¿Dónde están los rezagados? Santiago, Puente Alto y Maipú concentran el 30% de quienes no se han vacunado en la RM

Según un análisis de La Tercera PM, las tres comunas tienen una mezcla compleja: alta población y bajas tasas de aplicación de la primera dosis. Expertos y autoridades apuntan a este bloque de municipios como uno de los que deben tener prioridad para acelerar el proceso de la vacuna contra el Covid-19.


Son casi tres millones de personas a nivel nacional, y casi la mitad de ellos se concentran en la Región Metropolitana. Esta semana, la prioridad de las autoridades en torno a la vacunación contra el Covid-19 está en el grupo que se ha denominado como “rezagados”: personas que, pese a calificar por la edad, no se han colocado aún ni siquiera la primera dosis de la inoculación, un elemento clave para lograr una mejora del escenario del virus a nivel país.

¿Dónde se ubica este grupo? La Tercera PM hizo un ejercicio: a partir de los datos del DEIS del Ministerio de Salud, analizó las estadísticas hasta este lunes en la tarde para quienes tienen 23 años o más, la edad hasta la que llegó la vacunación la semana pasada. En todo el país, este bloque representa a 2.993.769 personas, el 21,59% de quienes estarían habilitados para haberse inoculado. Y en la RM, hay 1.458.306 personas en esta condición, el 48,71% del total.

Pero al interior de la capital, de ese grupo hay 434.317 personas concentradas en tres comunas: Santiago (159.629), Puente Alto (154.573) y Maipú (120.115). Es decir, entre estos tres municipios concentran el 29,78% de los rezagados de la RM y el 14,50% a nivel nacional.

Es súper preocupante, porque además son las poblaciones en las que estamos viendo más contagios, que van al alza, que tienen más hacinamiento, más población. Son comunas que tienen una población mucho más vulnerable. La gente no se ha vacunado a pesar de que les corresponde, principalmente porque los trabajadores no han tenido la oportunidad por horarios o por dificultades en permisos para hacerlo, o no se atreven a pedirlo dada la precariedad laboral. Y también hay otros que le tienen miedo a la vacuna y no confían por informaciones falsas, es un círculo de no acabar”, dice la doctora Marcela Garrido, directora del Departamento de Epidemiología y Estudios en Salud de la Universidad de los Andes.

Aunque pudiera parecer una tendencia lógica, porque son las tres comunas con más habitantes del país, el problema es que esto va de la mano con tasas de vacunación que van bastante bajo el promedio de la RM, que es de 75,13%. Así, Santiago tiene 61,49%, Puente Alto llega a 65,22% y Maipú a 70,71%. Además, el peso poblacional del grupo es el 21% de todos los habitantes de la capital. Es decir, el rezago es notorio.

Desde Puente Alto, una de las comunas en cuestión, Daniela Torres, directora de la Corporación de Salud, asegura que el análisis interno es resultado de dos temas esenciales: “La baja cantidad de vacunas que nos dieron durante mucho tiempo, como en la época cuando por rango etario teníamos una tremenda población y peleábamos todos los días para que nos dieran más vacunas. Teníamos capacidad de dar 9.000 diarias y nos daban 1.000 a 1.500. Teníamos grandes filas y la gente no alcanzaba el número”. Dice, además, que la segunda razón es que han visto “el creciente mito en torno a algunas vacunas. Hay cierto temor, porque nos dan AztraSeneca y CanSino, y la gente siente más seguridad con Sinovac y Pfizer”.

Tomás Vodanovic, recientemente electo como nuevo edil de otra de las comunas aquejadas, señala que “Maipú tiene un peso poblacional importante a nivel nacional, por lo que un retraso en la vacunación impacta sobremanera los índices y las posibilidades de alcanzar la inmunidad”.

“En el caso de la Región Metropolitana, vemos diferencias significativas en términos territoriales, con comunas con un alto porcentaje de población vacunada, principalmente de mayores ingresos, que dispusieron más lugares de vacunación, en horarios extendidos”, dice Claudio Castillo, académico en Salud Pública de la Usach, quien advierte que hay un dato que no se tiene: el que considera si es que personas que residen en comunas con baja tasa de vacunación se inocularon en la comuna donde trabajan y que sea distinta a la de su hogar. “Además, se debería chequear la disponibilidad de vacunas por comuna o si ha habido quiebre de stock en estas, lo que afecta la disposición a vacunarse”, agrega.

Otra forma de analizar los datos apuntaría a lo siguiente: las 15 comunas con más rezagados de la RM tienen a 1.022.749 personas en esa categoría, es decir, más de un tercio de toda la población en esa calidad a nivel país.

El futuro

Los especialistas e involucrados apuntan a un cambio en la campaña de vacunación y también a un análisis más profundo sobre cómo se está llevando ahora, para así determinar los motivos de los rezagados.

Vodanovic, el nuevo alcalde de Maipú, cree que es “necesario doblegar esfuerzos para coordinarnos con los gremios de la salud y los distintos actores involucrados en el proceso de vacunación para dar respuesta a los rezagados y, de esta forma, evaluar la reapertura de los centros que han sido cerrados estas semanas y poner el foco en una campaña que promueva la vacunación en los grupos más jóvenes de la población, que es donde estamos al debe”.

Desde Puente Alto, la directora de la Corporación de Salud ve dos situaciones. La primera, apunta a la estrategia que les atañe: “Tenemos un operativo bien grande, con una campaña educativa, dando a conocer los beneficios y lo que conlleva no vacunarse. Estamos haciendo operativos in situ, yendo a los territorios donde debería estar esa población que no se ha vacunado, como los feriantes. Y ahora nos vamos a instalar en las mismas ferias, pero para eso necesitamos un operativo gigante en la fiscalización”. Lo segundo, dice, tiene que ver con el Ministerio de Salud: “Tenemos que insistirles para que nos permita adelantar el calendario. Esta semana ha sido muerta, es muy poca la gente que está yendo a vacunarse”, asegura.

En tanto, la doctora Garrido señala que “probablemente deba existir una estrategia más focalizada, vacunar en los mismos barrios donde vive la gente, en horarios inhábiles y mostrar lo segura que es, porque hubo algunos efectos adversos muy puntuales, en algunos tipos de vacunas, que hacen que la gente tenga temor a vacunarse. La idea es mostrar seguridad, ojalá poder entrar a los domicilios y vacunar a todos los de la casa”.

El académico Castillo, en tanto, relata que en estudios previos a la pandemia sobre los factores que inciden en la adherencia a la vacunación se encuentran las percepciones, valores y creencias de las personas, lo que influye en la confianza en las vacunas.

“En términos prácticos, además, influyen los factores asociados a la disponibilidad de vacunas y facilidades para acceder a ellas, horarios, cercanía o permisos laborales, por ejemplo. En otros países cuestiones étnicas también influyen, o el estatus migratorio, por el temor a ser deportado si se le identifica al acercarse a vacunatorios”, dice.

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