Gustavo Petro, líder de la izquierda colombiana: “Hoy el nuevo progresismo tiene que llevar a América Latina hacia una nueva agenda”

El senador y precandidato presidencial de Colombia, Gustavo Petro.

En conversación con La Tercera desde Valparaíso, el candidato favorito para las presidenciales del 29 de mayo en Colombia señaló que "creo que hoy se acabó Pinochet y por eso estoy aquí".


Chile era una “deuda personal” pendiente para Gustavo Petro. El senador y precandidato presidencial colombiano tenía 13 años cuando fue el golpe de Estado chileno y el fin del gobierno de Salvador Allende marcó su existencia política, según él mismo ha dicho. En ese momento, se prometió que no pisaría el país hasta que se cerraran las heridas derivadas del régimen militar. A su juicio, la asunción de Gabriel Boric cerró ese ciclo.

Petro y Boric se conocieron en 2019 a través de las redes sociales, lo que fue la antesala para que el 15 de febrero el dirigente y colombiano recibiera una de las 26 invitaciones de libre disposición enviadas a personeros y figuras de izquierda internacional, tales como Dilma Rousseff, Íñigo Errejón y Álvaro García Linera para la ceremonia de cambio de mando en Valparaíso.

Gustavo Petro, precandidato presidencial de Colombia, junto a diputados chilenos, en Santiago.

Mientras el Presidente colombiano, Iván Duque optó por viajar esta semana a Washington para asistir a una reunión en la Casa Blanca con su homólogo estadounidense, Joe Biden y enviar una delegación a Chile, Petro -el favorito en las encuestas de cara a las elecciones presidenciales del 29 de mayo-, aterrizó en Santiago en la madrugada del jueves con una abultada agenda, que incluyó reuniones con el gabinete de Boric, congresistas chilenos, un conversatorio con ciudadanos colombianos y una cena con los invitados internacionales.

“Me da mucha esperanza y espero tener un trabajo codo a codo con Lucho (Luis) Arce en Bolivia, si Lula gana las elecciones en Brasil con Lula, la experiencia de Gustavo Petro si se consolida en Colombia. Creo que ahí se puede armar un eje tremendamente interesante”, afirmó Boric en una entrevista con la BBC, en enero.

El guiño fue respondido rápidamente porPetro, quien afirmó que “con Chile habría una alianza estratégica para revitalizar y volver muy poderoso lo que fue una idea buena, que es un mercado común en todo el territorio andino”.

El exalcalde de Bogotá volverá el sábado a Colombia, un día antes de los comicios legislativos y de las consultas interpartidistas, como fueron bautizadas las primarias en las que el Pacto Histórico -una alianza de partidos de izquierda- definirá una candidatura única. Los sondeos le dan a Petro más de un 40% de intención de voto, en su tercer intento por llegar al Palacio Nariño (en 2018 cuando disputó la segunda vuelta frente a Duque obtuvo 8 millones de votos, lo que significó un 43% de respaldo), por lo que esta vez tiene opciones de alcanzar la Presidencia.

Desde Valparaíso, Gustavo Petro, líder del Partido Colombia Humana, recibió a La Tercera.

¿Cómo se enmarca su viaje a Chile para asistir a la ceremonia de cambio de mando de Gabriel Boric?

Yo no conocía Chile, era uno de los pocos países de América que no conocía personalmente y era por una decisión propia, porque cuando fue el golpe de Estado contra (Salvador) Allende, yo tenía 13 años y en mi colegio público cerca de Bogotá, que no tenía un mayor nivel de agitación política, más bien ninguno en realidad porque era un colegio manejado por padres lasallistas, salió a las calles reaccionando en una protesta por lo que ocurría en Chile. Yo estaba entre ellos y fue mi primera acción política. Desde ahí la política que intenta cambiar al mundo me acompañó en toda mi existencia hasta el día de hoy. El golpe de Estado contra Allende marcó mi existencia y en aquel entonces Gabriel García Márquez, el escritor más conocido de Colombia, dijo que no volvería a escribir hasta que Pinochet se fuera: él no cumplió su promesa, pero yo me hice una a mi mismo, que era no venir hasta que se acabara Pinochet y creo que hoy se acabó Pinochet y por eso estoy aquí.

