¿Podría la decisión de Biden de que Ucrania utilice sus misiles contra Rusia puede desencadenar una Tercera Guerra Mundial?
Para los expertos, la autorización de Washington escala el conflicto, pero dudan que esto pueda gatillar un conflicto mayor. El Kremlin anunció este martes la reducción del umbral de Rusia para el uso de armas nucleares.
La decisión del Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de autorizar a Ucrania a desplegar misiles norteamericanos de largo alcance, incluidos los Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS), contra objetivos dentro de Rusia, ha despertado temores de que sea el gatillante que desencadene una Tercera Guerra Mundial.
Esta decisión revoca las restricciones anteriores que habían limitado a Ucrania a utilizar armas suministradas por Estados Unidos exclusivamente dentro de su propio territorio, lo que podría marcar un avance significativo en la participación de Washington en la guerra en curso entre Ucrania y Rusia.
La decisión de aprobar el uso por parte de Ucrania de sistemas ATACMS contra objetivos dentro de Rusia se produjo después de que Moscú desplegara cerca de 50.000 soldados en la región meridional de Kursk. Esta zona, escenario de una importante contraofensiva ucraniana desde agosto, es ahora un punto focal de los esfuerzos de Rusia por recuperar el terreno perdido. Para aumentar la tensión, se informó que miles de tropas norcoreanas se han unido a las fuerzas rusas en Kursk, lo que genera preocupación en Washington.
Colby Badhwar, analista de defensa radicado en Canadá que ha escrito extensamente sobre los ATACMS, asegura que Estados Unidos tenía unos 2.400 misiles de largo alcance en stock en diciembre de 2023, de los cuales aproximadamente la mitad estaban vencidos. Dice que se han añadido más de 500 ATACMS a las reservas durante el año pasado. Sin embargo, cree que el Pentágono ha dudado en suministrarlos en grandes cantidades, indicó el portal Radio Free Europe/Radio Liberty.
Así, este martes Ucrania atacó un objetivo militar dentro de Rusia utilizando los misiles ATACMS por primera vez desde el levantamiento de las restricciones, dijeron fuentes familiarizadas con el tema al diario Financial Times. Varias ojivas del Sistema de Misiles Tácticos del Ejército impactaron un gran arsenal de armas cerca de la ciudad de Karachev, en la región rusa de Bryansk, ubicada a más de 115 kilómetros de la frontera con Ucrania.
El depósito está a 190 kilómetros al norte de la línea del frente en la vecina región de Kursk, donde las fuerzas rusas están tratando de expulsar a las tropas ucranianas que ocupan unos 600 kilómetros cuadrados de territorio después de su incursión por sorpresa en agosto, indicó el diario.
En este sentido, la agencia estatal de noticias rusa Tass, citando al Ministerio de Defensa ruso, informó que los escombros cayeron sobre una instalación militar en la región de Bryansk y que se produjo un pequeño incendio.
El Ministerio de Defensa ruso indicó que habían derribado cinco misiles sobre la región de Briansk y que el ataque no causó víctimas ni daños materiales.
Las afirmaciones no han sido verificadas de forma independiente. Ucrania no ha hecho comentarios sobre los informes rusos y no ha habido confirmación por parte de Estados Unidos ni de otras potencias aliadas. En todo caso, el Pentágono afirmó el lunes que Rusia había reubicado sus bases aéreas fuera del alcance de los misiles ATACMS.
El Estado Mayor de Ucrania no confirmó el uso de los ATACMS, indicó el Financial Times, pero asumió la responsabilidad de las operaciones contra el arsenal ruso, que anteriormente había atacado con drones. “La destrucción de depósitos de municiones continuará para el Ejército de los ocupantes rusos con el fin de detener la agresión armada de la Federación Rusa contra Ucrania”, añadió.
Esto ocurre el mismo día en que se conmemoran 1.000 días desde el inicio de la invasión rusa a gran escala. Con motivo de esta fecha el Presidente ucraniano, Volodimyr Zelensky, se dirigió a la Rada Suprema de Ucrania.
“En los momentos decisivos, que llegarán el año que viene, no debemos permitir que nadie en el mundo dude de la resiliencia de Ucrania”, dijo Zelensky al pueblo ucraniano, según extractos del discurso citados por Reuters.
“En esta fase de la guerra se está decidiendo quién prevalecerá: si nosotros sobre el enemigo o el enemigo sobre nosotros, los ucranianos… y los europeos. Y sobre todo aquel que quiera vivir en libertad y no estar sometido a un dictador. Hemos alcanzado el nivel más alto de proximidad con la UE y la OTAN desde nuestra independencia. Se ha creado toda la arquitectura necesaria para el proceso de negociación con la UE. El derecho de Ucrania a ser miembro de la OTAN es de vital importancia para todos nosotros”, añadió.
¿Tercera Guerra Mundial?
Para los expertos, la medida de Estados Unidos de permitir a Ucrania el uso de sus misiles en suelo ruso abre la puerta a que Reino Unido y Francia sigan su ejemplo, lo que podría permitir a Kiev asestarle un golpe a Moscú en un momento crítico de la guerra. Ucrania busca conservar ganancias territoriales en la región rusa de Kursk que podrían ser cruciales para futuras negociaciones.
Tras el anuncio de la administración Biden, el diario francés Le Figaro informó que Londres y París también habían dicho que permitirían a Ucrania utilizar sus misiles Storm Shadow y SCALP para atacar dentro de Rusia. Eso pondrá presión sobre Alemania, que hasta ahora se ha negado a entregar sus misiles Taurus a Ucrania.
