La Copa Libertadores tiene cosas particulares. Por eso, extrañó poco que el uruguayo Jorge Fucile reconociera abiertamente que debió aplicar todas sus artimañas para frenar a Rodrygo, la nueva joya del fútbol brasileño. La noche del martes se enfrentaban Nacional y Santos por la quinta fecha del grupo F, en un partido que fue a muerte, toda vez que los uruguayos necesitaban un triunfo para mantenerse en zona de clasificación a la siguiente fase del torneo.

Al frente, un equipo brasileño fresco y joven, comandado por el delantero de 17 años, figura del torneo de su país y pretendido ya por los equipos más importantes del mundo. Por eso, los uruguayos debieron esforzarse para conseguir un vital triunfo por la cuenta mínima, en especial Fucile, que enfrentó mano a mano al incipiente crack.

"Teníamos que poner mucha intensidad en el juego porque ellos se replegaron bien y nos costó entrarles. Y había que cuidarse para que no nos pillaran mal parados. Pasó un par de veces, pero lo resolvimos bien", dijo el lateral. "Me comí tres caños por primera vez en la historia. Es que Rodrygo es para aplaudir. Tiene mucha personalidad y un talento innato enorme. No tuve más remedio que sacarlo un poco de la cancha. Ahí se acabó el partido", añadió, en diálogo con la radio uruguaya Sport890.

"Al final del partido nos saludamos y le toqué la cabeza", agregó el defensor de 33 años. "Hay muy pocos jugadores con sus capacidades. Lo mantuve desconcentrado y lejos del arco, que era lo que quería, más allá de la magia que tiene", cerró.

Aquella característica, sin embargo, no es nueva en el juego del zaguero. En los cuartos de final de la Copa América 2015, se enfrascó en la misma dinámica con Alexis, quien luego lo criticó públicamente por su actitud durante el juego. "Tiene un problema mental y una falta de códigos... Me sorprendió totalmente. No sé cómo llamar a esa clase de persona", dijo el charrúa esa vez sobre el delantero chileno.