Las contradicciones de Leonardo Gil: comodín de Gustavo Quinteros divide a hinchas de Colo Colo y recibe elogios en Colombia

El desahogo de Leonardo Gil luego de marcarle a Deportivo Pereira
El desahogo de Leonardo Gil luego de marcarle a Deportivo Pereira (Foto: @Libertadores)

La actuación del mediocampista albo en el empate frente a Deportivo Pereira fue alabada por la prensa cafetalera. En Chile, en cambio, los fanáticos albos lo tienen hace rato en la mira. Su rendimiento, afectado por el cambio posicional que le ordenó Gustavo Quinteros, es una permanente materia de discusión en las redes sociales.


Leonardo Gil entra a la cancha con todas las miradas puestas sobre él. El fenómeno es habitual en cualquier jugador de un equipo grande, sobre todo, si se trata de Colo Colo, pero en el caso del mediocampista se nota mucho más.

Los fanáticos albos vienen hace rato evaluando su rendimiento en el campo de juego. En las redes sociales suelen transformarse en implacables jueces de su comportamiento en la cancha. La mayoría, la misma que lo elogió profusamente en su llegada, en marzo de 2021, y en buena parte de su primera campaña, ahora lo pone en entredicho. La otra parte aporta a la discusión y es, al menos, capaz de distinguir el aporte particular del mediocampista nacido en Río Gallegos en la igualdad frente a Deportivo Pereira, en el debut albo en la Copa Libertadores.

En Colombia, el Colo (Gil, se entiende, por su pelo colorín) anotó de penal. Minutos antes, un pase profundo suyo había generado la infracción sobre Marcos Bolados. Gil celebró, pero antes tuvo que sufrir. Su remate inicial fue contenido por el arquero Aldair Pereira. A los detractores del volante, los minutos que transcurrieron entre la contención del guardameta y la invalidación del disparo por una invasión de campo que detectó el VAR les bastaron para criticarlo, otra vez, con dureza.

En las redes sociales volvieron a aparecer las aprensiones que han circulando desde la segunda parte de la temporada anterior. La mayoría dice relación con su eventual displicencia. También ha habido reproches a su falta de efectividad en los balones detenidos, que hace rato son de su propiedad. De ahí surgió, de hecho, una decidora modificación de su apodo: el Colo Gil pasó a ser el Cono Gil. La conclusión más moderada, pero igualmente lapidaria la aporta una usuaria en Twitter. “Hace el gol, pero igual no estamos conformes. Leo Gil no es un jugador para Colo Colo”.

Cifras y elogios colombianos

En Pereira, Gil jugó 84 minutos. Tocó el balón en 40 oportunidades y acertó el 75 por ciento de sus pases. Sumó un disparo al arco y uno desviado. Lo más relevante, por cierto, fue el gol que anotó. En el sector negativo del recuento figuran las 12 pérdidas de balón que acumuló, un dato relevante para quienes le perdieron la paciencia.

La prensa colombiana, que puede ser considerada una garantía de imparcialidad para estos efectos, elogió profusamente al mediocampista. “Para el segundo tiempo, el conjunto Matecaña salió a buscar el empate y se instaló en el terreno de Colo Colo, pero como sucedió en la etapa inicial tuvo muchas dificultades para ser profundo. Eso lo trató de aprovechar al contragolpe el Cacique, que tuvo como principal arma ofensiva a un muy conectado Gil que se convirtió en el socio ideal de sus compañeros”, apuntó, a modo de ejemplo, el diario El Tiempo. El volante compartió honores con el arquero Brayan Cortés, otro que recibió alabanzas.

Leonardo Gil festeja después de anotarle a Deportivo Pereira
Leonardo Gil festeja después de anotarle a Deportivo Pereira (Foto: @Libertadores)

Un cambio clave

Hay una diferencia ostensible entre el juego de Leonardo Gil en su llegada al Cacique y el actual: su posición en el campo de juego. Carente de un volante que le aporte ideas ofensivas, más aún después de la partida de Gabriel Costa, a quien también improvisó en esa función porque no le gustan los 10 clásicos, Gustavo Quinteros optó por cambiar de lugar al Colo, quien inicialmente partió como segundo volante de contención o, más bien, mixto. En el lugar original, relucía su adecuada distribución del balón y contaba con una ventaja clave para su estilo: tenía el campo de juego permanentemente de frente. Otro dato clave: era la función que había desempeñado en toda su carrera, que incluye pasos por Estudiantes de La Plata, Rosario Central y Vasco da Gama, por citar algunos de los clubes que defendió.

Más adelantado en la cancha, en cambio, Gil se ve permanentemente presionado por los volantes defensivos rivales. “Yo creo que llegué jugando en mi posición habitual, de doble cinco. Un día, en una charla con Gustavo, me dijo que me iba a poner de 10, un poco más arriba y le dije que bueno, que si confiaba en mí, que tuviera un poco de paciencia, porque era algo nuevo para mí. Hice menos goles en este torneo, pero soy el máximo asistidor del Campeonato, así que ayudar al equipo desde otra posición para mí es muy satisfactorio, también. Era y es un reto para mí. Hay que seguir mejorando. Ojalá que sigamos de esta manera este tiempo en que estemos juntos”, recordó en una entrevista a El Deportivo, apenas días después de la obtención del título nacional del año pasado.

En esa oportunidad, admitió que la adaptación a la nueva tarea le ha generado complicaciones. “Yo creo que como nunca lo hice y lo hice ahora, hace un año, es un poco más difícil. Uno como jugador pone un poco en riesgo su prestigio, muchas cosas, pero cuando tiene un grupo de trabajo atrás, tiene un técnico que lo respalda, unos compañeros, uno pone todo y trata de seguir mejorando. Todos nos vamos a equivocar. He tenido partidos muy buenos y partidos no tanto, pero ya con esta edad digo que lo más importante es seguir trabajando igual, tener los pies sobre la tierra, tener calma. Todo pasa. Lo bueno y lo malo”, analizaba.

La reflexión abarcaba incluso a los hinchas. “Es parte del fútbol y también porque es una posición distinta. El año pasado he hecho ocho goles y he dado dos asistencias nomás. Este año hice dos goles o tres y he hecho siete u ocho asistencias, sin contar las de Copa Chile. Son dos posiciones distintas. El sistema es el mismo y uno trata de hacerlo de la mejor manera”, puntualizaba.

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