“Tomé la decisión valiente de sumarme a los 12 mil voluntarios”: Vizcarra reconoce que recibió vacuna de ensayo siendo mandatario y desata polémica en Perú

Martín Vizcarra observa los estudios de fase III de la vacuna contra el Covid-19 de Sinopharm, en el Centro de Estudios Clínicos de la Universidad Cayetano Heredia. Foto: Presidencia

El diario Perú 21 asegura que Vizcarra fue inoculado de manera irregular contra el Covid-19 en el Palacio de Gobierno en octubre. “Sabía que lo que se le iba a poner no era placebo sino la vacuna que se había reservado para los médicos que iban a monitorear el ensayo clínico", asegura una fuente citada por el medio.


Solo el martes el expresidente de Perú, Martín Vizcarra, había hecho noticia al cuestionar el número de dosis de vacunas contra el Covid-19 del laboratorio chino Sinopharm que llegó al país el último domingo. Desde Pucallpa, el hoy postulante al Congreso por Somos Perú aseguró que 300 mil vacunas no alcanzan “ni siquiera para la primera línea de salud”.

En esa línea, Vizcarra indicó que si el país vacuna a 300 mil personas cada semana, demorará “tres años en vacunar al 75%” de la población para alcanzar la inmunidad. De inmediato, el diario Gestión recordó que el exmandatario, quien fue destituido en noviembre por el Congreso tras ser acusado de recibir sobornos cuando era gobernador, no había cerrado acuerdos con ningún laboratorio durante su mandato, por lo que difícilmente podía criticar el ritmo del proceso de inmunización en el país.

Pero bastó solo un día para que Vizcarra hiciera noticia nuevamente por las vacunas. Ello, tras la difusión el miércoles de una denuncia efectuada por la estación de televisión por cable Willax, en la que se indicó que tanto él como su esposa, Maribel Díaz Cabello, habrían recibido las primeras dosis de Sinopharm en septiembre, cuando todavía ocupaba la jefatura de Estado.

Ese mes, el laboratorio chino había enviado sus primeros lotes de vacunas para iniciar las marchas blancas de los ensayos clínicos de la fase III que se realizarían en Perú a través de la Universidad Cayetano Heredia. A todos los participantes de estas pruebas se les administraría una dosis que podía ser la vacuna real o un placebo.

Martín Vizcarra se dirige a los medios de comunicación frente al palacio presidencial después de que los legisladores lo destituyeron por cargos de corrupción, el 9 de noviembre de 2020. Foto: Reuters

Ante la denuncia, la reacción del gobierno del Presidente Francisco Sagasti no tardó en llegar. La primera ministra, Violeta Bermúdez, negó tener algún tipo de confirmación a la fecha sobre una posible inoculación de Vizcarra y aseguró que, por transparencia, había pedido información dentro de la Presidencia del Consejo de Ministros, tras recordar que los datos de los ensayos clínicos se manejan con criterios propios que dependen de Sinopharm y de la Universidad Cayetano Heredia.

“Nosotros no tenemos la confirmación. Ahora, de repente (Martín Vizcarra) habrá sido voluntario, no lo sé (...) De todas maneras, hemos solicitado que nos informen en aras de la transparencia”, dijo Bermúdez a América Noticias.

Las dudas de Bermúdez fueron aclaradas por el propio Vizcarra el jueves. “Tomé la decisión valiente de sumarme a los 12 mil voluntarios y que me hagan la prueba experimental. Confirmo que fue el 2 de octubre”, admitió el expresidente, que postula a uno de los 130 asientos del Congreso en las elecciones del 11 de abril.

En una conferencia de prensa desde Tacna, Vizcarra aseguró que no había revelado su condición de vacunado en los ensayos porque los voluntarios de Sinopharm tienen que mantener la reserva por tratarse de una “fase experimental”. Señaló que su primer ministro de entonces se opuso y le advirtió que era “muy riesgoso”, pero que de todas maneras decidió hacerlo. “El premier (Walter Martos) me dijo que no le recomiendo, es muy riesgoso, ¿por qué tiene que asumir un riesgo que están asumiendo 12 mil peruanos?”, declaró, antes de confirmar que sí había recibido una dosis de los ensayos de Sinopharm.

