Revelan fallido acuerdo de EE.UU. con los talibanes previo a la caída de Kabul

Combatientes talibanes patrullan un mercado en la ciudad vieja de Kabul, Afganistán, el 14 de septiembre de 2021. Foto: AP

En una entrevista con el diario Financial Times, el enviado norteamericano para liderar las conversaciones con los insurgentes, Zalmay Khalilzad, dijo que la huida del Presidente afgano, Ashraf Ghani, del país echó por tierra un pacto con el movimiento fundamentalista.


Estados Unidos había alcanzado un acuerdo de última hora con los talibanes, según el cual se suponía que los insurgentes no entrarían en Kabul, mientras que el entonces Presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, permanecería en su puesto hasta que se llegara a un acuerdo en Qatar. Pero la decisión de última hora del mandatario de huir del país echó todo por tierra y provocó la caída de la capital afgana.

Así lo dio a conocer al diario Financial Times, Zalmay Khalilzad, enviado norteamericano para liderar las conversaciones con los talibanes, quien aseguró que había conseguido un período de gracia de dos semanas horas antes de la toma de Kabul.

Según el plan, indicó al periódico, Ghani permanecería en su puesto hasta que se llegara a un acuerdo sobre un futuro gobierno en Qatar, incluso cuando los talibanes estaban a las puertas de Kabul. Pero el vacío de seguridad dejado por la fuga de Ghani el 15 de agosto llevó a los islamistas a marchar hacia la capital afgana ese día, dijo Khalilzad, quien fue designado por el Presidente Donald Trump en 2018. Esto, a su vez, precipitó una evacuación caótica de civiles y tropas y puso fin de manera efectiva a las conversaciones en Doha.

“Incluso, al final, teníamos un acuerdo con los talibanes para que (ellos) no entraran en Kabul”, dijo Khalilzad al Financial Times. No tenía la menor idea, “en absoluto”, de que Ghani tenía la intención de huir, aseguró.

Los talibanes en el palacio presidencial en Kabul tras la toma del poder. Foto: AP

Las declaraciones del enviado estadounidense dan cuenta sobre el colapso del gobierno afgano en sus últimas horas y la consternación dentro de la administración estadounidense de Joe Biden cuando Kabul cayó a manos de los talibanes.

Las fuerzas de seguridad de Kabul se disolvieron ante la noticia de la desaparición de Ghani, dijo Khalilzad. “Hubo cuestiones de orden público en Kabul después de la huida de Ghani... Los talibanes (entonces) dijeron: ‘¿Vas a asumir la responsabilidad de la seguridad de Kabul ahora?’... Y luego sabes lo que sucedió, no íbamos a asumir la responsabilidad“, dijo.

Khalilzad agregó que ese día asistió a una reunión preestablecida con el comandante militar regional estadounidense, el general Frank McKenzie, y altos líderes talibanes en Doha.

El enviado estadounidense rechazó las afirmaciones de un acuerdo tácito o explícito que permitió a los islamistas entrar al palacio presidencial el 15 de agosto. “No les dimos ningún tipo de luz verde ni nada por el estilo. Lo que dijimos fue cuál era la misión de las fuerzas estadounidenses”, dijo, refiriéndose a la evacuación del aeropuerto.

El periódico dice que Khalilzad discutió por primera vez el acuerdo de paralización con el gobierno de Kabul el 12 de agosto y llegó a un pacto con los islamistas dos días después para salvaguardar la integridad de la ciudad, según funcionarios estadounidenses.

Sin embargo, no era probable que Ghani formara parte de ningún gobierno futuro, porque su dimisión era una condición previa impuesta por los talibanes. El 13 de agosto, los islamistas estaban rodeando Kabul después de tomar el control de la mayor parte del país.

Un miembro de seguridad talibán sosteniendo un rifle asegura el orden frente al Banco Azizi en Kabul, el 4 de septiembre de 2021. Foto: Reuters

Khalilzad, un republicano de 70 años, ha sido criticado por su manejo de los talibanes en los últimos tres años y el acuerdo que negoció en 2020, cuando Trump estableció los términos de la retirada de Estados Unidos. Los críticos dicen que este acuerdo desperdició la influencia de Washington en las negociaciones, socavó al gobierno electo en Kabul y ayudó a legitimar la insurgencia islamista. Biden criticó el pacto de 2020, pero mantuvo al diplomático nacido en Afganistán como el principal enviado de Estados Unidos en dicho país.

Biden y el retiro de tropas

Por otro lado, la cadena CNN da cuenta de detalles de Peril, el nuevo libro de los periodistas Bob Woodward y Robert Costa, que exploran los primeros meses de la presidencia de Joe Biden, incluido cómo el mandatario estaba empeñado en no permitir que los militares le impidieran el retiro de las tropas de Afganistán y cómo la sombra de Trump se cierne sobre la presidencia del demócrata.

El libro explora la determinación de Biden de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán a pesar de la resistencia de los principales asesores. El demócrata estaba decidido a sacar a las tropas estadounidenses, habiendo luchado con el tema durante casi 20 años, y habiendo visto, mientras era vicepresidente, cómo los líderes militares y de seguridad nacional se enfrentaban al entonces Presidente Barack Obama en su primer año, cuando quería poner fin a la guerra en Afganistán.

Tropas de EE.UU. y Afganistán durante combates contra el Estado Islámico en Nangarhar.

Biden creía que los militares manipulaban a Obama. “Los militares no me joden”, comentó en 2009, dando a entender que lo habían hecho con Obama, según el libro.

La cadena CNN obtuvo una copia de Peril antes de su lanzamiento, el 21 de septiembre. Woodward y Costa escriben que el secretario de Estado de Biden, Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, presionaron por una retirada más lenta. Después de una reunión de ministros de la OTAN en marzo, Blinken cambió su recomendación sobre la eliminación de todas las tropas estadounidenses.

“Anteriormente, había estado de acuerdo con Biden para una retirada total”, escriben los autores. “Su nueva recomendación fue extender la misión con tropas estadounidenses por un tiempo para ver si podía producir un acuerdo político. Ganar tiempo para las negociaciones”, detallan.

Portada del libro Peril, de Bob Woodward y Robert Costa.

Blinken le dijo a Biden en una llamada desde Bruselas que estaba escuchando de los otros ministros de la OTAN “en sonido cuadrafónico”, o sonido envolvente, que Estados Unidos debería aprovechar su partida para obtener pasos concretos hacia un acuerdo político, según el libro.

Austin también presentó una nueva propuesta aproximadamente al mismo tiempo, escriben los autores, proponiendo una retirada “cerrada” en tres o cuatro etapas, que proporcionaría una ventaja para las negociaciones diplomáticas.

Pero Biden no estaba convencido y estaba decidido a no permitir que el “avance de la misión” justificara el mantenimiento de las tropas estadounidenses allí.

“Nuestra misión es evitar que Afganistán sea una base para atacar a la patria y los aliados de Estados Unidos por parte de Al Qaeda u otros grupos terroristas, no asestar un golpe mortal a los talibanes”, dijo Biden, según el libro.

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