad única para consolidar una transformación profunda: desde las aulas hacia la sociedad, desde el presente hacia un futuro más justo y resiliente.
Según estimaciones globales, para 2030 el déficit de trabajadores especializados en sostenibilidad superará los siete millones. En Chile, el 23,4% de los ocupados ya desempeña funciones en empleos con potencial verde, con regiones como Antofagasta y Atacama a la vanguardia. Además, la demanda de profesionales con competencias ESG ha crecido entre un 20% y 30% en los últimos años, revelando una urgencia clara: la educación debe ser motor de adaptación y anticipación frente a las transformaciones que vivimos.
En INACAP hemos asumido este reto con convicción. Nuestra Política Institucional de Sostenibilidad guía un camino estructurado que articula cuatro ejes, incluyendo el Modelo Educativo, clave para integrar criterios ESG en nuestras mallas curriculares. Asignaturas transversales, electivas y de especialidad, sumadas a actividades co-curriculares, permiten que los estudiantes desarrollen competencias sostenibles en contextos reales. A ello se suma una robusta formación docente, que incluye cursos sobre electromovilidad, energías renovables, eficiencia energética, economía circular y más, consolidando un ecosistema educativo alineado con las necesidades del futuro.
Pero este compromiso no se construye en solitario. La vinculación con empresas, comunidades y gobiernos locales es esencial para impulsar proyectos con impacto real, fortalecer el aprendizaje significativo y resolver problemáticas territoriales desde una perspectiva sostenible. Así, se genera un círculo virtuoso donde la formación académica se convierte en motor de desarrollo social, ambiental y económico.
Formar con conciencia ESG es sentar hoy las bases de un país más justo, resiliente y preparado. Es forjar líderes que asuman que cada decisión técnica y profesional transforma el mundo que habitamos. Es educar con propósito, para que la ética, la sostenibilidad y el compromiso social sean la norma que guía nuestro desarrollo.
El futuro no se espera, se conquista. Y será conquistado por quienes lideren con visión y empatía. Las nuevas generaciones deben protagonizar un nuevo modelo de progreso, donde la prosperidad se mida también por el impacto positivo en las personas, las comunidades y el planeta.
Desde las aulas, desde hoy, impulsemos esa transformación. Porque el futuro sostenible comienza con la formación que entregamos hoy. Y el momento es ahora.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
3.
¿Vas a seguir leyendo a medias?
NUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mesTodo el contenido, sin restricciones SUSCRÍBETE