¿Cuál ha sido la relación o vínculos que ha mantenido con el mandatario chileno?

Con Gabriel Boric estuvimos en (contacto) en 2019, cuando estalló en Colombia la misma movilización juvenil que apareció en Chile. En ese momento, me expresé y pedí solidaridad a través de redes sociales. La policía había matado a 13 personas en Bogotá, en unas acciones de frente disparando con armas de fuego contra la gente. Cuando pedí solidaridad, Gabriel Boric respondió y ese fue mi primer contacto con él.

Gustavo Petro y Alvaro García Linera

Durante los gobiernos de Iván Duque y Sebastián Piñera, Colombia y Chile han estrechado sus vínculos, potenciando instancias como Prosur y el Grupo de Lima ¿Cómo ha visto la cercanía de Duque-Piñera? ¿Cuál fue la influencia de esta amistad en la región?

Es una oleada muy transitoria al parecer de gobiernos de derecha que se juntan, pero que no pudieron proponerle nada a América Latina y de ahí la transitorialidad que tienen. Realmente lo único que hicieron fue intentar prorrogar lo que llamamos el neoliberalismo, una sociedad donde los derechos se vuelven negocios y donde todos los rincones de la existencia humana se convierten en mercados. Eso está agotado en el mundo. No da lo que dio hace 30 años, cuando aparentemente era una alternativa de prosperidad para los pueblos; hoy la humanidad está al borde de su extinción en virtud precisamente de la libertad irrestricta de mercados a escala mundial que nos ha traído no el bienestar general de la sociedad, sino el cambio y la crisis climáticas, y estas enfermedades que hoy padecemos todos. Eso hace que profundizar en ese mismo mecanismo, en ese mismo sistema de ideas ya no provoca emoción, pasión, no provoca incluso una salida para los problemas de la humanidad y por eso es que surgen nuevos progresismos y ojalá que empiecen a responderle a América Latina ante la necesidad de nuevos caminos, por fuera el extractivismo, de cara a la descarbonización de las economías, con políticas de industralización de nuevo tipo. Entonces Duque y Piñera, y otros como ellos, están pasando.

¿En general la ciudadanía en la región se ha desencantado con los liderazgos conservadores?

América Latina busca. Los pueblos en general no se inscriben como de derecha o izquierda, como es en Europa, son categorías que incluso no utiliza el ciudadano común, percibe, analiza, siente obviamente las realidades de su propia sociedad. En el caso colombiano, hoy después de que durante todo el siglo apoyó regímenes anacrónicos y autoritarios, buscan el cambio y trata de identificar esas ansías de cambio en personas, proyectos políticos, cuando coincidimos con la mayoría de la sociedad se provocan los cambios.

¿Cuáles son los retos para la izquierda latinoamericana?

Salir del modelo extractivista. El gran error del progresismo que acaba de ser derrotado en toda América Latina por las mismas elecciones es haber insistido en un modelo ligado a algo que es insostenible para la humanidad, como el carbón, petróleo, gas. En general, las prácticas extractivistas, que son un retroceso fundamental de la economía. A pesar de los buenos precios internacionales que gozó y su capacidad de distribución social no era sostenible y por eso cayeron uno tras otros gobiernos que se dijeron progresistas. Hoy el nuevo progresismo tiene que reconocer ese fracaso del modelo extractivista y llevar a América Latina hacia una nueva agenda, que tiene que ver con salir de la extracción y pasar a la producción, a la generación sostenible de riqueza, pero en unas condiciones nuevas que son las del siglo XXI y la crisis climática, significa una economía descarbonizada, una industria y una agricultura absolutamente articulada hacia la naturaleza, a la ausencia de petróleo y carbón, al conocimiento como factor fundamental de la productividad y allí tienes toda una agenda. Si no tienes una economía de la producción no tienes una sociedad de derechos.

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