Trabajadores de la salud esperan una dosis de la vacuna de Sinopharm en Lima, el 9 de febrero. Foto: Reuters

Vizcarra dijo, además, haber intentado convencer a los miembros de su gabinete a hacer lo mismo, pero, por los riesgos que las pruebas podían conllevar, “la mayoría” de ellos no aceptó. Asimismo, el exjefe del Estado aseveró ignorar si lo que le inocularon era un placebo o la vacuna en su fase experimental. Vizcarra remarcó que la vacuna de Sinopharm solo fue aprobada el 31 de diciembre pasado.

Tras el reconocimiento de Vizcarra, el Congreso convocó a Bermúdez y la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, para que informaran sobre la participación del expresidente en los ensayos de Sinopharm. “Desconozco si alguna autoridad de gobierno se ha sometido a dichos ensayos de investigación”, dijo Mazzetti en un mensaje por Twitter emitido por el ministerio de Salud.

En su presentación ante el Legislativo, la primera ministra afirmó que “entiende perfectamente la indignación y preocupación por la noticia”. “Desde el Poder Ejecutivo también compartimos esta indignación”, enfatizó Bermúdez antes de agregar que no encuentran “explicación tras enterarnos que un expresidente se haya vacunado con su familia”.

“Desde el primer momento lo primero que preguntamos es si había alguna evidencia, y en el sistema de gestión documental no existe ninguna información sobre alguna invitación a participar en los ensayos clínicos al presidente Vizcarra”, dijo Bermúdez, quien anunció que, de todas maneras, había ordenado una investigación inmediata en los archivos de la Presidencia del Consejo de Ministros y del Palacio de Gobierno. También aseguró que había solicitado información a las dos universidades que desarrollaron el proceso de ensayos clínicos, en el que participaron 12.000 personas.

Portada del diario Perú 21.

Durante su intervención en el Congreso, Mazzetti afirmó, sin embargo, que Vizcarra no podía participar en los ensayos de la vacuna por ser una persona “con poder de decisión”. “Quienes tienen que ver con el ensayo clínico no pueden participar al interior del mismo… a un nivel de decisión como el Presidente de la República debe abstenerse de participar”, enfatizó.

“Era el presidente, tenía que ir”

Pero el médico Germán Málaga, quien estuvo a cargo de los ensayos clínicos de la candidata a vacuna de Sinopharm que se desarrollaron en Perú, reveló antecedentes que complican más a Vizcarra. Según una denuncia periodística publicada en el diario Perú 21, el exjefe de Estado pidió expresamente a Málaga ser inmunizado con la vacuna del laboratorio chino y esta se le puso de manera irregular en el Palacio de Gobierno. “Era el presidente, tenía que ir, me citó”, confirmó el médico a RPP Noticias.

“El presidente sabía que lo que se le iba a poner no era placebo sino la vacuna que se había reservado para los médicos que iban a monitorear el ensayo clínico”, sostiene la fuente citada por Perú 21. “No hay documentos que sustenten un ensayo clínico porque Vizcarra no se sometió a este. No sé porqué ha dicho que participó en un ensayo”, agregó.

Siempre de acuerdo con Perú 21, tanto Vizcarra como su esposa fueron inoculados con la primera dosis el 2 de octubre y con la segunda dosis el 29 de octubre. A las citas asistieron Málaga y una enfermera Cynthia del Pilar Castillo Flores. Sus visitas quedaron registradas por el secretario general del entonces mandatario, Pedro Pablo Angulo de Pina. “Obvio que con Martín Vizcarra el trámite fue irregular, se trataba del presidente de la República, no era un ciudadano más”, indicó la fuente. Los informantes señalaron que “es sencillo desmentir” al expresidente porque no existe ningún registro suyo de su participación como voluntario.

Según analistas citados por el diario El Comercio, la candidatura de Vizcarra al Congreso queda “golpeada” con este escándalo. La noticia “mella la credibilidad de Vizcarra y es un golpe importante a su campaña”, dijo el analista político Pedro Tenorio. “Muchos lo veían como una persona fuera del esquema político tradicional, pero en los últimos meses han visto a un Vizcarra similar a cualquier otro político, poco transparente”, agregó.

En la misma línea, el analista político Jeffrey Radzinsky cuestionó que la información de su vacunación estuviera guardada en secreto “cuando lo que corresponde es que haya transparencia”. A su juicio, “esta idea de encubrir u ocultar información, y que esta tenga que conocerse por una denuncia periodística, lo golpea electoralmente”, comentó el experto al periódico limeño.

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