
Reforma a la ley de sociedades anónimas: el impacto del proyecto en federaciones deportivas fuera del fútbol
La reforma a la Ley N° 20.019, además de reorganizar el fútbol, genera preocupación en otras federaciones chilenas. Cambios en la estructura y fiscalización son algunos de los temas que aparecen.

El Senado avanza en una reforma que promete reordenar la estructura del fútbol chileno y del deporte nacional. El proyecto que modifica la Ley N° 20.019, actualmente en discusión segundo trámite constitucional, propone cambios sustanciales: desde la separación obligatoria entre la ANFP y la Federación de Fútbol de Chile, hasta un control más estricto sobre la multipropiedad, el rol de los agentes, la transparencia societaria y la participación de los hinchas.
La iniciativa, impulsada por el senador Matías Walker, plantea una reestructuración profunda que ya encuentra resistencias. Además, enfrenta un obstáculo mayor: una carta enviada por la FIFA y la Conmebol que advierte el riesgo de sanciones si se percibe injerencia estatal en la autonomía federativa.
La reforma busca dotar de mayor transparencia al deporte profesional chileno. Uno de los ejes centrales es la obligación de que los clubes presenten al IND una declaración jurada con su estructura de propiedad, incluyendo a sus beneficiarios finales. El proyecto impone una separación estructural entre las federaciones y las ligas profesionales.
En el caso del fútbol, esto implica que la ANFP —que actualmente funciona unida a la Federación de Fútbol de Chile— deberá escindirse. La FFCh, a su vez, deberá constituirse como una Federación Deportiva Nacional (FDN) y someterse a la fiscalización del Ministerio del Deporte.
Impacto fuera del fútbol
Ahora, las federaciones de deportes como el rugby, el vóleibol o el básquetbol entran en alerta por los efectos colaterales del proyecto. Una de las principales preocupaciones es la reestructuración jurídica forzosa. El proyecto apunta a que todas deben convertirse en FDN.
También advierten una limitación al objeto social de sus organismos, que quedarían reducidas a gestionar solo las selecciones nacionales, sin competencias sobre torneos locales, formación o arbitraje. En la práctica, esto implicaría que algunas disciplinas pierdan su capacidad de organización autónoma.
Otro punto en disputa es la prohibición de que una persona ejerza simultáneamente cargos en una liga y en una federación, algo que podría afectar a deportes con una base dirigencial limitada de personal humano. Finalmente, les preocupa la obligación de incluir a representantes de hinchas en los directorios, lo que para algunas disciplinas representa una carga poco viable.
La advertencia de FIFA y Conmebol
Hace algunas semanas, la FIFA y la Conmebol enviaron una carta conjunta a la Federación de Fútbol de Chile, expresando su preocupación por la reforma. “La FFCH, como federación miembro, tiene obligación de conducir sus asuntos sin injerencia indebida”, señala el documento, citando los estatutos de ambas organizaciones.
La misiva es explícita: si se constata que las reformas implican una intromisión estatal en la estructura y gobernanza del fútbol, Chile se expone a sanciones que podrían incluir la suspensión de su participación en competencias oficiales. “La suspensión resultaría en la pérdida de todos los derechos como miembros de FIFA y CONMEBOL”, advierte el texto.
El mensaje encendió las alarmas. “Si me llega una carta de la FIFA y Conmebol, yo tiemblo”, reconoció Hernán Rosemblun, presidente de Huachipato. Otros dirigentes, como Pablo Hoffmann (O’Higgins) y Raúl Delgado (San Felipe), coincidieron en que se debe compatibilizar la legislación nacional con los estándares internacionales para evitar consecuencias.
Respaldo legislativo
Desde el Congreso, Walker defiende la legalidad y pertinencia de la reforma. “El Congreso tiene la facultad para dictar leyes en Chile. Esta reforma busca evitar conflictos de interés y garantizar transparencia”, afirmó. Añade que “la separación entre la federación y la liga es una exigencia de la propia FIFA, que ya se cumple en el 70% de sus federaciones”.
En ese sentido, el senador apunta a que no se trata de una intromisión, sino de establecer reglas para evitar que dueños o representantes tengan influencia en más de un club. También destacó la obligación de que las ligas sean sociedades anónimas cerradas con capital mínimo, fiscalización de la CMF y transparencia en sus estados financieros.
El Sifup ha sido una de las voces más activas en defensa de la separación ANFP–Federación. A raíz de la carta de la FIFA, el gremio de futbolistas criticó la postura del directorio de la ANFP. “Es el uso dogmático de la política del terror por parte de dirigentes que no quieren la separación”, declaró el sindicato, liderado por Gamadiel García.
“Hay que ser cuidadosos”, lanzó Felipe Muñoz, presidente de Rangers. “Una buena iniciativa puede terminar generando más problemas que beneficios si no se ajusta a los estándares de la FIFA. Ya nos ha pasado con otras leyes bien intencionadas que terminaron afectando al fútbol”, enfatizó.
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