Mientras, en Rusia se comenzó la producción en serie de refugios móviles contra una explosión nuclear. El Instituto Panruso de Investigación para la Defensa Civil y Emergencias informó que por primera vez en Rusia comenzó la producción en serie del refugio móvil KUB-M. La producción se inició en la ciudad de Dzerzhinsk, región de Nizhny Novgorod, según una publicación en el sitio web del instituto de investigación del 18 de noviembre.
En este contexto, el Presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que redujo el martes el umbral de Rusia para el uso de armas nucleares, una medida que había sido planeada desde hacía tiempo y cuyo momento pareció diseñado para demostrar que el Kremlin podría responder agresivamente a los ataques ucranianos en territorio ruso con misiles estadounidenses.
El decreto firmado por Putin, el martes, implementó una versión revisada de la doctrina nuclear rusa que el mandatario describió en declaraciones televisadas en septiembre. Pero justamente decidió anunciarlo dos días después de la decisión de Biden de autorizar a Ucrania el uso de misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos para ataques dentro de Rusia.
Cuando se le preguntó si Rusia podría responder con armas nucleares a tales ataques, Dmitri Peskov, portavoz de Putin, repitió el lenguaje de la nueva doctrina de que Rusia “se reserva el derecho” de usar tales armas para responder a un ataque con armas convencionales que cree una “amenaza crítica” a su “soberanía e integridad territorial”.
La nueva doctrina afirma que Rusia podría utilizar armas nucleares en caso de un ataque por parte de una nación respaldada por una potencia nuclear. La publicación de la doctrina el martes parece ser la última sugerencia del Kremlin de que Moscú podría utilizar armas nucleares para responder a ataques de Kiev llevados a cabo con apoyo estadounidense, y que la respuesta podría dirigirse contra instalaciones estadounidenses así como contra la propia Ucrania.
“La agresión contra la Federación Rusa y (o) sus aliados por parte de cualquier Estado no nuclear con la participación o el apoyo de un Estado nuclear se considera un ataque conjunto”, dice el documento.
A juicio de la analista rusa Tatiana Stanovaya, directora del think tank R. Politik, “esta puede ser la primera vez que el Kremlin reconoce explícitamente, incluso cuando se le pregunta, el posible uso de armas nucleares como respuesta a ataques en territorio ruso con misiles de largo alcance. En pocas palabras, Peskov admite abiertamente que el Kremlin está considerando actualmente la posibilidad de un ataque nuclear”.
“Este es un mensaje al Kremlin de que no nos estamos limitando a esperar a Trump, que Estados Unidos no se ha rendido”, dijo al portal de Radio Free Europe/Radio Liberty, el teniente general retirado Ben Hodges, quien comandó las fuerzas del Ejército estadounidense en Europa de 2014 a 2017.
“La escalada es demasiado atractiva en este momento: la situación actual ofrece a Putin una importante tentación de escalar. Como Trump aún no está en el poder, una medida de ese tipo no interferiría con ninguna iniciativa de paz inmediata, sino que podría reforzar el argumento de Trump a favor de un diálogo directo con Putin. Al mismo tiempo, expondría a Biden a críticas por ser el catalizador de la escalada y, al mismo tiempo, podría disuadir a Ucrania de seguir utilizando misiles de largo alcance”, indicó Stanovaya en Telegram.
“Putin puede ver la situación actual como un momento estratégico ‘intermedio’, anticipando posibles iniciativas de paz de Trump y enfatizando lo que considera la ‘irresponsabilidad’ de la política de Biden. Putin puede intentar presentar a Occidente dos opciones claras: ‘¿Quieren una guerra nuclear? La tendrán’, o ‘Terminemos esta guerra en los términos de Rusia’. Esto marca una coyuntura extraordinariamente peligrosa”, añadió.
Michael Desch, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Notre Dame, dijo a la revista Newsweek que la decisión de Biden es “peligrosa y sin sentido”. “Es peligroso porque creo que utilizar sistemas de ataque profundo como ATACMS puede requerir la participación directa de Estados Unidos y la OTAN, principalmente en la selección de objetivos. Dudo que esto conduzca a una Tercera Guerra Mundial, pero sí intensificará aun más una guerra sangrienta y peligrosa que nunca debió haber ocurrido y que debería haberse interrumpido hace mucho tiempo. Es probable que ya haya aumentado el alcance del conflicto: los hutíes, por ejemplo, parecen haber adquirido armamento avanzado que probablemente procedía de Rusia”.
“Es posible que los estadounidenses no se hayan dado cuenta (y, sorprendentemente, muchos europeos tampoco) de que la Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado. De un lado están Rusia, China, Irán y Corea del Norte. La guerra rusa en Ucrania se libra con el apoyo chino a la industria rusa, a los drones iraníes y a las municiones y misiles norcoreanos, que matan a civiles ucranianos todas las noches, y ahora a tropas norcoreanas”, dijo a la revista Robert Romanchuk, investigador del Fondo de Estudios Ucranianos, en el Instituto de Investigación Ucraniana de Harvard.
“Por otro lado, están Ucrania, que actualmente recibe el apoyo gota a gota de las democracias occidentales (el pueblo de la Siria libre, que sufre cada día y a quien creo que los medios de comunicación descuidan incluso más que al de Ucrania) y las propias democracias occidentales, blanco de la ‘guerra híbrida’ rusa, que va desde la piratería informática destructiva hasta la interferencia electoral. Y si Rusia prevalece en Ucrania, no hay duda de que la guerra caliente se trasladará a los países bálticos o a Polonia, los pocos Estados de Europa que entienden perfectamente lo que está sucediendo”, concluyó.
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